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El primer juicio por un bebé robado evidencia la
batería de trabas que lastra el resto de casos
Este martes ha arrancado en la Audiencia Provincial
de Madrid la vista oral para determinar si un ginecólogo regaló una niña en
1969
Los colectivos de afectados denuncian que siguen
encontrando obstáculos para conseguir que otros profesionales sanitarios se
sienten en el banquillo
La avanzada edad de los acusados, la prescripción de
delitos y las dificultades en las investigaciones impiden que los casos
avancen
Laura Galaup
26/06/2018

Una mujer en una concentración para reclamar
justicia en los casos de los niños robados. EFE
Este martes ha arrancado el primer
juicio por un caso de bebés robados que se celebra en España. La
Audiencia Provincial de Madrid tendrá que determinar si el 6 de junio de
1969 el ginecólogo Eduardo Vela regaló una niña recién nacida a la familia
que crió a Inés Madrigal. "Este caso nos sirve para determinar que el robo
de niños existió", asegura Soledad Luque una de las fundadoras de la
asociación Todos los niños robados son también mis niños. El proceso pone en
evidencia las trabas para que avancen el resto de casos de presuntos bebes
robados. No existe una cifra fiable sobre posibles afectados.
La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo elaboró
un informe a finales del año pasado en el que aseguró que no puede
conocerse el número de víctimas y lamentó "el abandono, la indefensión y la
falta de investigación satisfactoria por parte de las autoridades públicas
que los peticionarios, víctimas y asociaciones de víctimas afirman haber
sufrido". La investigación iniciada por Madrigal ha conseguido derribar la
mayoría de los obstáculos que se encuentran los denunciantes de estos casos.
Estas son algunas de las dificultades a las que hacen frente estos
colectivos:
Edad de los principales acusados
El temor a que fallezcan los principales acusados de
los casos que se están investigando es muy recurrente entre las asociaciones
de bebés robados. Madrigal expuso ese sentimiento antes de que la Audiencia
Provincial de Madrid concretase una fecha para la apertura de juicio oral.
De hecho, la edad avanzada de los testigos claves ya ha sido acusada en este
procedimiento porque su madre adoptiva ha fallecido. Esta mujer reconoció
los hechos ante magistrados, fiscales y periodistas pero finalmente no su
relato no podrá ser escuchado durante esta vista.
Estos colectivos recuerdan el caso de María Gómez
Valbuena, conocida como Sor María, la primera investigada en todo el
proceso, que falleció
sin sentarse en el banquillo. Los dos casos en los que estaba
investigada fueron archivados. "Como consecuencia del fallecimiento de la
única imputada" y al "no existir pruebas suficientes" para imputar a otras
personas, el juez acordó el sobreseimiento provisional de las denuncias
presentadas.
Prescripción de delitos
Estos casos, que se produjeron –según los colectivos
denunciantes– desde la posguerra hasta los 90, se encuentran con la
dificultad judicial de seguir adelante si los magistrados determinan que el
delito ha prescrito. A esta argumentación se volvió a aferrar la defensa de
Vela antes de que comenzase este martes el juicio.
Luque remite a una circular elaborada por el fiscal
general del Estado en 2012 para asegurar que en estos delitos existe un
"carácter permanente". En ese documento, el Ministerio Público aseguró que
las causas abiertas por el robo de bebés entre 1959 y 1990 no prescriben
hasta que no se haya cumplido una década desde que la víctima se enteró de
su condición.
"Significa algo muy importante. Hasta que no aparece
la persona desaparecida no empieza a contar el margen de prescripción",
incide Luque. A pesar de contar con ese refuerzo, la portavoz de Todos los
niños robados son también mis niños destaca que solo es vinculante para los
fiscales, pero no tiene el mismo carácter en las audiencias provinciales.
"Hay audiencias como la de Huelva o Cádiz en las que se archivan todos los
casos alegando la prescripción", reseña.
Los eurodiputados que estudiaron el año pasado este
tema plantearon a las autoridades nacionales que investigasen "de manera
efectiva y eficaz", sin aplicar "ninguna amnistía al respecto", "los
posibles delitos relacionados con los casos de los niños robados acontecidos
durante la dictadura franquista como los acaecidos posteriormente".
Falta de pruebas
Otra razón que aboca a los archivos de estos casos es
la falta de pruebas documentales para poder seguir adelante con estos casos.
Desde los colectivos de bebés robados inciden que en el caso de Madrigal la
justicia ha seguido adelante porque el doctor Vela reconoció su firma en la
partida de nacimiento de esta mujer durante el proceso de instrucción. Así
se lo ha recordado este martes la representante del Ministerio Público al
ginecólogo,después
de que éste se retractase de esa respuesta.
"El documento que yo le he mostrado es un documento
que certifica que usted atendió en 1969 en el parto a una señora que tuvo
una niña. Con el tiempo se averiguó que todo era falso, que esa niña no era
hija de esos padres. ¿Le suena?", ha insistido la representante del
Ministerio Público. "No le suena nada", ha concluido sobre este tema.
Luque lamenta que sean las denunciantes las que
tengan que aportar la documentación para conseguir que las causas se sigan
investigando. La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo coincidió con
esta activista en este planteamiento y recomendó a las autoridades
nacionales "que la Fiscalía General del Estado sea más proactiva, actuando
de oficio en estos casos, a fin de evitar que la carga del proceso judicial
recaiga sobre las víctimas".
Obstáculos en las investigaciones
Sobre las labores de análisis que están realizando
estos colectivos, Enrique Vila, presidente de SOS Raíces
Adoptados, recordó en el Congreso que "se necesitan documentalistas,
abogados, investigadores que aglutinen y rescaten las cajas de los
archivos". En una jornada que se celebró este lunes, titulada Bebés
robados, toda una vida buscándose, Vila hizo un repaso por los
obstáculos que se van encontrando sus compañeros en archivos públicos,
privados y eclesiásticos.
"Puedo acreditar que las instituciones [públicas] en
las que se practicaron partos no saben lo que tienen en sus archivos. He
llegado a encontrar libros de maternidad del siglo XVIII y sin embargo hay
libros de maternidad del siglo XX que han desaparecido misteriosamente",
apuntó Vila en el Congreso. Por eso instó al Estado a "que saque lo que
tiene". También aprovechó su comparecencia para criticar duramente la
actitud que está manteniendo la Iglesia, asegurando que se niegan a abrir
sus archivos y reivindicó el papel que jugaron curas y monjas en estos
casos.
"La participación determinadas órdenes religiosas
como auxiliares de enfermería durante la segunda mitad del siglo XX en la
totalidad de los hospitales fue una práctica habitual, quien quería adoptar
a un hijo e inscribirlo como hijo falso acudía al cura o a la monja de su
pueblo", reseñó.
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