PRODENI

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FLORIAN. GRANADA

Florian es un menor de 13 años, francés, que cuando tenía 11 se fugó a primeros de Octubre de 2002 del hogar de su madre en una ciudad de la Alta Saboya, en Francia, y se vino a España haciendo autostop, refugiándose en la casa de una familia amiga del pueblo de Horche en Guadalajara, siendo acogido por ésta después que la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Castilla – La Mancha lo tutelara.

El motivo de la fuga de Florián fue su rechazo a vivir con su madre por una medida impuesta por un Juzgado francés, que decidió el cambio de custodia del padre a la madre, tras sucesivas demandas de la última, y después de que viniera conviviendo con el progenitor desde que tenía 4 años.

Ya había intentado antes de llegar a España fugarse en varias ocasiones y siempre fue devuelto al hogar, por lo que decidió irse mucho más lejos. En Guadalajara permaneció hasta el verano de 2003, decidiendo venirse a Granada a residir con su abuela paterna y estar cerca de PRODENI, asociación que se preocupó de su situación y procuró en todo momento interceder por él ante las instituciones españolas y francesas.

Por su parte, el menor, remitió cartas explicando su caso a las autoridades francesas, pidiendo en todo momento que se respetara su derecho a residir con su padre, y a que no se le impusiera la convivencia con la madre, a la que, además acusaba de malos tratos, en especial psicológicos.

En el mes de Diciembre de 2002, un Juzgado francés determinó retirar la custodia a la madre, ordenando el ingreso del menor en un centro, bajo la tutela de la Administración, cosa que Florian rechazó vehementemente porque su único deseo, como queda dicho, era irse con el padre.

A partir de ese momento comienza una tensa espera porque las autoridades francesas comenzaron el procedimiento de repatriación, y la orden de llevárselo a Francia podría venir en cualquier momento. Por eso, a finales de Septiembre de 2003, la abuela paterna se trasladó a residir a Granada y allí se fue con Florián, pidiendo el apoyo de PRODENI, convirtiéndose Juan Pedro Oliver, actual Presidente Nacional de la organización, en su representante legal.

Florián ya había comparecido en Guadalajara ante el Fiscal del Menor para declarar su voluntad, y también lo hizo en Granada ante la Fiscalía. Por su parte, Juan Pedro Oliver comunicó por escrito su intención de asumir el acogimiento simple del menor, dirigiendo la petición a Castilla – La Mancha, aunque nunca obtuvo una respuesta.

Hay que decir que Florián mientras estuvo en Guadalajara se integró perfectamente en la sociedad, asistiendo al colegio y participando en actividades culturales y deportivas. Al menos tenía el consuelo de poder hablar por teléfono con su padre y recibir la visita de familiares venidos de Francia ( de su padre no, porque el Juzgado francés le había prohibido trasladarse a España).

Y mientras estuvo en Granada también se integró, especialmente en el colegio, haciendo algunos buenos amigos y relacionándose con sus familias.

Florián es un niño muy inteligente, que domina tres idiomas y con una alta capacidad de integración. Desde su punto de vista, la Justicia francesa fue muy mala con él, tenía auténtico rechazo a volver a su país, y prefería antes quedarse en España aunque no estuviera con su padre.

Transcurría el mes de Marzo de este año, cuando inopinadamente, en horario escolar, el día 16, se presentaron en el colegio tres agentes de la Policía Autonómica para recogerlo y llevárselo en principio a su sede o Comisaría y más tarde a un centro de menores, todo ello por orden del Fiscal del Menor, y a petición de la Consejería de Bienestar Social de Guadalajara, que quería disponer del menor para trasladarlo a Francia siguiendo las instrucciones recibidas al efecto.

Si bien en principio Florián no opuso demasiada resistencia a acompañarlos, aunque dejó bien claro que quería verse con su abogado, una vez en la Comisaría se negó a salir de allí y exigió hablar con su abogado, cediendo finalmente el Jefe del Grupo de Menores y así se presentó en las dependencias  Juan Pedro Oliver, casi de inmediato.

