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“Mi hija sacaba notables, aún así le hicieron repetir
porque no hablaba”
Octubre es el mes de concienciación del Mutismo
Selectivo, un trastorno de ansiedad que sufre 1 de cada 1000 niños en el
cual el silencio es un arma de doble filo.

1 de cada 1.000 niños sufren mutismo selectivo
20/10/18
Ángela Luján
Lo
cierto es que a veces este problema se confunde solo con timidez, pero va
mucho más allá, es una ansiedad
Falta
apoyo en los centros educativos, integradores sociales o especialistas del
tema
Es muy
importante antes de centrase en quien sufre este problema, orientar a los
padres de cosas que no deben hacerse
El mutismo selectivo puede confundirse con un caso de
extrema timidez. Pero lo cierto es que aunque no es un trastorno de ansiedad
habitual, 1 de cada 1.000 niños lo sufren a la hora de relacionarse de tú a
tú en algunos ámbitos. En la escuela es uno de los lugares donde empieza a
notarse un silencio en los niños y niñas que sufren mutismo selectivo. Por
su parte, Patricia Díaz Seoane, psicóloga referente en este trastorno en
España, confiesa que en los centros educativos los profesores deben atender
la diversidad social porque la etapa de infancia en los colegios es muy
importante para su tratamiento.
En España existe la
Asociación de Mutismo Selectivo y Trastornos de Ansiedad (AMSTA), asociación
a la que Patricia pertenece junto a Ángela, su presidenta. Patricia y Ángela
coinciden en muchas cosas. Una de ellas es el desconocimiento de este
trastorno de ansiedad, que a veces es la causa de que una persona no alcance
a superar su fobia a hablar. En la película ‘El mejor verano de mi
vida’, estrenada este verano, se ha tratado este trastorno protagonizado por
Laura, una niña que no habla a pesar de los intentos de su psicóloga hasta
que aparece Nico, con quien parece no existir el silencio.
Ángela, ¿qué es el
mutismo selectivo?
Es un trastorno de
ansiedad. Lo que esto provoca es que el niño o la niña que sufre mutismo
selectivo no habla en lugares específicos. Por ejemplo, en el colegio igual
hablan con los compañeros pero con los profesores no, o no se relaciona con
ninguno. Con la familia suele hablar, pero es en el colegio donde no y
también donde más se nota la presencia de este problema. No solo le pasa a
niños, también es cuestión de adultos, aunque si se trata desde antes de
manera correcta es posible que no prevalezca.
¿Cuáles son las
características de un niño con mutismo selectivo?
Son personas muy tímidas
y nerviosas. Si les presionas con que hablen o con cualquier cosa, ellos
bajan la mirada, les sudan las manos, se sienten inseguros. En el colegio,
además, suelen tener dolores de tripa, dolores de cabeza, siempre tienen
algo. Lo cierto es que a veces, este problema se confunde solo con timidez,
“tu hija es muy tímida”, “tu hijo es muy tímido”, pero va mucho más allá de
la timidez, es una ansiedad.
Eres presidenta de la
Asociación de Mutismo Selectivo y Trastorno de Ansiedad, ¿qué labor
desempeña la asociación?
La asociación se creó
para dar a conocer este trastorno y ayudar. Hay muchos padres que no saben
lo que tiene su hijo o hija, así de esta manera, compartes lo que te pasa,
ayudamos a identificar los síntomas porque al principio puedes creer que es
timidez. En la Asociación tenemos dos psicólogas en el grupo, que es un
apoyo fundamental. Nosotros queríamos ayudar a otros padres porque mi hija
apenas lo sufre ya, tiene 15 años y se relaciona.
Vosotros, como padres
con una hija con mutismo selectivo, ¿cómo identificasteis el problema?
Mi hija siempre era una
niña tímida. Nos dimos cuenta con tres años cuando comenzó el colegio.
Empezamos a llevarla a un psicólogo privado especialista en ello y ya nos
contó lo que le sucedía y cómo ayudarla. Esto último parte de no agobiar,
presionar, preguntar todo el rato, así de esa manera la niña mejoró. El
problema es lo que viene después. A mi hija la presionaban para que hablara
en el colegio en cuarto de Primaria, a veces llegaba a casa y me decía: “Me
ha dicho este profesor que tengo que hablar en un mes”. La profesora en todo
momento sabía el problema de mi hija, pero que no hiciese caso al final
provocó un problema de ansiedad y que no quisiera ir al colegio por la
presión. Por esa parte, dejó de ir a clase y eran los profesores los que
venían a casa.
El entorno educativo
es decisivo para el progreso de alguien que sufre este tipo de ansiedad.
Sí, y por otra parte para
que no avance. En nuestro caso, ahora mi hija está en un colegio privado
porque en otra parte no puede estar, no tenían ayudas. Es una vergüenza que
yo tenga que pagar un colegio privado en el cual a tu hija la traten como la
tienen que tratar, entender su problema y ayudarla a sentirse segura y
avanzar. Un niño con mutismo selectivo necesita que vayan a su ritmo, no que
le presionen. Hemos tenido que escuchar muchas veces que son niños
caprichosos que quieren conseguir algo, pero no quieren conseguir nada, mi
hija me ha preguntado más de una vez que por qué la pasa eso. No es normal
que alguien con este problema tenga que escuchar “si no hablas te llevo con
los niños pequeños”.
Falta apoyo en los
centros educativos, integradores sociales o especialistas del tema. Siempre
dicen que no hay dinero. Y luego falta conocimiento, saber cómo tratar esto.
