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“Hay casos resueltos de bebés robados, pero a puerta cerrada y a
cambio de retirar la denuncia judicial”
La presidenta del Observatorio de las Desapariciones
Forzadas de Menores defiende la teoría de que esta problemática, de la que
se estima que puede haber 300.000 casos en España, tiene su germen en la
Inquisición española y su desarrollo primero en la Alemania nazi y después
en los ensayos del psiquiatra franquista Vallejo-Nájera en busca de un “gen
rojo”.
Frente a las más de 2.000 denuncias archivadas, hay
una que ha prosperado, la que va a sentar el próximo 25 de junio en el
banquillo de los acusados al doctor Vela. Es el primer juicio por una bebé
robada en España.
Emilio J. Martínez
20/05/2018

Neus Roig.
Una conversación con Neus Roig solo permite una
aproximación a la vastedad de una injusticia repetida sistemáticamente
durante décadas y que, como viene siendo habitual, tiene rostro de mujer.
Esta doctora en Ciencias Humanas y Sociales es, posiblemente, la persona que
más sabe sobre bebés robados en España. Su tesis, ‘La búsqueda biológica. La
detención ilegal de recién nacidos y la usurpación de su identidad en España
(1938-1996)’, pionera en este campo, da buena cuenta de ello. Roig visitó el
pasado jueves la Universidad de Alicante en un seminario multidisciplinar
organizado por el Observatorio de las Desapariciones Forzadas de menores,
que preside Roig, en colaboración con la Cátedra Interuniversitaria de
Memoria Democrática de la Generalitat Valenciana, integrada también por la
Universitat de Valencia y la Jaume I de Castellón. Una vastedad que arroja
una cifra estimativa. Se calcula que el número de bebés robados asciende a
300.000 en España, 3.000 en la Comunidad Valenciana.
Esta antropóloga tarraconense defiende en su
investigación que el origen teórico de las sustracciones de bebés se remonta
a la Inquisición española. “La Iglesia empezó en esa época a marcar a la
madre soltera cuando decidió quitarle los hijos que pasaban a manos de
orfanatos o instituciones de caridad”, afirma. Más adelante, la Inquisición
desaparece y comienza el auge del fascismo europeo, como respuesta, entiende
Roig, a “una especie de rebelión a la situación moderna que se estaba
instaurando en el continente”.
Con el ascenso de Hitler al poder, los nazis crean la
institución Lebensborn “donde las madres
rubias, guapas y de demostrada raza aria por parte de padre, acudían
voluntariamente a prestarse a quedar embarazadas de altos cargos de las SSpara
potenciar la raza aria alemana”. En esta organización, los niños estaban con
la madre hasta los tres años cuando pasaban a la adopción. Después, las
madres podían volver a quedarse embarazadas “y producir otro niño ario” o
podían cobrar una cantidad por haber entregado a su hijo en adopción. El
robo literal de bebés, recuerda Neus Roig, se produce ya en la Segunda
Guerra Mundial a familias de Polonia o Suecia donde si hacía falta, se
mataba a los padres.
En cambio, el origen práctico de las desapariciones
forzosas de menores en España se empieza a registrar cuando estalla la
Guerra Civil. Antes de que finalice, el psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera
empezaría a poner en práctica todo el conocimiento adquirido en los Lebensborn con
las presas republicanas, especialmente en la cárcel de Málaga y después en
la cárcel de Ventas en Madrid. “Este psiquiatra establece que la madre
republicana es próxima al animalismo y tiene un gen rojo que lo transmite a
su progenie de la cual no se puede extirpar –explica la doctora Reig sobre
el bautizado como doctor Mengele español- , pero si esos niños son apartados
de la madre antes de los tres años, con educación adecuada se puede
minimizar el gen rojo y conseguir que el niño sea apto para poder vivir en
una España católica, apostólica y romana”.