Según refiere el abogado la situación estaba tensa porque el responsable policial se atenía a una orden de la Fiscalía y no aceptaba ninguna otra cuestión, como, por ejemplo, dejar que el menor compareciera ante el Fiscal y expusiera lo que creyera conveniente. O, en su defecto que se recogiera su declaración por escrito allí mismo. Y la tensión llegó a tal punto que hizo que el Jefe del Grupo de Menores se negara a dar al abogado el número de identificación de su chapa, aunque finalmente se la dio.

El caso es que Florián fue llevado de allí a un centro de menores y a partir de ese momento perdimos toda referencia del mismo, pues no fue posible conectar con el Fiscal, ausente durante el resto de la semana, ni conocer el paradero del menor porque en el Servicio de Protección de Menores se negaron a darnos cualquier dato.

Florián nos contó por teléfono más tarde, ya en un centro de Menores de Guadalajara, que había sido trasladado contra su voluntad, que el Jefe del Grupo de Menores le había maltratado, sujetándole por el cuello y dándolo unos cuantos empujones, a la vez que le llamaba “gilipollas” y otros insultos. Y que así fue forzado a acompañarles a un centro, donde no se le permitió contactar con el exterior, sintiéndose como un secuestrado.

En Guadalajara estuvo una semana y de allí a Francia donde fue presentado ante el Juez que lleva su caso, que dispuso su ingreso en un centro de menores, prohibiendo cualquier contacto de la familia con él hasta que lo creyera oportuno. Allí estuvo hasta finales de Abril.

Y decimos que “allí estuvo” porque volvió a fugarse, pudiendo encontrarse en España o en Portugal, con lo que se vuelve a repetir la historia.

Su padre nos ha llamado diciendo que ha localizado a Florian y que se encuentra con unos amigos fuera de Francia, sin decirnos donde. El problema es que el menor se niega tajantemente  y que está muy enfadado con el Juez francés por ese empeño en mantenerlo en un centro de menores e impedirle vivir con la persona que quiere. Nos ha dicho que seguramente se trasladará junto a su hijo y organizará la vida con él, enfrentándose a todo lo que le venga. Según nos siguió exponiendo, psicólogos en Francia le han dicho que Florian tiene mucha necesidad de vivir con su padre y que, de no hacerlo, está en un serio riesgo de caer en actitudes conflictivas, incluso en la delincuencia. Su abogada le dice que el Juez está completamente cerrado y que si Florian vuelve lo tendría en el centro por lo menos dos años. O fugándose todas las veces, como lo viene haciendo.

Nuestra opinión es que tal como están las cosas, con la fuerte determinación y convicción del niño a vivir con su padre, va a resultar inútil lo que el Juzgado está haciendo y el Juez no tendrá más remedio que buscar la solución más inteligente y más lógica, guardándose su enfado personal.

Con relación a lo acontecido en la retirada del menor en Granada, a continuación dejamos constancia del escrito que PRODENI remitió a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y a la Consejería de Gobernación. Hay que decir que por parte de la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía se nos respondió en un escrito que el trato dado a Florián por parte del Jefe del Grupo de Menores de la Policía Autonómica había sido poco menos que exquisito. Por parte de la Fiscalía del T.S.J.A. recibimos otro escrito en el que se hacía constar que no se observó irregularidad alguna en la actuación del Fiscal del Menor. 

(De Juan Pedro Oliver Jiménez, 24 de Marzo 2004)

... PRIMERO.- El compareciente fue designado el pasado 7 de Marzo de 2003 por el menor FLORIAN MARTÍN MENU, de nacionalidad francesa, y que cuenta actualmente con 13 años de edad, como su representante legal, a los efectos previstos en el artículo 9, punto 2 de la Ley de Protección Jurídica del Menor del año 1996.