Mi hija sacaba notables, aún así le hicieron repetir porque no hablaba. Se
piensan que es la edad, que son vagos, no quieren estudiar, son caprichosos,
etc, pero no es así. Luego los médicos también lo achacan a un problema de
timidez. Pero ves que eso va cada vez a más y no es solo timidez, porque es
muy raro que no hable, es ansiedad. Es importante darle confianza a la
persona porque así comenzará a hablar, pero si la presionas va para atrás.
Y desde un entorno
familiar, ¿cómo afecta?
Muy mal porque te crea
mucha ansiedad también a ti como madre o padre. Es frustración porque no
entiendes lo que le pasa a tu hija. Luego, claro, sabes que necesita a
alguien que la entienda, volvemos al tema del colegio, ¿dónde la llevo? Es
fundamental llevarla a un sitio donde ayuden a niños con este problema. Es
impotencia porque no sabes cómo gestionar a veces las cosas. Además, es una
trastorno poco conocido. Eso también es una dificultad.
¿Qué tratamiento o
pautas ha seguido vuestra hija para ayudar a calmar este tipo de ansiedad?
Tiene ayuda de una
psicóloga. Sobre todo lo que más la ayuda son las habilidades sociales y
ejercicios de relajación. Por otra parte, también que practiquen alguna
actividad, pintura, gimnasia rítmica, yoga, cosas que les calme la ansiedad.
Además, es muy importante
para el progreso de la ansiedad. Si no te ayudan bien, puedes sufrir siempre
mutismo selectivo e incluso un trauma. Es como todo, si te tratan y te
comprenden, irá a mejor, si por otra parte te crean una fobia social…costará
mucho. Es a los 22 años más o menos cuando este problema empieza a
desaparecer, pero claro, eso depende de cómo se trate. Ahora mi hija apenas
tiene mutismo selectivo, le cuesta hablar pero cuando ve que la escuchan y
entienden, habla, lo que tiene es una fobia escolar creada por la forma en
la que han tratado su problema de ansiedad.
“SÍ, MI HIJO SÍ HABLA,
PERO EN ESTE MOMENTO NO LE SALE”
Patricia, psicóloga de la
asociación que ayuda a niños con mutismo selectivo, cuenta que este
trastorno comienza en el inicio de la infancia y si no se trata prevalece en
el tiempo.
¿Cómo se trata a
alguien con mutismo selectivo?
Hay muchos tratamientos,
depende del niño y del grado. Los que se ha ido viendo que tienen más
eficacia son los de corte cognitivo conductual. Además, tenemos que
diferenciar también en que no es lo mismo tratar un mutismo selectivo en un
niño que se le detecta en Infantil, que en Primaria y Secundaria. En este
caso es más fácil con alguien que lo ha desarrollado en una época temprana
porque no ha adquirido ciertas cosas que hay que quitarlas. También hay que
explicar que sucede en adultos, no solo es cosa de niños.
Es muy importante, antes
de centrase en quién sufre este problema, orientar a los padres de cosas que
no deben hacerse, como por ejemplo excusar el habla. Un ejemplo muy
claro es la escena del ascensor, cuando una persona le dice a un niño
“¿cuántos añitos tienes?” Y el niño se queda callado sin contestar y es el
padre el que responde, “tiene cuatro”. Eso es excusar el habla, contestar
por él, eso crea una comodidad para el niño porque responden por él. Eso
sería el ejercicio de los padres.
Con los niños hay que
trabajar con la aproximación al habla, premiar el habla cuando se hace bien.
No es necesario hablar de primeras, no es lo importante, pueden, por
ejemplo, empezar con un susurro o con un soplido, que te hablen al oído. Lo
que yo hago es que hablen a su papá o mamá al oído delante de mí, y luego
que se vayan alejando poco a poco y así hablar más fuerte. Siempre es un
ejercicio reforzado y nunca castigado, si no se da el habla no pasa nada. Yo
juego con gominolas, cuando hacen algo bien les ofrezco una, cuando ellos la
eligen les preguntó cómo es, si hay muchas, de tal manera que hable.
Y en el entorno
educativo, ¿qué es necesario para ayudar a un niño?
Para que el habla se dé
el profesor debe tener parte de su tiempo liberado para trabajar de manera
individual con la persona que sufre mutación selectiva, requiere mucho
tiempo y a veces están solos en el aula. El tratamiento dentro de la
escuela, que es donde más se da el mutismo, no se puede realizar. Hay
que darse cuenta de una cosa, cuando el niño pasa a Primaria la lectura es
obligatoria, entonces esas son situaciones de evaluación en las que los
niños se ponen muy tensos y claro, el profesor no entiende a qué se debe y
eso es un retroceso, ¿por qué? Porque seguramente los profesores hagan lo
que no hay que hacer: “Hasta que no hables no sales de aula”. Ese niño o
niña no te va a hablar aunque le castigues, ni a ti ni a nadie, y menos en
voz alta, por eso antes de ese momento hay que tener otra comunicación con
el niño, pero claro, es muy difícil si ese profesor no tiene algo de apoyo
para que pueda hacer el trabajo correcto.
¿Qué no hay que hacer
bajo ningún concepto para no dificultar el proceso?
Bajo ningún concepto nos
debemos poner como adultos que somos en la obligación sin opción, es decir,
“hasta que no me contestes no te mueves de aquí”. Y sobre todo, que los
padres no respondan por ellos, yo le aconsejo que en vez de decir que su
hijo es tímido que digan lo que pasa realmente, “Sí, mi hijo sí sabe hablar
pero en este momento no le sale”. Los niños son muchas más cosas que hablar,
es innecesario centrarse en el habla aunque sea la parte visible del
problema.
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