http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2017/02/14/abuso-sexual-peor-maltratos-sufrir/984309.html
Juan Pedro Oliver |
Presidente de la Asociación Pro Derechos del Niño (Prodeni)
"El abuso sexual es el peor de los maltratos que
puede sufrir un menor"
"Los estudios revelan que de cada cien niñas, 22
soportan agresiones a lo largo de su infancia y de cada cien niños, 17; es
la realidad y a la vez el gran tabú"
irene gómez 14.02.2017
Juan Pedro Oliver
compatibiliza su profesión de abogado con la presidencia de Prodeni, una
asociación humanitaria sin ánimo de lucro cuyo fin es la defensa de los derechos
de los niños. En estos momento Oliver ejerce su doble condición de letrado y
presidente de Prodeni al actuar como acusación popular en el llamado "caso
Romanones", que a partir del 6 de marzo juzgará a un sacerdote por supuestos
abusos sexuales a un menor desde 2004 hasta 2007. Inicialmente llegó a haber
doce imputados, diez sacerdotes y dos laicos, pero para once de ellos los
delitos estaban prescritos. Ese "caso Romanones" animó al ex seminarista de La
Bañeza a denunciar ante el papa los abusos sexuales del sacerdote Ramos Gordón,
que reconoció los hechos y ha sido castigado por la Iglesia.
-El caso de pederastia en Castilla y León ha
demostrado el desamparo de la niñez, en este asunto a finales de los 80.
¿Situaciones como ésta justifican la labor de Prodeni?
-Así es.
Este año cumplimos 30 trabajando a favor de los niños como entidad de
utilidad pública porque por muchos derechos teóricos que tengan, en realidad
los niños siguen siendo propiedad de los adultos. Cuando Kofi Annan dejó la
secretaría general Naciones Unidas dijo que el mundo adulto había fracasado
con los millones de niños del planeta. Lo dijo una autoridad mundial, es
decir, los niños siguen siendo los grandes olvidados, no tienen opinión y
todo el mundo tiene derecho sobre ellos.
-Pero la situación no es igual, ni mucho menos,
en este mundo global, por fortuna.
-Hay niños
especialmente vulnerables. En España hay actualmente 35.000 menores
tutelados por la administración. Son los detectados oficialmente, a parte
hay cantidad de niños en situaciones de riesgo que no se detectan. Son
personas totalmente vulnerables por eso es necesario que tratemos de
ayudarles.
-En el caso de la Iglesia los padres dejaron a
sus hijos en manos de una institución que creyeron les protegería y lejos de
eso se revelan situaciones tremendas.
-Por
fortuna están saliendo casos en muchos países, es un problema mundial y los
que fueron niños se están atreviendo a hablar. Normalmente las víctimas de
abusos no suelen hacerlo, por lo menos no hasta el cabo de un tiempo. Porque
un niño que sufre abusos sexuales, si es con pocos años no sabe muy bien lo
que está pasando. Cuando llega a la adolescencia va tomando conciencia de la
situación que está teniendo, habla y nadie le hace caso. Hace poco he leído
un libro muy impactante de un pianista famoso, James Rhodes. Este hombre
cuenta cómo sufrió abusos cuando tenía 5 años en un colegio, cómo los
profesores y la gente veía que sangraba y nadie le hacía caso. Sufrió
situaciones extremas, estuvo internado en un manicomio, tuvo un intento de
suicido múltiple y cuenta en el libro que sigue pensándolo, aunque la música
y sobre todo su hijo de 13 años le han dado sentido para seguir viviendo. Él
reconoce a sus 42 años que sigue teniendo pesadillas terribles. El tema de
los niños que sufren abusos es un drama muy generalizado.
-Pero hay una parte de la opinión pública que
cuestiona la decisión de estos chicos aireando hechos que ocurrieron hace
años; sin embargo es un trauma con el que cargan toda la vida.
-Siempre
digo que abusar de un niño es como matarlo en vida, es un auténtico horror.
