Un niño muestra un cartel en el centro de detenciones de Nauru //
Facebook: Free the Children NAURU
Los espantosos abusos
detallados en los más de dos mil archivos
Nauru
filtrados son sólo "la punta del iceberg", según han afirmado los
extrabajadores de Save the Children que han redactado muchos de ellos.
En una declaración sin
precedentes, 26 extrabajadores incluidos directores de casos,
trabajadores sociales, especialistas en protección infantil,
profesores y trabajadores de tiempo libre para niños, jóvenes y
adultos se han unido para hablar públicamente de los abusos que
ocurrieron en Nauru y pedir el cierre del centro.
La declaración se ha
producido en respuesta a la publicación de
los archivos Nauru por parte de The Guardian
, en lo que representa la mayor filtración de documentos del sistema
australiano de detención de inmigrantes.
Los
documentos han expuesto el devastador trauma, las enfermedades
mentales y el abuso que se llevó a cabo durante más de dos años,
así como las ineficientes respuestas de los funcionarios del centro
contratados por el gobierno australiano.
Una exprofesora, Jane Willey,
afirmó que los archivos Nauru no revelan la magnitud de lo que
los profesionales han experimentado e informado.
"Al leer los documentos publicados, nos damos
cuenta de que no ha salido a la luz ni una ínfima parte de lo que
hemos informado de forma escrita cada día que trabajamos allí,"
aseguró. "Lo que se ve es sólo la punta del iceberg."
Otra exprofes ora, Judith
Reen, dijo que era normal que los empleados de Save the Children
redactaran informes que luego eran examinados y menospreciados por la
empresa de seguridad Wilson.
"Se nos pedía que simplemente escribiéramos los
informes y luego confiáramos en que investigara la empresa Wilson,
justamente la organización cuyos empleados eran los supuestos
abusadores", advirtió. "La ausencia de supe rvisión
independiente hacía que el sistema de informes fuera inútil y dejaba a
los solicitantes de asilo en un mayor riesgo dentro del centro."
Natasha Blucher, una
exdirectora de casos de Save the Children, declaró que ninguno de los
firmantes está detrás de la filtración de documentos ni sabe de dónde
provino, pero que su salida a la luz les permite hablar
públicamente.
"Como autores de muchos de estos informes, os
pedimos que entendáis que a pesar del lenguaje técnico y clínico que
utilizamos por nuestro trabajo, estos informes registran el gran
sufrimiento de m uchas familias, niños e individuos
y son la prueba irrefutable del daño que se inflige en el centro de
detención," aseguró.
Samantha Betts, una
extrabajadora de tiempo libre de niños y jóvenes, ha aportado
pruebas para la investigación del Senado y refutó las declaraciones
que realizó el ministro Scott Morrison el pasado miércoles.
"Contrario a lo que quiere hace
r creer el gobierno australiano, esto no son simples acusaciones",
afirmó. "Estos son informes objetivos de incidentes que hemos
presenciado de primera mano, escritos durante el cumplimiento de
nuestras tareas profesionales".
Traducido por Lucía Balducci