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DESALAMBRE
Un experimento mete a 40 alemanes en un bote para
ponerse en el lugar de los migrantes que cruzan el Mediterráneo
La ONG Sea Watch recrea las condiciones que han
soportado varios supervivientes en una simulación con ciudadanos alemanes:
"¿Los Gobiernos seguirían negándose a ayudar si los pasajeros fueran blancos
y privilegiados?"
Los participantes permanecieron dentro de un bote
durante un período de tiempo que desconocían y se simularon luces, sonidos y
movimientos del mar
Siete de ellos se salieron pronto y muchos acabaron
con náuseas: "Todos estuvieron de acuerdo unánimemente en que solo algo como
la desesperación podía persuadir a alguien a soportar algo así"
Desalambre
25/04/2019
Ver vídeo de la
noticia https://youtu.be/RJlCc0AHI04
Un bote inflable trata de seguir a flote
entre grandes olas, en medio de la noche, entre la bruma. Son algunas de las
duras condiciones que soportan cientos de personas que se juegan la vida en
precarias embarcaciones para llegar a las costas europeas.
La ONG de rescate alemana Sea Watch las
ha recreado en un experimento en el que participó un grupo de
ciudadanos alemanes con el objetivo de "concienciar" sobre las muertes en el
mar y sobre lo que implica tratar de cruzar una de las rutas más peligrosas
del mundo, en la que cada vez son menos los barcos que salvan vidas.
Según explica la entidad, la simulación "se
desarrolló en estrecha colaboración con los supervivientes, basándose en sus
experiencias y sentimientos personales durante las misiones de rescate". Una
de ellas es Khandra, de 18 años, que explica que durante su trayecto
migratorio de Libia a Italia compartió un pequeño bote con unas 300
personas. "Estuvimos en el barco alrededor de 23 horas. Había mucho viento y
olas altas y hasta donde alcanzaba la vista, solo había agua", cuenta.
El experimento se llevó a cabo dentro de una
instalación de entrenamiento. Dentro, "a diferencia de los que huyen -que no
tienen otra opción-", matiza la ONG, los 40 participantes se apretujaron
dentro de un bote inflable sobrecargado. Permanecieron dentro del bote
durante un período de tiempo que desconocían. Se simularon luces, sonidos y
movimientos del mar "para que fueran lo más realistas posible", explica Sea
Watch. También, a diferencia de quienes realmente arriesgan su vida,
los participantes tenían la opción de saltar por la borda y nadar hasta la
orilla cercana. Allí los esperaban buzos y personal médico.
"Queremos plantear la pregunta de si los gobiernos
seguirían actuando de la misma manera, negándose a ayudar, si los pasajeros
fueran alemanes blancos y privilegiados que necesitan ser rescatados en el
mar", indica Michael Schwickart, de Sea Watch.
La organización describe algunos de los resultados de
la simulación: siete de los participantes salieron pronto del bote y el
resto aguantó hasta el final, la mayoría de ellos con muchas náuseas. "Todos
los participantes estuvieron de acuerdo unánimemente en que solo algo como
la desesperación y la desesperanza extremas podían persuadir a alguien a
soportar algo así", apunta la ONG.
"Fue duro cuando subías las olas y las circunstancias
externas eran más extremas, luego había un periodo de descanso y empezaba
otra vez", relata uno de los participantes después del experimento. "Ahora
comprendo mejor la situación que se debe enfrentar para tomar un riesgo tan
grande como este", sostiene otro.
"Mi viaje fue el peor momento de mi vida, pero
también sé que hay historias aún peores. Es una buena idea dejar que los
alemanes experimenten un poco del sufrimiento por el que pasé, porque la
gente ya no escucha a los refugiados", apunta Esaher, uno de los refugiados
que participó en el experimento.
En lo que va de año, al menos 409 personas
han fallecido en el Mediterráneo en su intento de alcanzar las costas
europeas. Las organizaciones especializadas han reclamado en reiteradas
ocasiones la puesta en marcha de vías legales y seguras para evitar que se
vean forzadas a jugarse la vida en el mar.
"Al contrario de lo que se piensa, el Mediterráneo
sigue siendo la frontera más mortífera del mundo, incluso en 2019: una de
cada diez personas muere intentando huir a través del Mediterráneo central.
¿Sería igual si los náufragos fueran alemanes blancos?", sentencia la ONG.
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