Denuncias "inverosímiles"
e "inconsistentes", y absoluta
ausencia de "pruebas". Y niños, sus propios hijos,
usados como "escudos humanos", como
"envases de angustia", con "manipulación materna",
en el conflicto entre los dos progenitores.
Game over. La Justicia
italiana archivó este lunes definitivamente, en auto
al que ha tenido acceso en exclusiva EL MUNDO, todas
las denuncias, ocho en total, interpuestas entre
2016 y 2018 por la española Juana Rivas contra
su ex pareja, Francesco Arcuri, por presuntos malos
tratos de éste contra los hijos de ambos.
Rivas sostenía de forma tan poco
fiable sus quejas de que el padre pegaba a los niños
que, como informó este periódico en su momento, los carabinieri llegaron
a avisar a los médicos del hospital de Cagliari ,
donde la madre llevaba a sus hijos con regularidad
con lesiones imaginarias, de que no les pasaran más
denuncias sin pruebas.
Condenada en España a
cinco años de cárcel por secuestrar a sus hijos -a
falta de la resolución del recurso al Supremo para
evitar la cárcel-, y separada de sus hijos por orden
del juez de Familia italiano, que la calificó,
apoyado en la psicóloga forense, de «peligro
patológico» para sus vástagos -e incluso la puso a
tratamiento-, Rivas se embarcó entre 2016 y 2018 en
un rosario de denuncias contra el padre por
presuntos malos tratos constantes y aberrantes, tal
y como eran narrados, a sus hijos.
Ahora, el tribunal de Cagliari ha
resuelto el recurso de la española al archivo hace
varios meses de la Fiscalía, que no veía indicios de
los constantes abusos narrados por Rivas a
los menores. El fiscal ya señalaba, según recoge
ahora el juez, que Rivas aportaba certificados
médicos «no auténticos», pruebas «poco creíbles» y
relatos «inverosímiles».
Manifestaciones durante el secuestro
de sus hijos
El veredicto del juez es ahora
estruendoso, teniendo en cuenta que España registró
en el verano de 2017 manifestaciones multitudinarias
en las calles pidiendo que se apartara a los niños
del monstruo de su padre -y que la ex ministra de
Justicia, y actual fiscal general del Estado, Dolores
Delgado, llegó a dirigirse a su homólogo
italiano para interceder en favor de la granadina,
como destapó EL MUNDO-.
El magistrado italiano, en fin,
certifica ahora la falsedad de las acusaciones de
Rivas, y señala que los Servicios Sociales de Carloforte,
que monitorizaron la relación del padre con los
niños semanalmente, llegaron a calificarle como un
padre modelo, «atento a las necesidades de sus
hijos».
El auto al que ha tenido acceso
este diario señala incluso que ninguno de los partes
médicos aportados por Rivas contiene base alguna de
lesión causada por el padre a los menores. El
tribunal afirma también que ve «altamente probable»
que Rivas acusara a su ex pareja de
maltratarla, a su llegada a España en el verano de
2016, para justificar el secuestro a sus hijos por
el que fue luego condenada en España.
El juez, que escudriña en toda la
causa, comenta incluso cómo estos supuestos malos
tratos misteriosamente sólo eran comunicados por los
menores a la madre, y nunca a otros interlocutores.
Y menciona un pasaje muy delicado: cómo G., el hijo
mayor, pudo narrar de forma inconexa al juez de
Familia supuestos abusos, no creíbles, con la idea
de defender a su madre, a quien entiende como «parte
más débil» en el conflicto que ambos progenitores
mantienen por la custodia de los menores.
"funcionamiento mental patológico"
Es decir, influenciado
directamente por la madre, a la que el juez de
Familia que otorgó la custodia a Arcuri envió
a tratamiento semanal para atenuar la dependencia
patológica de sus hijos, y lo que denominó
"confusión de los intereses" de estos con los suyos
propios.
