Logotipo ProdeniPRODENI
                                                                                                                                         Ir a Página principal

 

https://ninopintormalaga.wordpress.com/2022/05/30/carta-abierta-a-eduardo-perez-extremera/

 

 

Caso Niño Pintor

Crónica de una investigación periodística.

 

 

Carta abierta a Eduardo Pérez Extremera

Daniel Carretero

Málaga, 30 de mayo de 2022

 

A la atención del antiguo jefe del Grupo de Homicidios de la Comisaría Provincial de Málaga y persona a la que correspondió durante los primeros años dirigir las indagaciones policiales sobre la desaparición de David Guerrero:

En la investigación policial de la desaparición del «niño pintor» hubo cuestiones que se hicieron mal y diligencias que directamente no se realizaron. Eso es algo que las personas que hemos conocido el caso sabemos a estas alturas y damos por amortizado. Sin embargo, sobre otro tipo de gestiones -muy numerosas- surgen muchos interrogantes, ya que no sabemos si se efectuaron o no, porque no quedaron reflejadas por escrito. «Antes se trabajaba de otra manera», me comentaba recientemente una fuente policial.

En este grupo podemos englobar algo que todavía me genera rabia, indignación y muchos pensamientos: los testimonios que aludieron a la presencia de David Guerrero Guevara en la peña El Cenachero la tarde de su desaparición, porque aquello hubiera podido cambiar la suerte de la investigación y el desenlace de la historia.

Dos testimonios de carácter referencial provenientes de familiares de las dos personas -ya fallecidas- que estaban al frente de El Cenachero, Félix Sicsú y Paco Repiso, que señalan que David llegó al edificio de calle Ángel número 1 y que posteriormente abandonó aquel lugar. Unos testimonios a cargo de Marisa Sicsú, hija de Félix Sicsú y de Pilar Casado, viuda de Paco Repiso, que ubican la última ubicación conocida donde estuvo presuntamente el crío.

Referido lo anterior quisiera comentarle algo. Me consta que en los archivos policiales hay fotografías de personas de la peña El Cenachero que ustedes realizaron durante la investigación. Lo hicieron a raíz de una gestión motivada por el testimonio de una mujer, que en un tren que iba de Málaga a Barcelona dijo que vio al niño acompañado de un señor muy bien vestido. Un testimonio periférico que además aparece en el sumario del caso. Y también aparece en esas diligencias que se mandaron al juzgado el nombre de una persona socia de la peña que encajaba en la descripción ofrecida por esa señora.

¿Cómo es posible que ustedes realizaran una gestión tan específica y llegaran a esa persona concreta -que era un socio más- y previamente nadie les dijera que el niño estuvo allí la tarde de la desaparición? Pero es que además, para realizar esas fotografías tuvieron ustedes que contar con la ayuda de una persona que tuviera responsabilidad en la peña -no con la de cualquiera que pasara por allí-, y curiosamente las dos personas de mayor responsabilidad del Cenachero sostenían en vida que el niño llegó a la peña y luego se marchó. Me pregunto si a usted le llegó, ya sea de forma directa o indirecta, el testimonio de que David fue visto en aquel lugar, cuando además aquello era algo que se comentaba con cierta naturalidad entre personas de ese entorno.

¿Cómo no tenemos referencias de que la Policía -que visitó aquella peña en diferentes ocasiones desde las horas posteriores a la desaparición- se enterase de todo eso y un periodista lo hiciera 32 años después, con los protagonistas ya fallecidos? Ni yo soy tan bueno ni ustedes eran unos estúpidos. Su grupo resolvió meses más tarde el caso Melody y no eran ningunos piernas. Lo que he hecho yo en cerca de dos años lo hubieran hecho ustedes en una mañana. ¿Lo hicieron? Vamos a hablar en serio. ¿Sabe usted más sobre el caso de David de lo que ha trascendido en los medios durante 35 años? Y si su respuesta es positiva la pregunta que me gustaría hacerle es: ¿cuánto más y hasta dónde llega su conocimiento?