Neus Roig insiste durante la entrevista en no olvidar
“la parte emocional de las víctimas”. Muchas de ellas forman parte de las
426 personas que dan forma a su tesis doctoral entre médicos, matronas,
forenses, funcionarios del Registro Civil y víctimas. Estas últimas, añade
“están muy mal y no pueden estar de ninguna otra manera porque el estado
español no les ayuda absolutamente en nada”.
Pone ejemplos. Como el de una madre que le comunican
que el bebé que acaba de tener ha muerto. Le dicen desde el hospital que no
le dejan verlo en base a la Ley del Registro Civil de 1958, vigente hasta
2011, por la que se niega el derecho de los padres a ver al hijo que muere
durante el parto o hasta 24 horas después. Si fuera cierto, que el bebé
murió, “no les permiten hacer un duelo”. “Pero al descubrir con el paso del
tiempo que este bebé no está registrado ni se ha cumplido con el protocolo
que tiene que hacer el hospital de generar el legajo de aborto, llevar el
documento al Registro Civil y pedir la autorización de sepultura y que este
bebé esté enterrado, esa madre, esa familia, entra en un proceso que
podríamos llamar de tortura psicológica”. A esta misma conclusión llegó el
relator especial de la ONU, Pablo de Greiff, en 2013.
¿Justicia?
Las víctimas han recurrido a la Justicia y la
respuesta, en la inmensa mayoría de los casos, ha sido la misma: “no hay
caso”. Se estima que en la última década se han archivado 2.000 denuncias; y
de momento solo hay un imputado, el doctor Vela acusado de los delitos de
detención ilegal, suposición de parto, detención ilegal y falsedad en
documento público. El primer juicio por un bebé robado de España tendrá
lugar los días 26 y 27 de junio. La denunciante, Inés Madrigal, cree que
puede que ni se presente. “Y si lo hace no creo que vaya a decir nada. Solo
espero que sea positivo para el resto de casos y para que no prescriba”,
afirma a este medio.
La que entonces creía que era su madre biológica,
Inés Pérez, confesó a Madrigal en 2010 que en 1969 el doctor Eduardo Vela le
entregó a la niña en el Sanatorio San Ramón de Madrid con la connivencia del
sacerdote Félix Sánchez. Las trabas judiciales llevaron a Pérez a
autoinculparse y ser declarada imputada con la intención de testificar
contra el doctor Vela, de 85 años, en 2013 cuando
este negó los hechos.
Neus Roig reconoce que pese los tirones de oreja a
España –el último, en noviembre de 2017 cuando Bruselas reclamó “medidas
urgentes” para resolver todos los casos de bebés robados- sí que se han
resuelto al margen de la justicia. “Tengo información concreta de casos que
se han resuelto previo retirar la denuncia judicial”, asevera. “Les han
dicho ‘si usted quiere saber su hijo, o su madre, dónde está, retire la
denuncia’ y de esta forma se han hecho reencuentros en España, a puerta
cerrada”. Estas afirmaciones asegura que las tiene “constatadas”. “No voy a
dar nombres porque son informantes de la tesis pero esto es así”, concluye.
Soluciones
Esta investigadora cree que la solución para
restituir estos atentados contra los derechos humanos pasa primero “por
voluntad y después por “cambiar las leyes”; “también es vital crear un banco
de ADN nacional “como han hecho en Argentina” para cruzar los datos de las
víctimas “para que los reencuentros sean fáciles”; o que “cuando se hace una
exhumación y no se determina la identidad, que no se paralice como hasta
ahora y se continúe hasta el final”. Esa es la idea del Observatorio de las
Desapariciones Forzosas de Menores que preside, llegar hasta el final de
tantos y tantos casos. Recuerda que nacieron con la finalidad “de ayudar a
las asociaciones que a su vez ayuden a las víctimas”. El siguiente paso en
el que está este equipo de trabajo es el de “involucrar a la universidad
para que con sus conocimientos se pueda demostrar que esto pasó”.
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