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Estos son los grandes
beneficios de tocar un instrumento musical desde niños
Tocar un instrumento
musical tiene muchos beneficios, algunos a largo plazo: haberlo hecho de
niño o de joven puede ayudar en la última etapa de la vida
Cristian Vázquez
13 de febrero 2020

Los beneficios
de escuchar música son numerosos. El cerebro libera dopamina –un
neurotransmisor asociado con el placer– no solo cuando la persona escucha
música que le resulta agradable, sino incluso cuando sabe que la escuchará
en el futuro cercano. Además, exponerse a
música contribuye a bajar la ansiedad y
mejora la frecuencia cardiaca y el humor, entre otras ventajas. Como
consecuencia, la música se usa cada vez más como una herramienta
terapéutica.
Pero si escuchar música tiene
efectos positivos, hacer música –es decir, interpretar un instrumento–
produce aún más. Y es que cuando alguien toca un instrumento no solo está
escuchando música, sino que además pone en
acción su mente y su cuerpo, de manera que esta práctica se
convierte en un entrenamiento en múltiples sentidos. En particular, a nivel
cerebral. Como ha ilustrado la educadora neuromusical Anita Collins en un vídeo
de TED, "cada vez que un músico toca un instrumento se desatan fuegos
artificiales en su cerebro".
Fuegos artificiales en el cerebro
¿En qué consisten esos fuegos
artificiales? Cuando alguien escucha música, el
cerebro separa los elementos que la componen (melodía, ritmo,
armonía, etc.) y luego vuelve a unirlos para producir una experiencia
musical integrada. Algo que sucede, desde luego, en brevísimas fracciones de
segundo. Pero cuando la persona toca un instrumento, las áreas del cerebro
involucradas son muchas más, y trabajan "en secuencias sumamente complejas,
interrelacionadas y asombrosamente rápidas", según explica Collins.
Con la práctica de la música, las
partes del cerebro que más trabajan son las
cortezas visual, auditiva y motriz. Aumenta el volumen y la
actividad en el cuerpo calloso, el haz de fibras nerviosas que unen el
hemisferio derecho y el izquierdo, dado que al tocar un instrumento se ven
favorecidos el desarrollo y la salud de ambos. Todo esto es aún más notorio
cuando quienes hacen música son niños.
Un estudio llegó
a la conclusión de que niños de entre cuatro y seis años que habían tomado
un año de clases musicales tenían un
desarrollo cerebral más avanzado y una memoria más amplia que otros
niños de su edad que no habían tomado clases de música. Lo más sorprendente
para los autores fue que este mayor desarrollo no beneficiaba a los niños
solo en el aspecto musical, sino también en habilidades como la
alfabetización, la memoria verbal, las matemáticas, el procesamiento
visoespacial (la capacidad de representar, analizar y manipular objetos
mentalmente) y el coeficiente intelectual.
Hacer música, beneficios cerebrales a largo plazo
Por su parte, varios trabajos liderados
por la investigadora Brenda Hanna-Pladdy, de la Universidad Emory, con sede
en Atlanta, Estados Unidos, apuntan que interpretar instrumentos musicales
tiene beneficios acumulativos y a largo plazo. De acuerdo con estos textos,
hacer música reduce –más que otras actividades– el
riesgo de padecer problemas de memoria y de deterioro cognitivo en
la etapa final de la vida.
En particular, en pruebas
realizadas con personas mayores de 60 años, la
memoria no verbal, el recuerdo de nombres y el desarrollo de procesos
ejecutivos cerebrales fue mucho mejor en quienes habían tocado
instrumentos al menos durante una década que en quienes no lo habían hecho.
Las conclusiones de estos estudios fueron consideradas un "hallazgo
emocionante" por parte de Hanna-Pladdy.
El motivo es que fortalecen la
idea de que "los altos niveles educativos pueden generar reservas
que retrasarían la aparición de los síntomas de Alzheimer o el deterioro
cognitivo". En el mismo sentido, también sugieren que la actividad
musical puede formar parte de ese enriquecimiento cognitivo y obliga a
plantearse de qué manera debería integrarse (o modificarse el papel que
desempeña) en los sistemas educativos.

Foto: Pixabay
Otros beneficios de tocar instrumentos musicales
Además de los citados beneficios
a nivel cerebral, existen varios otros efectos positivos de tocar
instrumentos musicales. Algunos de los más importantes se enumeran a
continuación.
1. Potencia la imaginación y la creatividad
Quienes tocan un instrumento
musical –y, en general, cualquier persona que se dedica a una actividad
artística– aprenden a pensar de manera creativa y a resolver problemas
gracias a poder imaginar muchas soluciones posibles, rechazando
presunciones y reglas anticuadas.
Así lo apunta Carolyn Phillips,
exdirectora ejecutiva de la Norwalk Youth Symphony, de Estados Unidos (una
de las orquestas sinfónicas de jóvenes más prestigiosas del mundo), en un
texto tiulado "Doce
beneficios de la educación musical". "Las preguntas
relacionadas con el arte no tienen una única respuesta correcta", añade
Phillips.
2. Ejercita la disciplina, la paciencia y la
perseverancia
En la práctica de la música no
interviene el azar: para cumplir los
objetivos hay que dedicar tiempo, ser constante y ordenado,
practicar muchas horas para que el esfuerzo comience a dar sus frutos. La
interpretación de un instrumento es como un trabajo de artesanía: quienes lo
estudian, señala Phillips, "aprenden a combinar los detalles de forma
minuciosa y a distinguir un trabajo mediocre de uno bueno".
Esto redunda en un nuevo nivel de
excelencia para los aprendices, quienes amplían
así sus recursos internos. "A través del estudio de la música, los
estudiantes aprenden el valor del esfuerzo sostenido para lograr la
excelencia y las recompensas concretas del trabajo duro", añade la experta.
3. Reduce el estrés y la ansiedad
La idea de que dedicarse a una
actividad artística o creativa reduce el estrés y la ansiedad es casi de
sentido común. No hay, sin embargo, demasiados estudios científicos que lo
corroboren. Uno
de los primeros data de 2016 y corroboró
un descenso en los índices de cortisol (la hormona que el cuerpo
produce ante situaciones de estrés) cuando distintas personas se dedicaron a
tareas artísticas.
La directora del estudio, Girija
Kaimal, investigadora de la Universidad Drexel, con sede en Filadelfia,
Estados Unidos, ha declarado que
tanto la ejecución de un instrumento musical como otras disciplinas
creativas (dibujar, escribir, bailar,
cantar, etc.) contribuyen con el objetivo
de reducir la tensión y relajarse.
4. Eleva la autoestima
La práctica de la música, es
decir, ser capaz de tocar instrumentos musicales gracias a la disciplina, la
paciencia, la perseverancia y el esfuerzo mencionados más arriba, sin duda
es una fuente de satisfacción. Una satisfacción que mejora
los niveles de autoestima, tal como comprobó un estudio de
investigadores iraníes.
De hecho, las conclusiones del
artículo –publicado en la revista especializada Procedia– finalizan con la
recomendación de incluir la capacitación en
instrumentos musicales en los programas educativos, con un doble
objetivo: que los niños y jóvenes puedan conocer y beneficiarse de distintas
influencias musicales y, sobre todo, aumentar la confianza en sí mismos.
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