Capitalismo salvaje desde la escuela: cromos de
fútbol a diez euros y videojuegos con tarjeta de crédito
Panini ha sacado sobres especiales a 10 euros que
aumentan la probabilidad de obtener los cromos de Messi o Ronaldo y engancha
a toda una generación: completar un álbum cuesta entre 600 y 800 euros
La multinacional que factura 65 millones en España
niega haber pagado a Youtubers menores por publicidad encubierta pero manda
material gratis a sus familias
Crece el número de adolescentes que usan tarjetas de
crédito de sus padres para fichar estrellas en videojuegos y competir con
mejores equipos
EA Sports factura 800 millones de dólares al año con
el mercado interno del FIFA donde se vende todo: futbolistas, balones
virtuales, escudos y equipajes
Carátula del FIFA 2018 y cromos de la colección
Adrenalyne de Panini, que vende sobres a 10 euros.
Leo celebró la primera comunión el pasado mayo en
Santiago y a cada uno de sus amigos les pidió de regalo 50 euros en cromos
de la Liga. Su madre dijo entonces que por encima de su cadáver y al final
todos los invitados hicieron bote para comprarle una tele. Su familia está
aburrida de ver cómo el poco dinero que maneja un niño de ocho años se va
en abrir sobres de su colección de fútbol.
El de Leo no es un caso aislado, hay toda una
generación de chavales entrampados con los cromos. Panini,
una multinacional italiana que facturó 631 millones de euros en 2016 con
divisiones en 120 países y más de mil empleados, ha revolucionado el
mercado con una nueva fórmula que ha ido introduciendo durante los últimos
años: sobres a precios prohibitivos para esos hogares que pueden (y
quieren) pagarlos. Su colección Adrenalyne trae de cabeza a los niños de
Primaria y ofrece distintas opciones. Los de un euro contienen seis cartas
de jugadores de Primera División. Que nadie espere sacar de ahí a una de
las grandes estrellas del campeonato. Para eso están los sobres Premium,
que cuestan 5 euros e incluyen 10 cromos, cuatro de ellos de ediciones
especiales, según se anuncia en la publicidad. Y sobre todo, están los
Premium Oro, que se venden por 10 euros y envuelven 14 cartas, tres de
ellas con ribetes dorados para enmarcar a los futbolistas que todos los
chavales quieren.
Dentro de uno de los quioscos de la Gran Vía
madrileña, Manuel se confiesa asustado con el éxito de la colección: "Hay
muchísimo furor entre los chavales y algunos mayores. Hay padres que
vienen y compran 30 o 40 sobres de una misma caja y eso es hasta
inteligente porque se evitan que les salgan tantos repetidos. Con tal de
que el niño se calle, los compran al precio que sea. Es un atraco,
nuestros cromos costaban 25 pesetas [15 céntimos] y ahora se venden a 10
euros. El álbum, un trozo de papel, cuesta ocho. Si alguien echase
cuentas, comprobaría que hacer toda la colección de la Liga le va a salir
por 500 o 600 euros".
Álbum de Panini del Mundial 1982.
El matemático británico Paul Harper, catedrático en
la Universidad de Cardiff, ha hecho su propio cálculo de lo que costaría
completar el álbum del Mundial de Rusia, que en esta edición incluye 682
cartas de las 32 selecciones clasificadas. Según el estudio de Harper que
parte de un análisis de probabilidades, acabar el álbum costaría en Reino
Unido 773,6 libras (883 euros). Harían falta 4.832 cartas para descartar
las repetidas. En España esos mismos cromos que en Londres se venden a 80
peniques (91 céntimos de euro) cuestan 1,5 euros. Y han salido cajas
especiales a 12 euros.
Natalia, madre de Senén, también de ocho años, da
la batalla por perdida. Ella se resiste a comprar los cromos pero no
prohíbe que sus hijos gasten en ellos sus pequeños ahorros o parte del
dinero que les puedan dar los abuelos. "Yo me niego a comprárselos y ellos
lo saben. Pero tienen una pequeña paga y son ellos quienes deciden a qué
dedican el dinero y las propinas que les dan otros familiares. A su padre
también le gustan y disfrutan jugando juntos. Aunque los sobres de diez
euros me parecen una locura".
