El logo de Zara, la principal enseña del grupo
textil Inditex, en una de sus tiendas en Madrid.
EFE/ Fernando Alvarado
Madrid, 22 de enero 2020
Público / EP
No solo fue "discriminatoria", sino incluso una
"represalia". Con estas palabras ha confirmado el
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)
las prácticas sexistas que llevó a cabo Zara con dos
trabajadoras en uno de sus establecimientos en
Almería. Finalmente, el TSJA corrobora una sentencia
previa del Juzgado de lo Social número 3 de
Almería que obliga a la empresa a restablecer sus
condiciones laborales previas y conceder a ambas
una indemnización de 6.250 euros por daños y
perjuicios
Las empleadas, contaban con una jornada
reducida para poder compaginar su trabajo con el
cuidado de sus hijos menores. La situación para
ellas dio un vuelco cuando la empresa decidió cerrar
en octubre de 2018 el establecimiento del Centro
Comercial Mediterráneo y cambiar su personal al de
Torrecárdenas, según relata la Central Sindical
Independiente y de Funcionarios (CSIF), responsable
de la denuncia.
Zara no posibilitó que las empleadas que
trabajaban con una jornada reducida –16 de un total
de 40– continuaran con su horario habitual. En
cambio, les ofreció tres opciones: trabajar los
fines de semana, un traslado a una tienda que
preveía cerrar y su correspondiente indemnización o
un cambio a un establecimiento situado a 25
kilómetros de distancia del comercio que se
cerraba.
Las dos trabajadoras afectadas no aceptaron
dichas condiciones, ante lo cual la empresa las
trasladó al alejado centro anteriormente mencionado.
Algo que "condicionó terriblemente" que ambas
pudieran compaginar su vida personal, laboral y
familiar, según denuncia CSIF.
Una "represalia" por "razón de sexo"
Con esta decisión, el TSJE desestima el recurso
presentado por Zara contra el fallo previo del
Juzgado de lo Social. Así, confirma lo que rezaba la
primera sentencia: que la medida no fue solamente
"discriminatoria" sino que, además, pudo constituir
una "represalia", pues al "no haber aceptado" las
trabajadoras las nuevas condiciones impuestas habrían
sido "castigadas trasladándolas a un centro que
dista unos 25 kilómetros de su domicilio".
El CSIF concluye en su comunicado que con esta
medida Zara ha discriminado a sus trabajadoras "por
razón de sexo y de circunstancias personales". Tras
ser contactada por este diario, la empresa ha
declinado hacer declaraciones al respecto por el
momento.