Por desgracia yo he tenido que escuchar a muchos niños y eso deja huella
para siempre. Normalmente los niños, adultos incluso, no hablan. Yo he
tenido alguna experiencia de clientes míos. La última, una señora de 58 años
me contó hace cinco meses que sufrió abusos cuando tenía 10 años y no se lo
había dicho nunca a nadie; o sea que eso deja huella para siempre. Yo
entiendo que es el peor de los maltratos que puede sufrir un niño. Es un
tema canallesco y sangrante que afecta a muchos menores y lamentablemente no
veo mucho eco en los medios de comunicación.
-Se habla de que solo aflora un 8 por ciento de
los casos, es descorazonador pensar en tantas historias que mueren con sus
víctimas.
-Con el tema
de los Romanones ha habido niños que no quieren hablar. En el año 1998 fue
la primera vez que tuvimos un caso de abusos en un pueblecito de Granada
donde el cura había abusado de veintitantos monaguillos y solamente denunció
uno. Eso suele ser así. Y denunció uno porque tuvo una madre valiente y
maravilllosa que le apoyó. Porque eso duró cinco años, fue un proceso
superduro. El obispo en aquella época me denunció al Colegio de Abogados, es
decir que hay una resistencia y un ocultismo total. En el caso de los
Romanones once del grupo han quedado exonerados porque ha prescrito el
delito. Y me han llamado personas en Granada para contarme cosas, lo que
pasa es que no quieren dar testimonio. Miedo, vergüenza, hay una serie de
factores que influyen y el proceso penal en España es tremendamente duro. El
niño tiene que declarar en varias instancias, se hace insufrible y muchas
personas temen ser señalada. O hay quien piensa, algo habrán hecho.
-Ese mismo argumento esgrimen algunos chicos, hoy
adultos, para justificar su silencio cuando sufrieron o fueron testigos de
los hechos.
-Claro. Eso
pasaba antes también con las mujeres; cuando iban a denunciar una violación
se las miraba mal como diciendo, habrá provocado ella. Pues con los niños
pasa igual, hay una gran ignorancia sobre el tema porque nadie queremos
saber, aunque sabemos que se da. El profesor Félix López, de la Universidad
de Salamanca, en el año 1980 hizo un estudio sobre esto. También se han
hecho a nivel del Consejo Europeo o en Estados Unidos y todos coinciden. De
cada 100 niñas 22 sufren abusos a lo largo de la infancia, y de 100 niños
17. Trasladado a España, nosotros hicimos un estudio aplicando esos
porcentajes y nos salían unos números de escándalo, pero es la realidad y a
la vez el gran tabú. Hay que tener en cuenta que donde más abusos se
producen es en la familia, lamentablemente. El padre es el mayor abusador,
el círculo más cercano, luego los monitores deportivos... Y en la Iglesia
los de más confianza y quienes más debieran de proteger al niño sin embargo
pueden ser sus grandes abusadores.
-La trascendencia de casos, tanto en el ámbito
eclesiástico como deportivo, está ayudando a aflorar otros. El exseminarista
de La Bañeza ha reconocido que actuó a raíz del caso Romanones de Granada.
-Sí. A mi
cuando me llamó y me contó la historia, le dije que la manera mejor de
ayudar y de que la persona que ha hecho esto no siga más burlándose es que
salga en prensa. Porque a los medios es a lo único que temen los canallas.
Todos los demás lo esconden, lo tapan y en este caso de pederastia en
Castilla y León se le aplicó al sacerdote una sanción que ni siquiera ha
cumplido. Pero cuando sale en prensa es cuando se ven destapados, por eso yo
digo que las víctimas, aunque es tremendo, deben de contar su historia;
aunque sea bajo el anonimato porque eso anima a otras víctimas.
-En muchos casos se sabe de que penalmente están
prescritos. Ustedes han batallado contra esos plazos que impiden a muchos
pederastas cumplir la pena, ¿confía en que pueda cambiar esta situación?