Paquete de cromos Adrenalyne Premium, que
Panini vende por cinco euros.
La euforia en las aulas de Primaria con la
colección Adrenalyne no es del todo casual. Panini, que facturó en España
65 millones de euros en España el año pasado, ha desplegado una intensa
campaña promocional en Internet a través deyoutubers con
millones de seguidores que reciben el material gratis antes de que salga
al mercado para generar expectación entre los niños. La Red está inundada
de vídeos que no advierten en ningún momento que se trata de publicidad.
Celebrities que no han cumplido los ocho años y pronuncian con dificultad
los nombres de los futbolistas cuentan las bondades de la colección de
Panini a su legión de fans mientras abren sobres y más sobres. Este video
de MikelTube, un niño de ocho años, junto a su hermano Leo, de cuatro,
acumula 830.000 reproducciones.
eldiario.es se ha puesto en contacto con la familia
de Mikel Tube, que niega haber percibido dinero alguno por esos anuncios
publicitarios, aunque sí material gratuito de la editorial para realizar
sus promociones. En un correo electrónico, José, tutor legal de Mikel Tube,
se explica: "Por desgracia Panini nunca nos ha contratado. En una ocasión
tuvieron el detalle de enviarnos una caja de cromos de fútbol (con 50
sobres) y creo recordar que un par de revistas de (blace y micromachine si
no recuerdo mal). Las revistas no nos interesaban mucho y no las
mostramos".
Jordi Battle, director de marketing de Panini
rechaza que su compañía esté invirtiendo dinero para que youtubers que
se han convertido en referentes para millones de chavales anuncien sus
productos. "Cero remuneración. No pagamos nada y tampoco hacemos llegar
material gratuitamente. Hemos creado una plataforma donde hay un apartado
de Youtube en el que nuestros seguidores pueden subir sus vídeos. Tenemos
400.000 usuarios registrados. Todo eso son visualizaciones que gana cada
seguidor generando contenido con nuestros cromos. Estamos creando
comunidad y fans de nuestras colecciones. El vídeo más visto ahí sí tiene
premio: una consola, un iPad, auriculares... Lo creamos porque cada año
nos encontramos con vídeos de gente abriendo sobres. Por eso montamos el
canal. Nosotros lo vemos como una forma de promover la viralidad. Son
vídeos privados que crea un usuario privado y ellos hacen lo que les
parece en los canales. Las visitas van para el usuario, nosotros ahí no
ganamos nada", asegura el directivo de la transnacional por teléfono.
Pero familias de youtubers que
han grabado vídeos abriendo paquetes de cromos y álbumes desmienten esta
afirmación y admiten que Panini acostumbra a mandarles las colecciones
antes de que salgan a la venta para que las publiciten. Niegan que haya
dinero de por medio pero sí material: álbumes y cromos.
En el quiosco de El Corte Inglés en la plaza de
Callao, el corazón de Madrid, Clara certifica detrás del mostrador el
éxito de los paquetes más caros: "Los de 10 euros llevan agotados desde
mayo; yo los he pedido a Panini y nada, no me los mandan. Los compran
padres para sus hijos y seguro que también para ellos. Volverán a salir en
la próxima temporada y serán un éxito igual porque la gente sigue
preguntando".
El multimillonario negocio no deja nada al azar.
Panini ha abierto una tienda en Internet a la que pedir aquellas láminas
que se le resisten a los coleccionistas. Que en el álbum del Mundial falta
Messi... Uno paga tres euros más otros siete por gastos de envío y en el
plazo de una semana lo recibe en casa.
Si los cromos de la Liga han ayudado a enfatizar
las diferencias económicas entre los niños de Primaria, los nuevos
videojuegos y sus fórmulas de pago han llevado directamente el capitalismo
salvaje a la adolescencia. En el mundillo se conoce como "pay to win",
paga por ganar, y el modelo se está extendiendo en las últimas
superproducciones para consolas. Empezó en el Candy Crush y llegó al FIFA,
un videojuego de fútbol creado por otra transnacional, el gigante EA
Sports, que está en boca de todos, después de que usuarios y educadores
hayan alertado sobre problemas de adicción en algunos menores. El portal
especializado Xataca escribió un artículo el pasado mayo para alertar de
que las últimas ediciones del FIFA se
han convertido en máquinas tragaperras para menores.
