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https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2019/01/11/acoso-escolar-llevado-extremo-rajamos-matamos-/00031547194533025322725.htm

 

Acoso escolar llevado al extremo: «Rajamos a...», «Matamos a...», «Vamos a pegar...»

Las víctimas, dos adolescentes de 13 y 15 años, recibían todo tipo de mensajes en Instagram ilustrados con pistolas y cuchillos, y fueron apedreados por los presuntos agresores


Redacción 11/01/2019 

Los menores víctimas de acoso escolar del instituto de Usera recibieron amenazas de muerte en las redes sociales de los detenidos. La mayoría de ellos se lanzaron en Instagram, según informa el periódico El Mundo. El rotativo madrileño recoge avisos del tipo: «Vamos a pegar a...», «Matamos a.. », «Rajamos a... ». Las intimidaciones en algunos casos iban acompañadas de imágenes de cuchillos y pistolas. Todo está grabado los teléfonos de los amenazados, dos hermanos de 13 y 15 años. Precisamente fue el mayor el primero en recibir este tipo de mensajes después de denunciar a los presuntos agresores en noviembre del 2017. El grupo de presuntos acosadores está formado por quince menores de entre 14 y 16 años que han sido detenidos por la policía.

Dicen los investigadores que fue el bullying llevado al extremo, según informa Melchor Sáiz-Pardo, de Colpisa. No solo hostigar a sus víctimas en el instituto madrileño al que acudían tanto los acosados como parte de los acosadores, sino que el grupo de adolescentes llegó a llevar ese tormento hasta el domicilio de sus perseguidos en forma de lapidación. Una «verdadera obsesión», en palabras de uno de los agentes que investiga el caso. La Consejería de Educación, que ha abierto una investigación sobre lo sucedido, se niega a hablar de «acoso escolar» porque solo dos de los quince jóvenes arrestados acudían al instituto de Juan de Villanueva, en el distrito de Usera, en el que estaban matriculados los dos chicos perseguidos. Pero según los investigadores, lo cierto es que el acoso se había iniciado en el «entorno del centro educativo», con una campaña de vejaciones, incluidos insultos, acoso físico y agresiones. La situación llegó al extremo de que el pasado 15 de diciembre por la tarde una veintena de adolescentes, entre los que se encuentran los quince detenidos, se presentaron en el domicilio de los acosados para continuar con el hostigamiento. Los gritos e insultos del grupo alertaron a los vecinos, que avisaron al 091. Para entonces, los dos chicos estaban siendo apedreados por una turba de adolescentes, que se disolvió cuando llegaron los funcionarios. Los agentes, no obstante, lograron arrestar a buena parte del grupo. Al tratarse de menores, fueron entregados de inmediato al grupo de Menores de la Policía Judicial (Grume), que los puso a disposición de la Fiscalía de Menores, acusados todos ellos de un delito de acoso escolar. La Fiscalía ordenó requisar sus móviles, en los que han aparecido varios vídeos y mensajes que, según fuentes de la investigación, confirmarían que los dos chavales venían sufriendo todo tipo de vejaciones desde casi el inicio del actual curso escolar. Y que este hostigamiento sí que se realizó «prioritariamente» en el «entorno» del centro educativo, aunque parte de los acosadores que aparecen en las imágenes no acudía a ese instituto. La Consejería de Educación informó ayer que la inspección educativa de la Comunidad de Madrid abrirá un expediente para averiguar lo ocurrido. Responsables de la consejería se esmeraron en matizar que en el momento en el que se produjeron los hechos, el pasado 15 de diciembre, las supuestas víctimas «no acudían al centro escolar». Uno de los chicos porque «había sido expulsado como medida disciplinaria» y su hermano, por «una larga trayectoria de faltas de asistencia», aunque «todas ellas justificadas por su familia». El presidente de la Comunidad de Madrid, Angel Garrido, insistió en que la mayoría de los supuestos agresores no pertenecía al mismo instituto que las víctimas, por lo que apuntó que el caso «no tiene tanto que ver con acoso escolar» Versión exculpatoria A la espera de conocer los resultados de la investigación de la Policía Judicial y de la Consejería, Garrido dijo inclinarse por un caso de «acoso generalizado» y en la calle, lo que exoneraría a los responsables de Educación por no haber identificado estos episodios en el centro educativo a pesar de los protocolos antihostigamiento puestos en marcha. Esta versión fue desmentida por los padres de los dos jóvenes, que aseguraron ayer que denunciaron a los responsables del centro el bullying al que estaban sometidos los dos chavales. Es más, según la familia, el propio instituto, en su momento, puso en marcha medidas para evitar que los presuntos acosadores se cruzaran con los dos chavales, pero el hostigamiento continuó, e incluso se agravó, tras la vuelta al centro del hermano que había sido expulsado.