

http://www.eldiario.es/theguardian/alcaldesa-Calais-prohibe-comida-refugiados_0_618388823.html
La alcaldesa de Calais prohíbe dar comida a los
refugiados
Natacha Bouchart dice que son un peligro para la
seguridad y la ciudad francesa intenta evitar que se levante un nuevo
campamento de refugiados
Las autoridades también han impedido que los centros
de caridad de la zona pongan duchas a disposición de los
migrantes adolescentes
Amelia Gentleman
03/03/2017

Imagen de archivo de refugiados sudaneses, algunos visiblemente heridos,
cocinando al aire libre en el antiguo campamento en Calais. / Foto: Thom
Davies.
La alcaldesa de Calais no
quiere un nuevo campamento de refugiados. Tres meses después de que el
campamento original fuera desmantelado, Natacha Bouchart ha prohibido dar comida
a los cientos de refugiados que están regresando al puerto.
Miembro
del partido de centroderecha Los Republicanos, Bouchart ha asegurado que
aprobará medidas "para evitar la distribución de comidas para los
refugiados". El jueves pegaron en los alrededores del campamento los
documentos legales con las restricciones y las autoridades ya han impedido a
varios centros de caridad locales que pongan duchas a disposición de los
refugiados adolescentes.
Los
voluntarios que distribuyen comidas en la zona explican que se han visto
obligados a repartirlas en secreto debido a la enorme presencia policial. En
los centros de caridad para refugiados dicen que piensan ignorar la
prohibición, pero admiten que se están asesorando legalmente.
El decreto
de la alcaldesa, con fecha del 2 de marzo, asegura que la "habitual,
constante y gran cantidad de personas distribuyendo comidas a los
refugiados" en la zona cercana al lugar en que se encontraba el antiguo
campamento pone en riesgo la paz y la seguridad de la zona. El decreto
prohíbe cualquier tipo de "reunión prolongada y reiterada" en la zona. A
todos los efectos, convierte la distribución de comida en delito.
Sarah
Arrom ha estado ayudando a repartir comidas con la
ONG Utopia56 durante los
últimos cuatro meses. Según cuenta a the
Guardian, la policía tiró gas lacrimógeno el jueves contra voluntarios
que querían dar de desayunar a unos 30 adolescentes en un campo cercano a la
autopista, en las afueras de Calais.
" Querían
que dejáramos de repartir comida y querían evitar que la gente durmiera en
esa zona", relata Arrom. "La policía nunca había utilizado gas lacrimógeno
antes cuando intentábamos repartir comidas".
Imagen en la que se
puede ver a dos personas siendo evacuadas de Calais EFE
Arrom también cuenta que esta
semana varios jóvenes refugiados fueron detenidos en dos ocasiones por la
policía después de visitar el centro Secours Catholique, que les ofrece duchas:
"Las condiciones de vida se están volviendo cada vez más difíciles para los
refugiados. No pueden dormir, no pueden ducharse, cada vez están más cansados.
Realmente nos preocupa su futuro".
Según
Arrom, el número de refugiados aumenta día a día, pero las donaciones han
disminuido y la organización benéfica ya no tiene sacos de dormir ni mantas
térmicas para dar. "Cada vez tenemos menos cosas para dar; las donaciones
son prácticamente inexistentes".
Hasta el
jueves, Arrom calcula que Utopia56 distribuía 250 comidas calientes por
noche, un fuerte incremento en comparación con febrero. De esas comidas, el
80% iba a jóvenes de entre 13 y 22 años, en su mayoría de Eritrea, Sudán y
Etiopía. La organización benéfica continuaría distribuyendo comidas aunque
se prohiba "por el simple hecho de que la gente tiene hambre".
Los menores no tienen dinero para comida
Según
Christian Salomé, presidente de la ONG
Auberge des Migrants (Albergue
de Inmigrantes), la prohibición sería catastrófica para los niños
refugiados. "Los adultos siempre encontrarán la manera de comprar comida en
las tiendas, pero para los menores será un gran problema. No tienen dinero".
De acuerdo
con Salomé, nadie sabe la cantidad exacta de refugiados que hay en Calais:
"Llega gente todo el tiempo y solo unos pocos logran pasar al Reino Unido".
Renke
Meuwese, que trabaja con las ONG
Refugee Community Kitchen (Comedor
Comunitario para Refugiados) y Help
Refugees(Ayudemos a los Refugiados), explica que los comedores estaban
preparando unas 400 comidas por día, en comparación con las 50 comidas por
día que preparaban en febrero pasado.
Según Meuwese, la policía parece especialmente
preocupada por reducir la visibilidad de los refugiados: "Quieren que los
refugiados sean invisibles, por eso hacen que repartir comidas en la ciudad
sea más difícil que en el campo; no podemos distribuir de día, así que
tenemos que hacerlo de noche; intentan que los refugiados no estén a la
vista".
El
miércoles, durante su visita a Calais, el ministro del interior francés,
Bruno Le Roux, mandó un mensaje contradictorio. Después de decir que abrir
un centro para recibir a los refugiados atraería a más gente a la ciudad,
añadió: "No impediremos que se repartan comidas".
En el periódico local, La
Voix du Nord, la alcaldesa prometió implementar medidas para evitar la
distribución de comidas y dijo no estar de acuerdo con las declaraciones de
Le Roux, "aunque sea difícil decirlo, a nivel humano".
Su oficina no quiso hacer declaraciones.
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