La fórmula es calcada a la de los cromos de
quiosco, con una diferencia: se pagan con tarjeta de crédito cantidades
mucho más altas. En la versión Ultimate Team que permite a desconocidos
competir en red los equipos se configuran tirando de transferencias
bancarias. Todo cuesta dinero en el juego, que funciona con monedas.
Elegir un balón especial. Configurar un escudo. Disfrutar de un estadio.
Recuperar la forma física de un futbolista cansado...
Y algunas monedas se pueden conseguir compitiendo y
ganando partidos, pero cuando lo que se busca son millones de monedas, los
jugadores han de recurrir a la tarjeta de crédito. El número de cartas con
que configurar un equipo se ha multiplicado desde hace seis años. Un mismo
futbolista tiene diez o doce versiones a lo largo del año, que suben y
bajan de precio en función de sus actuaciones en las ligas del mundo real.
Como en otros juegos de estrategia, el secreto consiste en especular. Pero
aquí el dinero es de verdad. Por cada euro invertido, EA Sports ingresa
100 fifa points. Y por cada 400 fifa
points la consola permite abrir un sobre con 12 jugadores del montón.
Para hacerse con uno sin acudir a la tarjeta de crédito un usuario
necesitaría 20.000 monedas. Ganar un partido al Fifa puede reportar unas
500. Por supuesto, también están los sobres con ediciones especiales, que
son más caros. Para quien quiera hacer cuentas, un dato: fichar a Neymar a
finales de mayo costaba dos millones de monedas.
De momento, el sobre más caro que vende EA Sports
es de 100 euros, pero el juego permite repetir la operación cuantas veces
lo desee un usuario sin que la consola lance ningún aviso. Lo saben de
primera mano algunos padres sorprendidos por los cargos que aparecen en
sus tarjetas.
Alejandro tiene 30 años y juega al FIFA desde 2012.
Ha visto de cerca la mercantilización extrema del entretenimiento de toda
una generación: "Cada nueva versión del juego encarece los sobres y
disminuye las probabilidades de que te toque un Cristiano o un Messi. Hace
años la estrella más cara podía costar 600.000 o 700.000 monedas, ahora en
el catálogo de leyendas Pelé cuesta 10 millones. Para que te hagas una
idea, ganar un campeonato en el juego puede darte 9.000 monedas. Eso en
la Play Station [la consola de Sony], en la Xbox [de Microsoft] es más
bestia porque saca sobres limitados y se establece una puja porque uno ve
cómo se van agotando en tiempo real".
En los foros de Internet proliferan testimonios de
jugadores que se han gastado dinerales para tener equipos competitivos. El
relato en primera persona de un joven de la isla de Jersey que se gastó
5.000 libras en sobres (5.700 euros) suma casi cuatro millones de
reproducciones en Youtube.
En los bajos fondos de Internet prolifera un
mercado negro de monedas del FIFA que EA Sports está intentando frenar.
Centenares de usuarios han visto eliminadas sus cuentas por recurrir a
esos atajos. Pero el negocio sigue creciendo exponencialmente. El director
financiero de EA Sports, Blake Jorgensen, contó
en 2016 rodeado de analistas e inversores durante una conferencia en
Morgan Stanley que el modo Ultimate, esa competición en red entre
desconocidos donde todo se vende, reportaba a la compañía 650 millones de
dólares anuales. En 2017 hizo unas declaraciones al portal gamesindustry.biz en
las que se felicitó por que los ingresos de esa modalidad de la
competición (sin contar las ventas del videojuego propiamente dicho) ya
sumaban 800 millones de dólares por ejercicio.
En España de momento no se ha legislado para poner
freno a un fenómeno que ha alertado
a las organizaciones que luchan contra la ludopatía. Por ahora, todo
es legal porque los menores solo pueden disponer de tarjeta de crédito si
lo autorizan sus padres o tutores.
Hugo es madrileño y acaba de cumplir 16 años. A
diferencia de Leo, él sí ha logrado que su familia le regale una tarjeta
de prepago para la Play: 55 euros que previsiblemente irán a parar a EA
Sports a través del FIFA. La rueda sigue girando.