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El Papa siente “dolor y vergüenza” por los abusos
sexuales de la iglesia chilena
Los escándalos y la inacción de la cúpula
eclesiástica ante las agresiones han devorado la imagen de la Iglesia

El papa Francisco
saluda a los fieles a su llegada para una misa multitudinaria el Parque
O`Higgins, en Santiago de Chile.
Carlos E. Cué
Rocío Montes
Santiago de Chile 16 de enero 2018
El Papa
Francisco quiso entrar de lleno en el asunto más delicado de su visita
a Chile desde el primer discurso. "No puedo dejar de manifestar el dolor
y la vergüenza ante el daño irreparable causado a niños por parte de los
ministros de Iglesia", clamó el Pontífice en su primera intervención
pública, en el Palacio de La Moneda, ante la presidenta Michelle
Bachelet y su
sucesor, Sebastián Piñera. Los escándalos han devorado la imagen de la
Iglesia sobre todo desde el estallido en 2011 del caso
Fernando Karadima, un sacerdote condenado por abusos prolongados a
adolescentes y jóvenes de clase media acomodada y familias muy conocidas y
tradicionales de Santiago. La crisis ha hundido el apoyo a la Iglesia, que
ya venía bajando, hasta convertir Chile en el país con menos personas que se
declaran católicas de toda Latinoamérica.
Este es uno de los asuntos centrales de un viaje
pensado para tratar de revitalizar, con la figura del Papa argentino, que
genera pasiones en todo el mundo, una iglesia con problemas graves. Las
víctimas de Karadima han intentado que el Papa les reciba, hasta ahora sin
éxito. Ellos le reclaman que destituya al obispo de Osorno, Juan Barros, que
era una persona de máxima confianza de Karadima durante años, y según las
víctimas conocía y toleró los abusos, aunque él no fue un abusador. Pero Francisco
ha defendido en varias ocasiones al obispo, asegurando que no hay
pruebas contra él.
El Papa no sólo no ha destituido a Barros, sino que
el obispo estuvo con el resto de los obispos en la misa que el Papa dio en
el Parque O'Higgins, ante decenas de miles de fieles. Su presencia fue
captada por las cámaras de televisión y provocó la indignación de Marta
Larraechea, esposa del expresidente Eduardo Frei (1994-2000), que apoya en
Osorno la causa de los que quieren que cambie el obispo. "Barros participa
de la ceremonia en Parque O’higgins, qué vergüenza, de que pide “disculpas
“el Papa? No le creo nada, dice una cosa y hace otra", se quejó Larraechea
desde su cuenta en Twitter.

Fieles en la misa multitudinaria
ofrecida del Papa en un parque de Santiago. LUCA
ZENNAROEFE
En este ambiente, y con todas las miradas puestas en
lo que pudiera decir sobre este asunto, Francisco fue directo al grano y
logró los aplausos no solo de los políticos y autoridades que estaban en La
Moneda y los fiels que siguieron su discurso a través de las grandes
pantallas en el parque. La parte de los abusos fue la que recibió el aplauso
más fuerte.
Francisco pidió a los chilenos escuchar a los pueblos
originarios, a los jóvenes que reclaman reformas y se han alejado de la
política, a los inmigrantes que llegan a un Chile en crecimiento, y también
a los niños. Y ahí fue rotundo: "No puedo dejar de manifestar el dolor y la
vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de
ministros de la Iglesia. Me quiero unir a mis hermanos en el Episcopado, ya
que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al
mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir".
Las víctimas le reclaman algo más que esas
palabras. Juan Carlos Cruz, que fue abusado por Barros durante años en su
adolescencia y hoy vive en EEUU, donde es ejecutivo en la multinacional
DowDuPont, respondió rápidamente a ese mensaje del Papa exigiendo que
destituya al obispo en vez de pedir perdón. "Es otro titular vacío de
Francisco para la prensa. El Papa dice que ellos sienten dolor y vergüenza
por lo que han hecho y que están acompañando a las víctimas. ¿Y el dolor y
vergüenza irreparable que sienten las víctimas, que cuando piden ayuda a la
Iglesia solo reciben bofetadas? Jamás nosotros hemos recibido apoyo de
ningún obispo y de ningún episcopado y menos del Papa. Son palabras vacías
que causan mayor dolor, porque todos sabemos que no hacen absolutamente nada
por las víctimas. Ya se acabó el tiempo del perdón: es el tiempo de
acciones. En la Conferencia Episcopal chilena hay obispos que han visto
abusos, los han encubierto, y siguen premiados en sus diócesis y el Papa lo
sabe. Los obispos Juan Barros, Tomislav Koljatic, Horacio Valenzuela...ahí
están todos los obispos puestos. ¿Por qué no los saca? Eso sí sería una
señal de que nos está apoyando y oyendo. Nosotros le hemos pedido juntarnos
con él para que oiga de nuestras bocas lo que ha pasado y, sin embargo,
Francisco no quiere", explicó a EL PAÍS
Mientras llega eso, las palabras del Papa sonaron con
mucha fuerza en su primer discurso en Chile, donde la iglesia católica está
en crisis. El país sudamericano pierde fieles católicos de forma acelerada.
En una reciente encuesta regional, elLatinobarómetro, se
detalla que mientras en Paraguay el 89% de los ciudadanos se declara
católico —80% en México y 73% en Colombia o Perú— en Chile baja al 44%. Pero
lo más inquietante es que no hay una competencia con los evangelistas, como
en otros países, en especial en Centroamérica y Brasil, sino que el
verdadero rival es el ateísmo, ya que el 38% de los chilenos dice que no
tiene ninguna religión, un récord regional que dobla la media.
14:22 - 16 ene. 2018
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