En 2011
relató los “actos de acoso sexual, coacciones, amenazas y distribución de
pornografía” que había sufrido la menor por parte de su novio y varios
amigos.
05 de Mayo de 2016
Miguel Ángel Hernáez

El 'Padre Coraje' de la menor acosada y
coaccionada por su ex novio, frente a la sede del Gobierno regional
La
lucha de V. G. G. por hacer justicia para su
hija, coaccionada y acosada por su novio en 2011 y sufriendo a
raíz de ello secuelas psicológicas, ha adquirido un nuevo cariz en abril
de este 2016 con la presentación de una querella contra la
Fiscal de Menores de Cantabria, a la que acusa de obstruir una
investigación judicial y realizar un proceso plagado de deficiencias.
Según
la querella a la que ha tenido acceso este diario, se denuncia
lo que considera una “actuación interesada” de la fiscal desde
que en abril de 2011 este ‘Padre Coraje’ llevara ante los tribunales a
los responsables de la violencia de género que había sufrido su hija. En
dicha ocasión V. G. G. relató los “actos de acoso sexual, coacciones,
amenazas y distribución de pornografía” que había sufrido la, por
entonces, menor de edad.
Asimismo, se
solicitó una intervención de los ordenadores de los denunciados, a lo
que la fiscal hizo “caso omiso”. Según el relato de los hechos realizado
por el abogado de la joven y de V. G. G., a “esta primera actuación” le
siguió una “gestión que nunca se realizó” un mes después referente a la
colaboración de la especialista en psiquiatría del Servicio Cántabro de
Salud que había atendido a la menor, y que no solo confirmó las secuelas
del acoso, sino que “detallaba la imposibilidad de declarar”
por parte de la joven y se ponía a disposición de la Fiscalía “si
precisan”.
Protección de datos
La
querella presentada también recoge la solicitud de junio de 2011 de una
nueva actuación de la Fiscalía para “examinar el disco duro del
acosador y sus servidores de correo electrónico”, petición que
tampoco atendió. En este caso, el escrito considera que “hubiera sido de
extrema importancia” una salvaguarda de estos datos, pues la Ley de
Protección de Datos obliga a las empresas a borrar la información
“pasado un año salvo que se pida por la autoridad judicial”. La primera
vez que se sube la imagen de la menor a internet fue en julio de 2010.
“Una
vez más, la inactividad de la querellada dio al traste con la
investigación”, denuncia el documento, en el que se detalla
además que a pesar de que se hubiera borrado la información, los
expertos “hubieran podido obtenerlos”, a lo que se añade la presentación
como prueba de conversaciones de chat entre la menor y su novio en aquel
momento, a través de las cuales se podría haber abierto otra línea
investigadora “que no se siguió”.
A
estos hechos se suma que el departamento especializado en informática de
la Guardia Civil “desconocía completamente la historia”, pues únicamente
se les había requerido “para tareas administrativas”. “La obstrucción
investigadora no deja lugar a dudas”, valora la querella.
Las
deficiencias denunciadas por V. G. G. y su abogado fueron recogidas en
la sentencia 177/2014 de la Audiencia Provincial Sección 1, que reconoce
que “la instrucción no ha sido lo diligente que cabría exigir en un
hecho que ha tenido unas consecuencias ciertamente graves”, considerando
además que “tal deficiente instrucción, en cuanto ha dificultado
obtener pruebas de la comisión de los delitos, solo podría beneficiar a
la defensa”.
Dificultad para
identificar
Otro
de los puntos relevantes de la querella presentada es el relativo a la
ausencia de “identificación del resto de menores” que
contribuyeron en los hechos denunciados por este ‘Padre Coraje’.
Según
denuncia, en agosto de 2011 uno de los amigos del novio de la menor
confirmó la existencia de la fotografía, que él pudo ver en el móvil del
acusado, así como la “realización de un evento en Tuenti” que le habían
dicho el resto de denunciados. Esta declaración “no fue
suficiente para que la fiscal investigara los ordenadores de los
denunciados”, ante lo que alegó además que “no se pudo
encontrar” a los mencionados jóvenes.
Sin
embargo, V. G. G. alega que facilitó en su escrito de denuncia el
instituto en el que estudiaban. Ante esto, la querella realiza una
apreciación, y es que el padre de uno de los denunciados que no se pudo
encontrar es inspector del Cuerpo Nacional de Policía.
Finalmente, el documento añade como posible actuación interesada y
obstrucción a la investigación judicial de la fiscal los
“impedimentos a que la declaración de la víctima en la vista se
realizara por videoconferencia al objeto de evitarle el sufrimiento”
de volver a encontrarse con los denunciados, así como la decisión de
obviar una serie de investigaciones “antes de dar por concluida
precipitadamente su actuación”.
Como
alega V. G. G., “todas estas deficiencias en la investigación supusieron
que, de los seis denunciados (el novio y cinco amigos), solo se
pudiera imputar al novio”. La “lamentable investigación” les
permitió declarar como “testigos por falta de pruebas”.
El
ahora ex novio ya ha sido condenado por coacciones y amenazas, y
absuelto del delito de lesiones en base a la declaración de la forense.
En dicha declaración declaró “lo contrario a lo expuesto por la víctima”
y “contradijo a los especialistas que la trataron”. Según personas
allegadas a la víctima, la forense también está siendo denunciada por
falsedad en otras instancias Judiciales.
La
familia ha tenido que encargarse de la gestión del abogado en
estos litigios a pesar de tener reconocida la Asistencia Jurídica
Gratuita. Según denuncian, el Colegio de Abogados no ha
prestado el servicio que la Ley le encomienda dada las características
de los estamentos a denunciar, ante la pasividad de los
diferentes gobiernos regionales (ni el formado por el PP ni el actual
bipartito PRC-PSOE), últimos responsables de que la Asistencia Jurídica
Gratuita se cumpla.
Querella íntegra
contra la Fiscal de Menores de Cantabria