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'Cuéntalo', un relato gráfico sobre la violencia sexual idóneo para los
institutos
Llega a España la novela gráfica de Laurie Halse
Anderson y Emily Carroll, un prodigio de sensibilidad artística y madurez
temática en torno al abuso sexual
Cuéntalo narra la historia de Melinda, una
adolescente que empieza curso en un instituto nuevo incapaz de comunicarse
con los demás debido a un suceso ocurrido en verano
Francesc Miró
04/11/2018
Portada de 'Cuéntalo', de Laurie Halse Anderson y
Emily Carroll
"Escribí la versión original de Cuéntalo a
finales de los noventa, antes de Internet, los teléfonos móviles y el
impresionante fenómeno de las novelas gráficas", cuenta Laurie Halse
Anderson. "Lo escribí para combatir la depresión y la ansiedad que me
perseguían desde que fui violada a los trece años".
La autora explica sin rodeos su experiencia en el
prólogo de la edición de este cómic, que llega a nuestro país de la mano de La
Cúpula. La historia de Melinda es la suya y el proceso de escribir la
ayudó a afrontar lo que vivió el primer curso de instituto."Nunca soñé con
que el libro pudiera ser publicado. No podía imaginar que alguien quisiera
leerlo, compartirlo con amigos, utilizarlo en una clase o convertirlo en una
película. Pero aquí estamos".
La novela de Cuéntalo ( Speak)
se publicó en Estados Unidos en 1999. Fue un fenómeno editorial casi de
inmediato. Finalista del National Book Award y uno de los mejores best-seller del
año según el New York Times. En 2004, Jessica Sharzer lo convirtió en una
película protagonizada por Kristen Stewart. La adaptación audiovisual sigue
inédita en nuestro país, y el libro se publicó en 2002 sin la repercusión
que tuvo en otros países. Sin embargo, ahora nos llega una novela gráfica
escrita por Anderson y dibujada con Emily Carroll que no sólo reivindica el
relato original, sino que lo hace grande a través del medio.
'Cuéntalo' de Laurie Halse Anderson y Emily
Carroll. La cúpula.
Un relato adolescente de plena vigencia
Melinda es nueva en el instituto Merryweather.
También es el primer año de Heather, una joven con quien se suele quedar
para hacer los deberes. Un día, ambas están decorando un aula cuando entran
dos chicas populares del instituto. Entonces Heather despide a su 'amiga'
apresuradamente y la saca de la estancia a empujones. Melinda camina triste
hacia el baño y allí se alivia lavándose la cara. Pero cuando se pasa la
toalla para secarse, en el reflejo del espejo su rostro ha perdido los ojos,
la nariz, la boca. No es nadie.
Bien pronto entendemos hasta qué punto la ilustración
de Emily Carroll se entiende y dialoga con el texto de Laurie Halse
Anderson. Cuéntalo no es una novela
gráfica de mensaje moralizante para adolescentes sin más.
En sus primeros capítulos, la historia de Melinda
parece ser la de la adolescente outsider
que debe luchar contra el bullying y la
exclusión en un ambiente hostil como el de un instituto. Sin embargo, a poco
que conozcamos su situación, la narración ya nos habrá tendido una trampa.
Nos adentrará paulatinamente en la psique de una persona que sufre
depresión, y se siente sin fuerzas para superar un suceso traumático que le
sucedió antes de que la conozcamos como lectores.
Carroll, en calidad de ilustradora, asimila con
habilidad y una sensibilidad extraordinaria las sensaciones de la
protagonista de Cuéntalo. Las traslada al
terreno de la viñeta jugando constantemente con conceptos metafóricos
presentes en el texto de Laurie Halse Anderson. Y lo hace con una pericia
que, en ocasiones, revaloriza el valor de la voz narrativa, pero en otras
funcionan como reinterpretación radical de la misma.
Cuéntalo se
significa abiertamente como relato adolescente cercano al coming
of age clásico pero político. No obstante, su condición de lectura
recomendable en institutos no juega, en ningún momento, en contra de su
valor como lectura estimulante. Más bien al contrario. Su mirada la sitúa
entre la sensibilidad de Aquel
verano de Jillian y Mariko Tamaki, la voluntad empoderadora de En
la vida real de Cory Doctorow y Jen Wang, y la inteligencia
emocional de la la celebradísima
Piruetas de Tillie
Walden. Todas ellas, obras realizadas por autoras jóvenes comprometidas
con una generación que tiene la responsabilidad de afrontar ciertos
conflictos de una forma distinta: feminista, empática y con la mirada puesta
en el eco social que puede tener una adolescencia traumática.
'Cuéntalo' de Laurie Halse Anderson y Emily
Carroll. La cúpula.
Dibujos contra el miedo
El propio título en castellano de la obra de Anderson
y Carroll alude a la necesidad de poner sobre la mesa el tratamiento que los
abusos sexuales tienen en la ficción. La historia de Melinda es la historia
de una joven violada a los trece años, cuyo trauma la impide siquiera
hablar. Su incapacidad y falta de conocimiento en materia de violencia
machista, así como su escasez de herramientas de apoyo y red de asistencia,
hablan de una generación imbuida por una cultura de la violación que, a la
hora de la verdad, no sabe gestionar ni la condena al violador ni el apoyo a
la víctima.
De hecho, #Cuéntalo fue
un hastag utilizado durante meses tras darse a conocer la sentencia de La
Manada. Una herramienta de visibilización y expresión que ayudó a multitud
de mujeres a hablar abiertamente sobre la violencia sexual que muchas habían
sufrido en primera persona.
En este mismo sentido, el discurso de la novela
gráfica que nos ocupa va más allá de señalar la estructura que sostiene y
perpetua el conflicto: ofrece vías de expresión y herramientas de
empoderamiento para la víctima.
Además de incluir, como apunte posterior a la
lectura, un listado de organizaciones que prestan apoyo y servicio a las
víctimas de violencia sexual, Cuéntalo reflexiona
en el plano narrativo sobre las capacidades de una joven sin recursos para
enfrentar el trauma posterior a la agresión.
A principios del curso, su profesor de arte impone a
Melinda la tarea de tratar un concepto a través de diferentes disciplinas
artísticas. La idea que le ha tocado por sorteo es, simplemente, la palabra
'árbol'. Pero a lo largo del relato veremos como su insistencia
reflexionando y dibujando el significado del término la lleva a experimentar
una liberación que la ayuda a comprender lo que le pasó. Y gracias a dicha
tarea, conoce y entabla amistad con una joven que enfrenta sus miedos a
través de la pintura. Y que será la persona que la convencerá de que debe
hablar de su caso.
Así, más allá de significarse como una denuncia, la
novela gráfica de Anderson y Carroll maneja con habilidad dos subtextos
poderosísimos: la capacidad cicatrizante del arte y la necesidad ubicua de
sororidad.
'Cuéntalo' de Laurie Halse Anderson y Emily Carroll. La cúpula.
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