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Acoso escolar
El ciberacoso crece en el último ciclo de Primaria
Los docentes
piden mayor control parental de las redes sociales El mal uso, aunque se
genere en casa, llega a los centros para alterar la convivencia
D. J. Geniz · Cristina
Fernández | Actualizado 26.02.2016
En este mes de febrero, la Guardia Civil de Málaga ha
desarrollado actuaciones contra el acoso escolar en tres institutos de
Secundaria, dos en el Valle del Guadalhorce y uno en la Axarquía. En total,
11 jóvenes investigados y, en la mayoría de los casos, las redes sociales y
plataformas como Whatsapp como vehículo principal para ejercer esa violencia
entre iguales. Aunque el origen de las vejaciones y las amenazas comenzaron
en los centros educativos, trascendieron ese ámbito, colgaron fotografías de
sus compañeros y utilizaron sus perfiles para verter comentarios
despectivos. Pero esto no sólo ocurre en los alumnos de mayor edad, sino que
ya se está dando cada vez con mayor frecuencia en el último ciclo de
Primaria. De ahí, como subrayan los directores de colegios e institutos, la
importancia de la educación para un buen uso de estas herramientas y del
control parental de las nuevas tecnologías.
"En el último ciclo, en 5 º y 6º de Primaria, se
están empezando a detectar casos de acoso y mal uso de plataformas como
Whatsapp y envío de fotos, que no son de carácter sexual pero sí de mofa,
saben alterar la imagen y lo que para ellos es una broma se convierte en
algo de mal gusto", explica David Sevilla, vocal en Málaga de la Asociación
de Directores de Colegios de Primaria. "La mitad de los alumnos de 10 años
ya tienen móvil y, aunque no los puedan traer al centro porque casi todos
prohiben su uso, lo utilizan en casa con el wifi", agrega Sevilla y asegura
que en su centro el año pasado abrieron dos protocolos de posibles sanciones
por acoso y ambas relacionadas con las nuevas tecnologías.
"En los grupos de Whatsapp en menos de cinco minutos
y con cinco emoticonos ya estás acosando, es mucho más rápido, lo ve más
gente y, sin embargo, el que lo hace siente mayor impunidad, parece que no
lo está haciendo", considera el vocal de la Asociación de Directores de
Primaria. También señala que muchas familias no consideran que el colegio
tenga que intervenir cuando la acción no se desarrolla dentro del centro.
"Aunque el problema se genere fuera hay que intervenirlos desde el colegio,
porque sí que tienen sus consecuencias, no son grupos de amigo sino de una
clase y lo que se diga en ellos repercute al día siguiente y altera la
convivencia", agrega David Sevilla.
La Orden de 20 de junio de 2011, por la que se
adoptan medidas para la promoción de la convivencia en los centros
sostenidos con fondos públicos, regula los aspectos referidos al acoso
escolar y establece el protocolo de actuación. "Se trata de un protocolo muy
completo, en el que hay más de una docena de pasos a seguir para determinar
si hay un acoso escolar o no", comenta Virginia Rodríguez, vocal en Málaga
de la Asociación de Directores de Institutos (Adian). "Hay que abrir el
protocolo de acoso siempre que hay un denunciante, en prevención y ante la
duda se inicia cuando a lo mejor son pequeñas riñas entre iguales, por lo
que se puede pensar que hay una burocratización del tema exagerada",
considera Rodríguez.
Eso sí, muchos de estos informes que se empiezan y
que incluyen el informe del tutor del alumno denunciante, información a los
padres, comunicación a la inspección educativa, reunión con el departamento
de orientación y comunicación a la comisión de convivencia del centro, entre
otros pasos, se cierran cuando en mitad del proceso se determina que no
existe tal violencia. El último paso posible es la actuación del Gabinete de
Convivencia de las Delegaciones Territoriales, que puede actuar a petición
de la inspección, del centro o de la familia. "Para que haya acoso escolar
tiene que ser repetido en el tiempo, que la molestia, los insultos y
vejaciones o las agresiones físicas sean continuadas en el tiempo y, en
ocasiones, se utiliza el término con demasiada facilidad".
Eso sí, cuando se confirma que sí ha existido en la
mayoría de los casos el mal uso de las redes sociales está detrás. "Muchas
veces se inician en el ámbito privado del menor y en redes sociales en las
que no deberían tener un perfil porque no tienen edad para ello, y en eso
tiene mucha importancia el control parental", considera Virginia Rodríguez,
vocal de Adian. "Es muy importante que los padres sepan las reglas del
juego, las edades de acceso a cada red, que haya una vigilancia, porque
puede que por desconocimiento o despiste no se haga y, por eso, es muy
importante que haya una formación de las familias en este ámbito", añade
Rodríguez.
Tampoco es cuestión, como subraya la vocal de Adian,
de "demonizar" las nuevas tecnologías que, utilizadas con corrección, pueden
ser "maravillosas", pero sí de hacer un llamamiento a la responsabilidad de
los padres en el control de su uso. "El Whatsapp es un patio de vecinos, hay
muchos observadores silenciosos, publicas palabras que quedan escritas, y no
tienen mucha conciencia de hasta que punto es peligroso dejar constancia de
comentarios o imágenes que te pueden perjudicar, incluso, si tienes un
puesto público cuando eres adulto", señala Rodríguez, que destaca la
realización en los centros de charlas para las familias.
La guía de la Sociedad de Medicina del Adolescente
apunta que la edad de inicio de acceso a internet es cada vez más temprana.
Más del 41% de los niños españoles de 11 años tiene un teléfono móvil y a
los 13 más de un 75% dispone de esta tecnología. La cifra ya supera el 90% a
los 15. Y como la gran mayoría tienen internet en un dispositivo tan
personal y su acceso a las redes sociales es tan fácil, el 56% de los
menores tiene un perfil propio. En España la edad mínima legal para tener un
perfil en una red social es de 14 años aunque casi un 40% de los menores
entre 9 y 13 tienen ya uno. Esta proliferación de su vida virtual puede
dificultad la detección de los casos y para ello la colaboración de centros,
padres y alumnos es clave. Según un estudio realizado por la Fundación Alia2
en colaboración en colaboración con la Diputación de Málaga y la Obra Social
La Caixa, uno de cada diez alumnos de sexto de Primaria y Secundaria de la
provincia han sufrido alguna vez acoso en internet. Y subrayan desde la
fundación, que estos resultados ponen de manifiesto que los menores
malagueños no realizan un uso seguro de internet y que su seguridad es casi
nula. También destaca dicho informe que los padres de alumnos malagueños de
Secundaria tienen "poco o nulo" control sobre el uso que hacen sus hijos de
internet a pesar de que la implicación de los padres resulta fundamental.
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