ESPAÑA
Los menores, que se escondieron para colarse
en el 'ferry', se tiraron al agua y ayudaron a los senegaleses a
llegar hasta una escollera
21.02.14 - 08:42 - JUAN CANO | SALVADOR SALAS
Fotos: Salvador Salas
Son las
diez de la noche y la escollera asiste a una imagen demasiado
cotidiana en Melilla. Diez inmigrantes recorren el desfiladero de
rocas en la oscuridad, guiados por la luz tenue de las farolas del
puerto, los focos de las linternas de los guardias civiles y el ansia
de pisar tierra firme. Al llegar al muelle, ateridos de frío, se
despojan de la ropa mojada y los flotadores de plástico con los que se
lanzaron al agua desde una patera. Un par de ellos levantan un brazo
haciendo el gesto de victoria antes de dejarse caer, agotados, sobre
el suelo.
Desde
la muralla del faro de Melilla la Vieja, decenas de curiosos
contemplan la escena. Los objetivos de las cámaras se centran en los
diez senegaleses, que se abrazan entre ellos para darse calor. Unos
metros más atrás, dos chicos permanecen de pie, apoyados en una verja,
ajenos a los flashes y las luces. Están mojados. También son
inmigrantes, o pretendían serlo. Estaban escondidos entre las rocas
para colarse como polizones en el ‘Melillero’ cuando escucharon a los
inmigrantes pedir auxilio en el mar, y los salvaron. Dos caras de un
mismo drama que anoche se dieron la mano.
Outman
tiene 17 años y es de Nador. Pese a las dificultades del idioma,
explica mediante gestos y alguna palabra suelta la situación. Tras oír
los gritos, vio a varios de los senegaleses levantando los brazos para
pedir ayuda. Se lanzó al agua –la Guardia Civil le proporcionó una
manta térmica para combatir el frío– y arrastró a los dos primeros
hasta la escollera. «Los saqué agarrados cada uno a un hombro»,
acierta a decir. Mientras, su amigo y compañero de viaje Ayoub los
ayudaba subirse a las rocas. «No sé nadar», confiesa el joven, de la
misma edad y nacido en Fez. «Grité: ‘¡Guardia Civil, Guardia Civil!».
Llamada de auxilio
El Centro Operativo de Servicios (COS) de la
Comandancia de Melilla recibió la llamada de auxilio sobre las nueve
de la noche. Media docena de patrullas se desplazó al puerto para
rescatar a los inmigrantes que iban ganando la costa. En el mar, la
patrullera interceptaba la lancha desde la que se habían lanzado al
agua, una embarcación con un potente motor. A bordo aún quedaban otros
cinco subsaharianos, entre ellos el patrón, que fue detenido. Fueron
remolcados hasta el puerto.
Los
diez jóvenes que se lanzaron al agua con flotadores, entre los que
había un menor, fueron atendidos en la curva de la subida a Melilla la
Vieja. Los siete que se encontraban en mejor estado salieron en un
furgón de la Guardia Civil rumbo a la Comandancia. Los otros tres
tuvieron que ser asistidos por una ambulancia de la Cruz Roja y
trasladados al hospital, ya que presentaban signos de hipotermia. De
ahí pasarán al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
El
destino de Outman y Ayoub no es menos incierto. En Melilla, a los
chavales que frecuentan el dique para colarse en un ‘ferry’ y viajar
como polizones se les conoce como ‘menas’ (menores no acompañados).
Suelen dormir en la escollera.