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HUMANIDADES: Ciencias de la Información
Tortura en la librería: cómo escoger tu mejor libro infantil de ciencia
El nobel de literatura Bertrand Russell veía solo dos razones para leer:
disfrutar y fardar. Aquí repasamos la oferta editorial científica para niños
y niñas atendiendo al primer motivo –aunque ambos no son excluyentes–.
Mónica Salomone | 23
diciembre 2019 08:00

Si conoces niños, regálales libros. / AdobeStock
La buena noticia es que la categoría Infantil/Ciencia vive una explosión
editorial; la mala, que hay que elegir. ¿Origen de la vida o física
cuántica? ¿Profusión de datos o una buena trama? Las opciones son muchas
y el objetivo, uno: provocar un “wow” mental que alimente el deseo de
saber.
“¡Mira qué ilustraciones! ¡Qué originales!”, dice Viviana Alonso,
librera de Traficantes
de Sueños (Madrid), mientras abre pop-ups y solapas. “En el
libro infantil es donde los editores son más creativos. Hay mucha
innovación”.
En los contenidos hay más variedad “sobre todo en las editoriales
pequeñas, que se atreven más y no van a lo seguro”, añade Alonso. En los
libros de ciencia se nota.
Temas más allá de los clásicos
No fallan los temas de siempre como los dinosaurios,
con obras como El
huevo maravilloso y Dinosaurium;
y el espacio, como la biografía para niños de Neil
Armstrong.
Entre los libros de naturaleza, destaca Cómo
hacer una casa en un árbol, donde la ilustración es
protagonista, o Rescate
animal, en el que los lectores deciden el futuro de cada
especie.
Sobre el cuerpo humano hay obras preciosistas como Ilumianatomía,
o el último título de la serie del Profesor
Astro Cat, o el clásico de 1982 (que puede conseguirse de segunda
mano) Cómo
trabaja tu cuerpo.
En los últimos años, el abanico de temas se ha ampliado
y la ciencia para niños en español incluye joyas como Mi
primer libro de Relatividad; obras sobre astrofísica,
como Desde
el Universo hasta la Tierra;
de matemáticas (Matemática
mente); o sobre evolución, con una versión
infantil de El
origen de las especies de Charles Darwin.
El cuidado del medioambiente se aborda desde
perspectivas tan originales como la de Basura,
todo sobre la cosa más molesta del mundo, y se percibe una
especial atención a la crisis climática, con títulos
como El
clima a tu alcance o Cambio
climático).
Otros libros exploran cuestiones tan ambiciosas como la historia
del universo desde sus orígenes hasta nosotros en Cómo
se formó el mundo.
Mención aparte merecen los de experimentos, los de tipo ‘cómo
funciona’ (Los
viajes cotidianos de las cosas ordinarias, o Inventos
en 30 segundos) y los de preguntas, del estilo
de Papá
¿dónde se enchufa el sol?
También hay innovación en el tratamiento de los temas.
Para Eduardo Acín, fundador a principios de 2019 de Shackleton Books,
“cada vez hay más propuestas que buscan ir más allá de la mera
aproximación enciclopédica y exploran otros lenguajes, como la ficción,
el cómic o los personajes de fantasía. Hoy podemos encontrar una especie
de tebeo en el que un esqueleto nos
describe el funcionamiento del cuerpo, o un
gato nos lleva de viaje por el espacio”.
A cada cual lo suyo
Sí, escoger es una tortura. Un punto de partida es pensar en el
destinatario: ¿Qué llave abre a tu niño o tu niña? Como dice
Viviana Alonso, “un libro no es solo un libro, sino un viaje, algo que
recuerdas siempre, que te hace pensar y sentir”. Pero ese efecto es
personal e intransferible, y solo se consigue cuando libro y lector
encajan como llave y cerradura.
Ilustraciones impactantes (¿En
qué mundo vives?), historias personales (Las
ideas de Ada), las respuestas que estaba buscando (¿Por
qué brilla el sol?)… Cada mente tiene su clic, y conviene
acertar so pena de cadena perpetua en la estantería hasta para el mejor
de los libros –la experiencia de quien escribe este reportaje es que los
niños tienden a la crueldad en este punto–.
En cuanto a la edad, es importante, sin duda, pero ojo: los
compartimentos no son estancos. Hay libros con muy poco texto capaces de
encandilar al de cinco y a la de cincuenta (Fuerte,
suave, murmurando o Veo
el mundo).
Quizás porque, como dijo el matemático John Conway, “lo más difícil es
desaprender todo”. Mi
primer libro de física cuántica o Sobre
un rayo de luz también se dirigen a adolescentes y sus
familias, y con Evolución el
rango es aún mayor.
¡No están estudiando!
Así pues, a cada lector su formato. Pero hay un ingrediente, dicen en
Shackleton Books, que raramente falla: provocar la risa.