Me parece injusto cargar la responsabilidad en personas que ya han muerto y que no pueden defenderse. Se lo digo porque además tengo el testimonio del que fuera dueño del popular restaurante Doña Pepa, Paco Regueira -que además ocupaba el cargo simbólico en la peña El Cenachero de Relaciones Públicas en la última junta directiva-. Cuando le hice referencia a lo que me había contado Marisa me dijo que eso era algo que ya conocía, ya que en una ocasión Félix se citó en su local con un periodista y le contó esa historia. Lo relevante de estas palabras de Regueira es que confirman que los testimonios referenciales de Marisa Sicsú y de Pilar Casado no han sido el resultado de un recuerdo equivocado, una incorrecta interpretación o una fábula. El testimonio de Félix Sicsú existía en origen y este hombre no pretendía silenciarlo.

Además, hay que añadir la existencia en el relato de Marisa de detalles tan concretos como que el niño llegara a la peña, estuviera un momento nada más y luego se marchara; que cuando se marchó era todavía de día y que no lo vio solamente su padre, sino que también fue visto por otras personas de aquel entorno.

Por todo lo anterior quisiera hacerle unas preguntas que resultan legítimas y pertinentes: ¿tuvo usted presiones para frenar la investigación en la peña El Cenachero? Si esto tuvo lugar, ¿quién o quiénes fueron los responsables de estas presiones? ¿Por qué hubo tanta dispersión en la investigación? ¿Por qué obviaron en el expediente policial y en el sumario que llegaba al juez cualquier mención a los responsables de la peña Paco Repiso y Félix Sicsú? ¿En base a qué decidían lo que debía mandarse o no al juzgado? Y una cosa más, ¿lo que usted transmitía a sus jefes era lo mismo que le contaba al padre de David?

El mismo día de la desaparición la reina acudió a reinaugurar el Teatro Cervantes, a tan sólo 350 metros del Cenachero; la peña era frecuentada por personas relevantes de la ciudad y recordemos que allí mismo, en ese edificio, estaba la sede en Málaga de la antigua Alianza Popular -actual PP-. ¿Quizá para aquella sociedad, más interesada en guardar las apariencias que en guardar la dignidad, verse relacionada con aquello era demasiada mala publicidad? ¿Había intereses económicos, políticos o de otro tipo en juego que podían verse perjudicados?

Creo sinceramente que si se hubiera seguido ese hilo después de recibir unos testimonios tan relevantes el caso no hubiera tardado en resolverse y la desaparición misteriosa que luego vendieron los medios jamás hubiera existido. Ya han hecho demasiado daño los iluminados de turno que decían que David había desaparecido en un agujero del espacio-tiempo o se había esfumado en el aire. Ya está bien de tanta tomadura de pelo, ¿no le parece? La gente merece un respeto y especialmente la familia de David.

Y sobre los testimonios que aludían a la presencia de David en la peña me permito hacerle las dos preguntas fundamentales, por si usted conoce las respuestas: ¿hubo testigos que hicieran alusión a que David salió acompañado del edificio? Y si lo hizo acompañado, ¿por quién?

Me sorprende que durante más de 30 años ni la Policía ni la prensa pusieran el foco sobre el entorno central de toda esta historia: la peña El Cenachero. El relato oficial siempre ha obviado la ubicación donde David acudía los últimos dos años antes de su desaparición, donde era conocido por mucha gente que frecuentaba aquel lugar y en la que había personas que decían que fue visto antes de desaparecer.

Por último quisiera recordarle que todas las cuestiones que he referido anteriormente son preguntas que también se hace la familia, que ha intentado hablar con usted en diferentes ocasiones y de diversas formas y siempre ha obtenido una negativa por respuesta; en una actitud, por cierto, muy poco inteligente por su parte, ya que lo único que genera con ese comportamiento son sospechas y que pensemos que trata de ocultar algo.

Es usted la última persona que puede arrojar luz sobre lo que fue realmente la investigación del caso, porque tengo la sensación que lo que hemos podido conocer en los últimos años tan sólo es el preámbulo de toda esta historia.