-Llevamos
trabajando mucho con el tema de los abusos en todos los campos. Por ejemplo,
la cuestión de la posesión de pornografía infantil que antes no era delito,
ahora ya lo es. También tuvimos hace unos años una página con una clave de
pederasta y se lo pasábamos a la Policía Nacional. En el tema de la
prescripción es evidente; si todos estudiáramos un poco sobre ello veríamos
que a un niño le cuesta mucho hablar. Y la prescripción favorece que mucha
gente quede impune. En Estados Unidos no existe prescripción para esos
delitos, en el Vaticano incluso son 20 años. El Código Penal establece
algunos tipos que son delitos más leves y otros más graves. Los más leves
tienen un plazo de prescripción muy pequeño y eso va en beneficio de los
verdugos mientras que las víctimas quedan totalmente desamparadas.
-¿Cuál es la posición de Prodeni, establecen
plazos?
-Consideramos que debe tener un plazo de prescripción de 30 años, pero para
eso se necesitaría que los legisladores quisieran entrar en ese mundo y de
verdad dar la cara por los niños. Hay un organismo de Naciones Unidas que
hace un seguimiento del cumplimiento de la Convención de los Derechos del
Niño y en España siempre quedamos mal, es decir que no se cumplen esos
derechos. Y en el caso de los abusos sexuales hay que tener en cuenta que
los legisladores son adultos, con los niños nadie cuenta. Me contaba hace
tiempo un pediatra que fue presidente del Observatorio de la Infancia en
Andalucía que si los niños votaran se les tendría en cuenta, como pasa con
la personas mayores.
-Los niños se encuentran con otro gran enemigo,
el encubrimiento, tan grave como el propio delito.
-Desde
luego. En el mundo de la familia por desgracia hemos tenido casos donde la
madre ha encubierto los abusos del padre sobre las hijas. Porque la mujer
desgraciadamente ha estado muy sometida al hombre, tiene miedo. En el tema
de la mujer hay que avanzar también mucho porque se sigue dando ese
sometimiento. Si se maltrata a la mujer se está maltratando también a los
hijos y la mujer por miedo encubre muchas cosas.
-En el ámbito de la Iglesia pueden ser los
sacerdotes compañeros del pederasta.
-El caso que
vivimos hace 20 años yo hablé con el obispo y le tuvo de sacerdote diciendo
misa hasta el último momento, cuando salió la sentencia. Entonces lo
cambiaron a otro pueblo y eso me obligó a hacer una rueda de prensa con la
sentencia en la mano para advertir que allí iba un cura condenado. Aquello
tuvo una reacción tremenda y hablo de hace 20 años, cuando era inimaginable
denunciar. Están protegidos y con el caso Romanones el arzobispo de Granada
sigue ahí, a pesar de que el Juzgado declaró la responsabilidad civil
subsidiaria por no haber ejercido la vigilancia oportuna sobre el grupo de
pederastas.
-¿La gente no se indigna?
-Por la
calle me dicen, cómo es posible que siga el arzobispo y yo les digo,
manifiéstense ustedes. Yo voy a intentar que se aplique la ley pero el tema
religioso lo tendrán que resolver también los creyentes.
-En Australia
una comisión que investiga la pederastia en el seno de la Iglesia ha
revelado 4.500 denuncias por abusos a menores entre 1980 y 2015, un avance
que está muy lejos del oscurantismo todavía existente en otros países.
-A nivel mundial se están dando pasos. En Estados Unidos las diócesis han
pagado indemnizaciones millonarias, también en Alemania, en Irlanda. En
España estamos en la cola porque aquí tenemos todavía una cultura un poco de
miedo, la iglesia tiene mucha influencia. Aquí la proporción de casos es
igual y sin embargo el de Granada es el primero en el que se ha descubierto
que había un grupo de sacerdotes y laicos abusando de niños. Si se denuncia
un 8 por ciento nos queda muchísimo por hacer.
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