Las muertes de menores en Siria alcanzaron su cifra
récord en 2016, según Unicef
En el sexto aniversario del inicio de la guerra en el
país, la Agencia denuncia que el 2016 ha sido el peor año para la infancia
en Siria
Al menos 652 niños murieron en 2016; 255 perdieron la
vida en ataques dentro o cerca de escuelas
"Había una escuela cerca de casa, pero fue destruida
en la guerra", relata Mahmoud, niño sirio de 11 años que vive en Alepo
Jihan, refugiada siria:
"Antes era una niña inocente, pero la guerra nos ha hecho mayores"
2016 fue el peor año para los
niños en Siria. Las violaciones graves contra los menores en el país batieron su
récord el año pasado, según ha denunciado la Agencia de la ONU, cuando está a
punto de cumplirse el sexto aniversario del inicio de la guerra. Las muertes y
los casos de mutilaciones y el reclutamiento de menores han aumentado de forma
aguda por la escalada de la violencia en el país, señala Unicef.
Alaa
tiene nueve años y está desplazada junto a su familia en Bseireh, en la
ciudad costera siria de Tartous. Lo que más le gusta de su nueva vida es
el mar. Le sorprendió su inmensidad: se lo imaginaba mucho más pequeño,
"como una piscina", cuando vivía en Alepo, de donde huyó en 2012.
"Estaba
sentada jugando con mis hermanos. De repente, la electricidad se cortó y
los bombardeos comenzaron a fortalecerse. Estábamos tan asustados que nos
escondimos en el baño. Toda la habitación temblaba", relata, según el
testimonio que recoge el
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Al menos
652 niños y adolescentes murieron en 2016 en el país, el mayor número de
bajas de menores desde que se comenzó formalmente a documentar este tipo
de víctimas, en 2014, lo que supone un incremento del 20% respecto a 2015.
De los menores fallecidos el año pasado, al menos 255 perdieron la vida en
ataques dentro o cerca de escuelas, de acuerdo a los datos de la Agencia.
Mahmoud
tiene 11 años y está en cuarto grado. Estudió hasta segundo y su escuela
cerró debido a los bombardeos en Alepo. Desde entonces, estuvo sin ir al
colegio cinco años, según su testimonio recopilado por Unicef. "Había una
escuela cerca de casa, pero fue destruida en la guerra. Abrieron otra en
el barrio de Al-Sakhour, así que mis hermanos y yo comenzamos a ir allí",
recuerda.
"Les digo
a todos los niños que vuelvan a la escuela y aprendan. Así podremos
conseguir nuestros sueños", afirma Mahmoud. Alaa, por su parte, está en
segundo grado. "La nueva escuela está bien, pero me gusta más mi escuela
en Alepo porque están todos mis amigos", comenta.
Aumentan los reclutamientos
Asimismo,
la Agencia señala que más de 850 fueron reclutados para luchar en el
conflicto, el doble que en 2015. Unicef explica que los menores son
empleados para luchar directamente en los frentes de guerra y participan
cada vez más en actividades de combate, e incluso, en ocasiones, actúan
como verdugos, suicidas y guardias de centros de detención.
"La
magnitud del sufrimiento no tiene precedentes. Millones de niños de Siria
son víctimas de ataques a diario, sus vidas han dado un vuelco", subraya
el director regional de Unicef en Oriente Medio y Norte de África, Geert
Cappelaere, desde la provincia central siria de Homs. "Cada niño está
marcado para el resto de su vida con consecuencias terribles para su
salud, su bienestar y su futuro", advierte.
La
Agencia de la ONU critica que las dificultades para acceder a distintas
partes de Siria obstaculizan la evaluación del sufrimiento de los menores
y la llegada de ayuda humanitaria para los más vulnerables.
Además de
las bombas y disparos, muchos niños y adolescentes mueren a menudo de
enfermedades que podrían haber sido prevenidas, ya que el acceso a la
atención médica y otros servicios sigue siendo complicada, según describe
Naciones Unidas.
Unicef
indica que de todos los menores de Siria los más vulnerables son los 2,8
millones que residen en zonas de difícil acceso, de los que 280.000 "viven
bajo asedio", casi completamente aislados de la ayuda humanitaria.
Niños
como Mahmoud, que hasta hace dos meses, cuenta, no podía salir de casa
debido a los bombardeos en la batalla por la ciudad. "Lo que más miedo me
daba es estar lejos de mis hermanos si alguno resultaba herido", explica.
El organismo internacional hace un llamamiento a todas las partes en el
conflicto, a quienes tienen influencia sobre ellas, a la comunidad
internacional y a cualquiera que se preocupe por los niños para lograr una
solución política inmediata que acabe con la contienda.
También pide el fin de las violaciones graves contra los menores, el
levantamiento de los asedios y el apoyo sostenible a los Gobiernos y
comunidades de acogida para los niños vulnerables, independientemente de
su estatus.