Florián es un menor de 13 años que residía en Granada desde el pasado mes de octubre de 2003, a donde había llegado desde Guadalajara, ciudad en donde ha estado viviendo un año con una familia de acogida, bajo la tutela de Castilla La Mancha, tras haberse fugado del hogar de su madre, en Francia, en Octubre de 2002, a la que acusaba de malos tratos. En Granada ha estado viviendo con el apoyo de esta asociación y el mío personal, por voluntad expresa del niño, al haberme manifestado su deseo de que fuese su letrado en el proceso de repatriación que pudiera iniciarse y que quería también que ejerciera su guarda hasta tanto se resolviera su situación legal en España, habiéndolo solicitado mediante escrito en Julio del 2003 ante la Consejería de Bienestar Social de la Castilla la Mancha en Guadalajara, sin que hasta la fecha haya obtenido respuesta.

TERCERO.- El pasado día 16 del presente mes, sobre las 11,30 horas de la mañana, tres agentes de la Policía Autonómica se presentaron en el Colegio La Asunción, de Granada, donde el niño estaba perfectamente escolarizado, y requirieron al menor para que les acompañara, cosa a lo que el niño se opuso, alegando que no se iba si no estaba su representante presente. Según versión del menor, expuesta personalmente al compareciente, los agentes le indicaron que tenía que acompañarles de todas maneras. Ante ello el niño fue trasladado, con su oposición, a la Comisaría de la citada Policía, en la Plaza de Campoverde.

Desde allí, la Policía me telefoneó sobre las 12,45 indicándome lo sucedido. Me trasladé a las dependencias policiales, encontrando al niño descompuesto y nervioso, vigilado en todo momento por un agente policial que no nos dejó estar solos. 

Solicité información y se me comunicó que la Fiscalía de Menores de Granada había dado la orden de traslado. Pedí la comparecencia inmediata del menor ante la Fiscalía de Menores y me fue negado por el Jefe del Grupo de Menores de la Policía, que dando voces se negó a facilitarme su nombre, aunque ante mi insistencia, se vio obligado a identificarse con su número de placa. Ante ello, pedí que el menor fuese oído en la propia Comisaría para manifestar su opinión sobre su situación personal y manera como se había producido el traslado, cosa a la que el citado Policía se negó.

CUARTO.- Que luego más tarde volví a la Comisaría a interesarme por el niño, comunicándoseme que lo habían puesto a disposición del Servicio de Protección de Menores, pero, por más que indagué ante la Fiscalía del Menor (cuyo Fiscal de guardia esa tarde no estuvo localizado, y el resto de la semana tampoco la Fiscal que llevaba el caso), o ante Protección de Menores (cuya responsable me informó que había pasado la noche en un centro del que no me podía dar el nombre y que no sabía cuando iba a ser trasladado a Guadalajara), no logré poder comunicar con Florian, ni saber como se encontraba, ignorando si estaba todavía en Granada.

QUINTO.- Que el día 22 de Marzo tuve conocimiento por un compañero del colegio de Florian, de que éste le había llamado por teléfono desde un centro de menores en Guadalajara, diciéndole que lo habían trasladado a la fuerza, que lo había pasado muy mal en Granada y que un Policía le había maltratado, dictándole el teléfono del centro al que le podía llamar.

SEXTO.- Que desde la asociación, en la tarde del 22 de Marzo, nos pusimos en contacto telefónico con Florián, manteniendo con él una conversación en la que nos declaró que había recibido en Granada malos tratos y gritos del Jefe del Grupo de Menores al obligarle por la fuerza a ir a un centro de menores. Dice que como se negó llorando fue sujetado por varios policías y el Jefe lo zarandeó y cogió del cuello dándole un golpe en el vientre, mientras le daba voces, recordando que, entre otras cosas le dijo “gilipoyas”; y que fue llevado a la fuerza agarrado por los policías hasta el coche que lo trasladó. Dos días después, cuando varios policías fueron a recogerlo al centro de menores para trasladarlo a Guadalajara, le conminaron a que obedeciera advirtiéndole que si no accedía se lo iban a llevar igualmente a la fuerza, por lo que, ante el temor de volver a ser agredido no opuso resistencia. Asimismo, nos dijo que había estado en el centro de menores “Bermúdez de Castro” de Granada desde la tarde del 16 a la tarde del 18 de Marzo, y que durante todo ese tiempo el personal del centro le negó establecer comunicación con amigos o familiares, y con su representante legal, a pesar de que lo pidió muchas veces y a menudo llorando, sintiéndose como que había sido secuestrado, pues tampoco se le permitió recoger o llevar consigo objetos personales del piso donde residía.