“A los niños no hay que convencerles de que la ciencia, el cosmos, el
cuerpo humano o la historia son interesantes”, dice Eduardo Acín. “Se
trata de no abortar esa curiosidad espontánea: ponerse en su lugar y
emplearse a fondo en buscar los recursos que les hagan disfrutar del
contenido, en lugar de convertirlo en algo académico, convencional. En
esa ecuación, el sentido del humor nos parece una variable fundamental”.
Ellos, por ahora, apuestan por biografías, como las de Einstein, Marie
Curie y Darwin.
Laura Morrón, editora de Next Door Publishers, destaca dos elementos en
los libros de ciencia para niños: “Tienen que ser vistosos, entrar por
los ojos, y prácticos, porque la teoría ya la tienen en la escuela”,
aunque no hay que renunciar a profundizar un poco. “No se trata de
contarles un rollo, desde luego, pero la ciencia también requiere un
proceso calmado”, dice Morrón.
Con esos principios Next Door acaba de sacar Un
mundo microscópico, un manual para usar el microscopio con el
que aspiran a ayudar a los niños “a tener la experiencia de descubrir”,
solos o con adultos.
Tres claves
A la hora de la verdad, ninguna fórmula mágica anulará el vértigo de la
decisión. Por si sirven, vayan tres recomendaciones más,
recopiladas en charla informal con editores, libreros, amantes de la
ciencia y, simplemente, madres y padres.
Una: la claridad en la exposición de hechos es
requisito obligado, pero nunca suficiente –la mayoría de libros de texto
hacen su trabajo–.
Dos: el exceso de información abruma; adelantar
demasiadas respuestas mata posibles preguntas.
Tres: si la obra parece aburrida (al adulto),
seguramente lo será (para el niño).
Por algo el nobel Bernard Shaw tenía por costumbre no dar a los niños
libros que él no leería.
Nuestros siete fantásticos
1) Caca.
Una historia natural de lo innombrable. “La caca es una de
las cosas más útiles que existen”, proclama este libro divertido,
sorprendente e informativo, que atrapa desde a quienes aún están en
la fase cacaculopedopís hasta al naturalista exigente.
Otras obras del ilustrador Neal Layton (Historia
de las cosas, Historia
de las estrellas) tienen el mismo delicioso sabor
irreverente.
2) Los
mundos invisibles de los animales microscópicos.Ilustraciones
espectaculares que fascinan a cualquiera, una gran historia en cada
página, un tema poco habitual. Para todas las edades y un amplio
espectro de gustos. Inconveniente: puede dar ganas de rascarse.
3) Ciencia
Ilustrada. Guía en Imágenes de las maravillas del universo.
“La cantidad justa de información para despertar en las mentes
curiosas el deseo de saber más sobre las fuerzas que animan desde la
célula más diminuta hasta el agujero negro más inmenso”, anuncia su
contraportada. Cubre un sinfín de temas de manera transversal,
artística y poética. Poco texto pero muy evocador.
No olvida la vertiente social de la ciencia. Cuando explica los
mecanismos de la evolución, advierte: “Durante mucho tiempo los
seres humanos hemos usado la evolución como excusa para emitir
juicios y legitimar el odio y la violencia contra otros (…)”. Lleno
de humor y guiños cómplices, en especial a los amantes de Harry
Potter.
4) Desde
entonces hasta ahora. El origen de la vida en la Tierra y
los 4.000 millones de años que siguieron, en ilustraciones nada
serias y con información dosificable a voluntad. Para coger muchas
veces y ver o leer 5 o 50 minutos, solo o en compañía. También
bellamente ilustrado, pero más serio, es el desplegable Historia
de la vida. Evolución.
5) La
vida amorosa de los animales. Todo lo que siempre quiso
saber sobre sexualidad animal y nunca se atrevió a preguntar.
Incluso lo que nunca se le ocurrió preguntar, porque la realidad del
sexo en la naturaleza supera con mucho la imaginación.
El texto promete “cosas divertidas y sorprendentes, horripilantes y
curiosas, conocidas y extrañas, detalles y ejemplos de un sinfín de
formas de vida amorosa de los animales. Pero una cosa nos quedará
bien clara: ¡no hay nada imposible!”. Textos breves y claros, e
ilustraciones que marcan el tono humorístico.
6) De
una pequeña mosca azul es un cuento con su planteamiento,
nudo y desenlace; donde la trama es la cadena trófica. El ciclo de
la vida con ingenio, humor e ilustraciones muy cuidadas, para
pequeños.
7) El
zorro curioso y la relatividad también es un cuento, aunque
no tanto para pequeños. Sirve para jugar mentalmente con conceptos
de la física, y acaba siendo un intento valiente de aproximarse a la
relatividad sin tocar las matemáticas. Los otros dos libros de la
trilogía hablan del origen
del universo y de las estrellas.
Zona geográfica: España Fuente: SINC
Mónica G. Salomone

Periodista especializada en ciencia. He escrito de ciencia,
medio ambiente y medicina para numerosos medios españoles y
alguno internacional. Autora de Morir Joven a los 140 y Un
universo gravitacional.
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