Los Mossos d'Esquadra han confirmado que tanto I. como
otra exalumna de Premià han interpuesto una denuncia por abusos contra
Linares, que se suma a la que S. concretó el mes pasado. Ahora la
Fiscalía y los investigadores deberán determinar si las dos nuevas
denuncias bordean el muro de la prescripción o si deben archivarse
porque ha pasado demasiado tiempo. La investigación de los abusos de
Linares en Premià es la única que sigue viva contra el religioso.
La Salle Premià fue el prólogo y epílogo de los abusos
cometidos por Linares durante más de cuatro décadas. El escritor
Alejandro Palomas fue una de sus primeras víctimas a mediados de los 70.
Llegó a violarlo. Su familia lo denunció a la dirección de la época,
pero esta ni siquiera apartó al profesor. Los tocamientos y abusos se
repitieron a decenas de alumnos.
Cuando las familias se atrevían a denunciar a Linares
ante la dirección, la institución religiosa se limitaba a trasladar al
pedófilo de colegio en colegio. En cada centro, Linares volvía a cometer
nuevos abusos. A Premià le siguió La Salle Montcada en las décadas de
los 80 y 90. Allí también se acumulan los relatos de exalumnos abusados
durante su infancia y adolescencia. Al abuso hay que sumar el acoso y
manipulación psicológica a los que el religioso sometía a los jóvenes.
Una de las víctimas lo explicó en 1996 junto a su padre a la dirección,
pero la respuesta del centro fue cambiar de clase a la niña.
En 2003, tras una etapa de 18 años en Montcada, tal como
deja constancia él mismo en el libro del centenario, Linares volvió a
Premià como director de la Comunidad –el grupo de religiosos que residen
en el centro– y se ocupó de nuevo de la enfermería. Tenía entonces algo
más de 70 años y siguió abusando de alumnos, como muestran las recientes
denuncias.
Hoy el religioso tiene más de 90 años y vive en una
residencia de La Salle en Cambrils (Tarragona). La cronología de hasta
cuándo permaneció Linares en Premià no es del todo clara. En el libro
del centenario de La Salle aparece que Linares fue homenajeado por su 50
aniversario al servicio de la institución en una fiesta con amigos y
hermanos en 2010. En 2013, además, tocó la Lotería en el club de fútbol
de la escuela, del que era el gran valedor, y apareció en la prensa como
el religioso que había repartido la suerte en Premià de Mar.
Premià, única
investigación abierta a Linares
La
Fiscalía de Mataró es la única que mantiene abiertas diligencias por
los abusos de Linares, en su caso cometidos en el centro de Premià. El
resto de investigaciones ya se han cerrado porque los delitos contra la
libertad sexual de los menores cometidos por Linares han prescrito, lo
que impide actuar contra el religioso. Ocurrió en el caso de la denuncia
de Palomas,
archivada en febrero al estar prescritos los delitos, y también con
la de los exalumnos de Montcada.
Tras entrevistarse con cuatro jóvenes abusados por
Linares en Montcada durante los 80 y los 90 del siglo pasado,
la Fiscalía de Sabadell, competente para lo ocurrido en esta ciudad del
Vallès, concluyó que los hechos “serían constitutivos de cuatro
delitos de abusos sexuales a menores de edad [...] de haberse perpetrado
bajo la regulación actual”. Pero como tuvieron lugar entre 1987 y 1996,
quedaron prescritos.
La de Linares es una de las más de 60 investigaciones que
la Fiscalía mantiene abiertas por abusos en instituciones religiosas en
toda España, según informó el Ministerio Público el pasado mes de
febrero. La estadística incluye no solo lo ocurrido en el seno de la
Iglesia católica sino también, por ejemplo, en colegios religiosos o en
el seno de otras congregaciones. La que más registró, con 14 casos, fue
la Fiscalía de Catalunya.
En paralelo a las pesquisas judiciales, el Defensor del
Pueblo
ha iniciado su propia investigación de los casos de pederastia en la
Iglesia. El órgano encargado de realizar estas pesquisas contará con
expertos en Derecho y en atención a las víctimas, psicoterapeutas,
fiscales y también estará presente el coordinador del proyecto de la
Archidiócesis de Madrid para asistir a los denunciantes de abusos. A
pesar de que también fueron invitados a participar, los obispos se han
desmarcado de la actuación del Defensor del Pueblo y han optado por
llevar a cabo una auditoría particular liderada por el despacho de abogados
Cremades & Calvo Sotelo, presidido por Javier Cremades, miembro del
Opus Dei.