Que a la queja que ya había yo formulado con fecha 19 de los corrientes ante la Fiscalía del T.S.J.A. contra la actuación de la Fiscalía de Menores y el Jefe del Grupo de Menores de la Policía Autonómica por las formas en que se ha procedido en la retirada de Florián, voy a ampliar en el día de hoy la información que nos ha suministrado telefónicamente el menor, presentando un nuevo escrito con los supuestos malos tratos que el niño denuncia, incluyendo lo que el niño dice sobre el aislamiento e incomunicación a que fue sometido durante los dos días en un centro de Granada, para que estos nuevos datos sean tenidos en cuenta en la investigación que ha ordenado abrir el Fiscal Jefe del T.S.J.A.

Por todo ello, y ateniéndome a lo que yo mismo pude percibir directamente del comportamiento del Jefe del Grupo de Menores y que ya queda descrito, así como a la información complementaria que aporta el niño Florián, acusándolo de haberlo maltratado físicamente, insultado y darle gritos, pido, en nombre de la asociación, y por respeto a la dignidad y los derechos del niño que consagra nuestro ordenamiento jurídico (nacional y autonómico), que se adopten medidas contra el citado responsable del Grupo de Menores de la Policía Autonómica de Granada, para que se sea apartado de una sección que requiere funcionarios especialmente preparados y capaces, con la suficiente sensibilidad para tratar con menores necesitados de protección, y no de funcionarios que adoptan posturas violentas, o de prepotente autoritarismo (yo soy testigo personal) para resolver los conflictos que se les presentan en el trato con dichos menores. Máxime cuando nuestra sociedad y, en particular, el Gobierno andaluz, están preocupados y decididos a terminar con el fenómeno de la violencia en todos los ámbitos en que ésta se muestre, repugnándonos y alarmándonos que la ejerzan personas a las que la sociedad ha encargado, precisamente, la protección de los menores. Por eso he dirigido este escrito también a la Consejería de Gobernación.

También me preocupa, y nos preocupa en PRODENI, actitudes como la de los responsables del centro de menores donde el niño estuvo en Granada, contrarias a la dignidad y los derechos de Florián, al mantenerlo aislado e incomunicado durante dos días, a pesar de sus ruegos y lloros; incluyendo aquí a los responsables del Servicio de Protección de Menores si es que tenían conocimiento de ese trato o aún lo habían promovido. 

Por otro lado, consideramos inaceptable la situación que se ha creado en torno a este niño, tanto los procedimientos seguidos con él en Granada, como el hecho de que se encuentre en un centro de menores en Guadalajara contra su voluntad, habiendo sido apartado del colegio donde asistía regularmente, de sus amigos y de las personas que velábamos por él. Florián vive ahora una situación de riesgo indudable que antes no tenía. No acepta irse a Francia si no es para estar con su padre, y menos para ser ingresado en un centro de menores. No acepta tampoco lo que está pasando ahora (en Granada vivía con la esperanza de que su caso se iba a resolver un día u otro y que podría reunirse con su padre). En Francia se fugó varias veces hasta conseguir llegar a España. Con toda probabilidad volverá a hacerlo aquí o en Francia poniéndose en peligro si no se le permite estar con las personas que quiere, y ahora estaba perfectamente integrado en Granada, bajo nuestro apoyo y protección, sin problemas de ningún tipo. Por eso solicitamos en su día la custodia del niño ante el Servicio de Protección de Menores de Granada y Bienestar Social de Guadalajara, sin que hayamos obtenido respuesta alguna. En definitiva, consideramos que los métodos y formas empleados para la retención de Florián contra su voluntad, primero en Granada y ahora en Guadalajara son contrarios a su interés, conculcan derechos fundamentales y pervierten los principios y filosofía que inspira y debe inspirar la actuación de los responsables públicos en casos como éste.

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