El arzobispo
de Granada incumplió las normas de la Santa Sede, que le obligaban a
actuar contra los encubridores
Amina Nasser / 18 nov 2014

Francisco Javier Martínez, arzobispo de
Granada.
El arzobispo de Granada,
Francisco Javier Martínez, se saltó las normas de la Santa Sede que le
obligan a actuar contra los presuntos autores de los delitos de abusos
sexuales contra menores y también contra sus encubridores. El
prelado granadino actuó a remolque, tarde y mal, forzado por el propio
Vaticano y suspendió ‘a divinis’ a los tres sacerdotes
diocesanos que están siendo investigados por el Juzgado de Instrucción
número 4 de Granada como supuestos autores de los abusos, pero no tomó
ninguna medida contra sus encubridores. Es más: el arzobispo otorgó esas
funciones pastorales a otros tres sacerdotes que están siendo
investigados.
Las fuentes consultadas por
andalucesdiario.es insisten en que “trató de tapar el tema y no tomó
ninguna medida hasta que no se vio obligado por el Vaticano”. Lo hizo,
además, después de que el denunciante, un joven feligrés de 24 años,
denunciara los hechos, primero a través de una carta dirigida al Papa
Francisco, y después, ante la Fiscalía Superior de Andalucía, animado
por la respuesta personal del propio Jorge Mario Bergoglio.
Las normas de la Santa Sede sobre
el proceder de la Iglesia por ‘delicta graviora’, es decir, por acciones
contra la fe, los sacramentos y la moral, entre los que se encuentran el
de abusos sexuales contra menores, son tan claras como contundentes.
Plantean la protección de los niños y de los jóvenes y la necesidad de
dar una respuesta adecuada a los eventuales casos de abuso sexual de
menores cometidos en una diócesis y establece procedimientos para
asistir a las víctimas de abusos como para la formación de la comunidad
eclesial en vista de la protección de los menores. Las normas
determinan que hay que actuar contra los supuestos autores, tomando
medidas cautelares, y también contra sus encubridores, algo que
ignoró el arzobispo de Granada.
NO INFORMÓ A LA
CONFERENCIA EPISCOPAL
No solo eso. Según fuentes
consultadas por
andalucesdiario.es, Francisco Javier Martínez no ha informado en
ningún momento a la Conferencia Episcopal de la investigación sobre los
supuestos abusos sexuales que afectan a varias parroquias de Granada.
En teoría, el arzobispo debía
haber dado explicaciones del asunto en la asamblea plenaria de la
Conferencia Episcopal que se celebra estos días. Pero ayer no acudió a
la reunión y hoy, tampoco. En su gabinete de prensa aseguran que no
saben dónde está. Fuentes bien informadas aseguran que Francisco
Javier Martínez está en Granada.
La investigación judicial que
sigue el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada afecta a varias
parroquias, según ha señalado fuentes cercanas a la investigación. Las
mismas fuentes no descartan que puedan producirse detenciones en las
próximas horas.
Tal y como avanzó ayer
andalucesdiario.es, el juzgado investiga la implicación de
doce personas: tres sacerdotes diocesanos como presuntos
autores de los abusos contra varios menores (al menos cuatro), otros
siete sacerdotes como supuestos encubridores y dos seglares.
ABUSOS DESDE LOS 12
AÑOS
El caso sigue bajo secreto de
sumario. La Policía Judicial intenta esclarecer el grado participación
de los sacerdotes investigados en los hechos denunciados. El subdelegado
del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, no ha descartado posibles
arrestos. Preguntado por la posible existencia de una red de pederastia,
el subdelegado ha respondido: “Ahora mismo se ha abierto el proceso de
investigación y todo está bajo secreto de sumario, pero no me atrevería
a decir tanto, simplemente hay unas conductas que se están investigando
y a partir de ahí tendremos resultados bastante pronto”.
La víctima de
los abusos –la única de la que hasta ahora se tiene certeza, ya que
puede haber más– cuenta en estos momentos con 24 años y, al parecer, es
profesor de un colegio vinculado al Opus Dei de la provincia de Granada.
Según informaciones de la SER y de la agencia Efe, sufrió las agresiones
desde que tenía 12 años y hasta la mayoría de edad.