Punto de inflexión total en este
caso fue en Italia, en el curso del pleito de
Familia por la custodia de los niños, el informe de
la psicóloga forense Ludovica Iesu,
adelantado en exclusiva por este diario y en el que
la profesional llegó a aseverar que Rivas sufre un
"funcionamiento mental patológico", y que podría
causar daños en sus hijos a cambio de un beneficio
propio: separarles del padre.
Rivas siempre sostuvo, conforme su
causa iba decayendo en España -hasta llegar a la
condena por secuestro-, que Italia nunca había
llegado a estudiar en serio la denuncia que ella
interpuso en el verano de 2016 en Granada, al llegar
a España y decidirse a no volver a Carloforte con
sus hijos, y ése fue siempre su escudo argumental
para explicar la sustracción de los menores. La
Justicia italiana viene a dar respuesta ahora a
aquella demanda, y dice que no hubo nada, que todo
fue un instrumento para quedarse a los niños
envolviéndose en el disfraz de madre coraje.
Ejemplos de estas denuncias, ahora
evidenciadas como falsas por su ausencia probatoria,
se produjeron por ejemplo el 19 de octubre pasado,
cuando Rivas aseguró que sus propios hijos le habían
dicho que, durante el pasado verano, cuando estaban
acampando con su padre, Arcuri se había comportado «de
forma vejatoria e irresponsable» hacia
ellos, que golpeaba al mayor «sin motivo», que les
insultaba, que al mayor lo encerraba durante horas
sin motivo en una habitación, que los mantenía
separados «sin comer ni beber», que incluso había
lanzado por los aires al pequeño, enfadado,
tirándole también una silla de madera que éste había
logrado esquivar.
Todo "inverosímil"
G., según las denuncias, escribió
una carta -publicada en España como auténtica por el
diario ABC- en la que el menor, presuntamente,
aseguraba que su padre le golpeaba
frecuentemente en la cara y en la cabeza,
le arrojaba objetos, le apretaba el cuello sin
dejarle respirar, que incluso había lanzado a D., el
menor, escaleras abajo. Todo ello ha quedado ahora
estimado como "inverosímil" por la Justicia
italiana.
El 10 de enero de 2018, Rivas
denunció igualmente que G. le había entregado una
carta en la que el menor se mostraba «muy preocupado
por la situación en casa de su padre», y el «miedo»
que ambos menores pasaban en presencia de
Arcuri.Según esa denuncia, supuestamente, el padre
les decía a los menores cosas como: «Eres una
mierda, no vales nada, tienes problemas mentales,
eres un hijo de puta, un imbécil, igual que tu
madre».
En aquella época, Rivas
pidió también a los juzgados de Cagliari que
se hicierasn cargo de sus hijos por el «peligro» que
suponía que estuvieran en poder del padre. Las
autoridades italianas comprobaron en definitiva cada
denuncia de Rivas y han terminado decretando que los
abusos por ella denunciados hasta en ocho ocasiones
no existieron. Ahora, la denominada "madre de
Maracena" queda pendiente del recurso interpuesto
ante el Supremo por la condena a cinco años y medio
de cárcel impuesta por un juzgado de Granada y
confirmada por la Audiencia Provincial. En el lance
judicial intervendrá lógicamente la Fiscalia,
jerárquicamente dirigida por Delgado, quien como
ministra intercedió ante Italia en nombre de la
ciudadana española.
Consultado por este diario, el
letrado representante de Francesco Arcuri en
España, Enrique Zambrano, señaló, a pregunta de este
diario: "No esperábamos otra cosa. Desde España
hemos aportado toda la información de las sucesivas
causas y tanto la labor de Serlapo Bardi, el abogado
del señor Arcuri en Italia, como la de los propios
tribunales, ha sido modélica. Ahora, a ver qué
imagen da España después de esto", dijo, apuntando
al recurso pendiente en el Supremo sobre la condena
a cinco años de cárcel contra Rivas por sustracción
de los dos menores.