DERECHOS
HUMANOS
En el informe 'Creciendo en el corredor de la
muerte'
Amnistía Internacional denuncia la ejecución de menores en Irán
Protesta ante la embajada de Irán en Londres contra la condena a muerte
de Delara Darabi. AFP
Entre 2005 y 2015 se ejecutaron a 73 delincuentes
menores de edad
En la actualidad, 160 esperan en el corredor de la
muerte
- ZAHIDA MEMBRADO
- Teherán
- 26/01/2016
Mahmoud Asgari y Ayaz Marhoni tenían 15 años cuando
fueron condenados a muerte acusados de haber forzado sexualmente a otro
menor. El 19 de julio de 2005, a la edad de 16 años, fueron ahorcados
públicamente en una plaza de Mashhad, al noroeste de Irán. Las fotos de
sus cuerpos colgando de una grúa fueron difundidas por algunos medios
iraníes. Armand Mohammadi contaba 12 años cuando fue sentenciado a la pena
capital acusado de matar a un hombre. Se pasó seis años en el corredor de
la muerte y a los 18 fue ejecutado.
Sus casos aparecen recogidos en el
informe que Amnistía Internacional (AI) ha hecho público este martes
para denunciar las ejecuciones de menores que tienen lugar en Irán. Aunque
el país ratificó hace más de dos décadas la Convención sobre los Derechos
del Niño (CDN), esta organización ha documentado entre 2005 y 2015 un
total de 73 ejecuciones de jóvenes que fueron condenados a muerte cuando
todavía no habían superado la mayoría de edad (18 años).
Según la ONU, al menos 160 menores iraníes
permanecen encarcelados en la actualidad a la espera de ser ejecutados. El
informe 'Crecer en el corredor de la muerte' de AI desvela el panorama
desolador de unos jóvenes que a edades muy tempranas se vieron envueltos
en trifulcas que terminaron con un apuñalamiento, robos, tráfico de drogas
o simplemente prácticas sexuales prohibidas y, tras ser enjuiciados,
resultaron condenados a la pena capital.
Aunque en los últimos años Irán ha introducido
cambios en su código penal para que los jueces puedan conmutar la pena de
muerte en los casos de menores tras evaluar su salud mental, AI denuncia
que las ejecuciones de jóvenes que fueron condenados en la infancia
continúan, "a menudo tras juicios injustos, sin garantías procesales, en
base a confesiones forzadas obtenidas bajo tortura", reza el informe, de
más de 100 páginas.
La naturaleza de las preguntas a las que son
sometidos algunos de estos jóvenes durante los juicios demuestra la
inconsistencia de las condenas. Fatemeh Salbehi fue ejecutada el pasado
octubre acusada de haber matado a su marido a la edad de 17 años. Contrajo
matrimonio por la fuerza a los 16. Durante el juicio fue sometida a una
evaluación psicológica en la que le preguntaron si rezaba y estudiaba
textos religiosos.
Asimismo, Amnistía denuncia casos de menores
arrestados que no tienen acceso a un abogado durante el proceso judicial;
jóvenes analfabetos que no son informados de su derecho a exigir la
repetición del juicio; o menores que, tras ser examinados finalmente por
un letrado, presentan señales evidentes de tortura.
La incomunicación prolongada, las amenazas y los
malos tratos son utilizados por los oficiales policiales para obtener
confesiones, recoge el informe. Hamid Ahmadi, de 17 años, fue arrestado en
2008 acusado de matar a un hombre, si bien él negó siempre los hechos.
Durante su detención en comisaría, fue atado de pies y brazos y golpeado
en los genitales repetidamente. Durante el juicio, el joven dijo que un
oficial le había asegurado que si confesaba el crimen no sería ejecutado,
tras lo cual confesó una declaración "falsa", según él mismo reconoció más
tarde delante del juez. Ahmadi fue ejecutado en 2010 sin que el tribunal
investigara la denuncia de supuestas torturas.
Irán establece la edad mínima de enjuiciamiento
criminal, que varía según los países, en los signos físicos de la
pubertad. El vello púbico en el caso de los chicos y la menstruación en el
de las chicas. A partir del momento que sus cuerpos presentan estos
cambios biológicos, son tratados como adultos ante la ley.
Desde 1999, el país cuenta con tribunales
especiales para menores y adolescentes. Sin embargo, muchas causas
criminales en las que se ven envueltos menores, incluidas aquellas que son
castigadas con la muerte, son tratadas en cortes para adultos. A todo
ello, al ser Irán un estado islámico regido por la Sharía, algunos de
estos jóvenes condenados a la pena capital son sentenciados por los
denominados crímenes 'hodud', es decir, actos contrarios a la legislación
islámica tales como el adulterio, la violación, las relaciones
homosexuales, el consumo reiterado de bebidas alcohólicas o las relaciones
sexuales fuera del matrimonio. Por todos estos delitos, incluido la ofensa
a Dios, algunos jóvenes iraníes son llevados a la horca.
Otra causa frecuente es el tráfico de drogas. La
ley anti-drogas de Irán castiga con la pena capital el tráfico. Y, según
reporta AI, si bien son pocos los casos de niños iraníes ejecutados por
delitos de drogas, al ser enjuiciados en tribunales especiales para
menores, la organización denuncia que sí se producen ejecuciones de
menores afganos condenados por Tribunales Revolucionados al no haber sido
posible probar su edad.
Amnistía hace
un llamamiento a los gobiernos internacionales para que aprovechen el
acercamiento diplomático de Irán con Occidente para presionar a la
República Islámica para que abola la pena de muerte entre los menores de
edad.