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El profesor pederasta de los Maristas asegura que el
colegio conocía los abusos desde 1986 y que se sintió "amparado"
El relato de Joaquín Benítez choca con el testimonio
del vicario de Maristas, que testificó que sólo tuvieron constancia de una
denuncia en 2011
La ausencia de consecuencias en 1986, según Benítez,
hizo que no tuviese "miedo" y se sintiese "amparado" para seguir abusando
durante décadas, según su versión
El exprofesor de gimnasia admite ante el tribunal
abusos sexuales en dos de los cuatro casos juzgados, a quienes hizo
tocamientos genitales y felaciones
Joaquín Benítez, en el banquillo de los acusados Europa Press
Pau Rodríguez
26.03.2019
El profesor pederasta del colegio Maristas Sants-Les
Corts, Joaquín Benítez, ha soltado la bomba ante el tribunal este martes.
Durante su declaración como acusado ha asegurado que el centro conocía desde
1986 sus abusos sexuales a alumnos y que, al no recibir ningún tipo de
castigo, se sintió “amparado” para seguir con sus actos durante décadas.
“Por eso no tenía miedo a ser descubierto”, ha expresado el que fue docente
de gimnasia durante 30 años.
El acusado ha relatado que un joven a quien hizo
tocamientos en 1986 lo denunció al colegio a través de su familia. Se
reunieron ellos, Benítez y el director, que le dijo al profesor que lo iba a
trasladar al vicario provincial de los Hermanos Maristas. Le advirtieron
también de que era “importante” que no se volviera a repetir y que a lo
mejor le sancionarían con una suspensión de sueldo de tres meses, ha
explicado, pero llegó el verano, él se fue al Empordà y, al volver, sólo le
dijeron: “Primera advertencia, si vuelves a hacerlo te vas”.
Las palabras de Benítez ponen en un brete a los
Maristas como institución, aunque no estén como parte acusada. El que fuera
vicario provincial hasta 2016, Pere Farré, insistió este lunes en su
declaración como testigo –por lo tanto, con la obligación de decir la
verdad– que los Marista sólo tuvieron constancia de sus abusos a niños en
2011, cuando lo denunció otra familia.
Fue entonces, indicó Farré, cuando el colegio pactó
su salida –no lo despidió– y se llevó el caso a la Fiscalía de menores. En
la denuncia, sin embargo, no se especificó que el profesor había confesado.
La investigación se cerró porque la víctima no quiso seguir adelante y, de
esta forma, el abusador siguió trabajando de monitor con niños hasta que
todo salió a la luz en 2016.
Reconoce a dos de las cuatro víctimas
Benítez, que había asegurado anteriormente que tenía
ganas de que llegara el juicio para contar toda la verdad, ha optado
finalmente por responder solo a su defensa. Pese a que había confesado ya
sus abusos a los medios de comunicación, ha reconocido sólo a dos de los
cuatro casos que han llegado a juicio. Sí ha admitido que lo que hizo con
ellos fue “engañarles” para llevarlos a su despacho, en el que disponía de
una camilla, con el pretexto de hacerles masajes para corregirles problemas
físicos. En ese momento abusaba de ellos de acuerdo, ha afirmado, con un
"impulso" que sentía.
En el caso de T. B., ha confesado ante el tribunal
que tras dos encuentros en su despacho para hablar de sus dolencias en la
espalda le hizo un masaje y le acabó practicando una "felación". Aun así, ha
expresado que no apreció resistencia en su víctima ni que estuviera en
‘shock’. "Lo veía relajado", ha manifestado, para acto seguido negar que le
forzara a penetrarlo analmente, tal como explicó la víctima en la
instrucción y en el juicio.
La segunda jornada del juicio, que se celebra en la
sección 21 de la Audiencia de Barcelona, era la más esperada por la
declaración de Benítez. El pederasta confeso que trabajó como profesor de
gimnasia en Maristas Sants-Les Corts durante 30 años se enfrenta a hasta 35
años de cárcel por cuatro delitos de abusos sexuales –dos de ellos
continuados–. Todo ello contando que sólo cuatro de las 17 denuncias que
recibió han prosperado, puesto que el resto habían prescrito.
El exdocente se enfrenta también a una posible
indemnización que, según solicita el Ministerio Público, ascendería a un
conjunto de 70.000 euros para las víctimas. En este punto, la Fundación
Champagnat, responsable de los colegios de Hermanos Maristas, está presente
en la causa como responsable civil subsidiaria.
El mayor escándalo de pederastia
Los abusos de Benítez, desvelados por El Periódico en
2016, dieron pie a una oleada de denuncias de abusos sexuales en distintos
colegios de los Hermanos Maristas. En total, afloraron más de 40 casos
perpetrados presuntamente por una docena de profesores y religiosos en
distintas épocas. Todos ellos han prescrito también, con lo que la mayoría
de denuncias del que ha sido uno de los principales escándalos de pederastia
de la historia de España quedarán sin resolver.
Sobre el 'caso Benítez', el lunes, primer día del
juicio, los dos agentes de los Mossos d’Esquadra que declararon como
testimonios relataron un "patrón" de actuación por parte del abusador.
Convencía a algunos de sus alumnos de que iba a resolver sus dolencias
físicas y les llevaba a un reservado de que disponía en el centro, con una
camilla, donde empezaba a hacerles un masaje que podía acabar con
tocamientos en los genitales, masturbaciones e incluso felaciones.
Ni trastorno ni falta de consciencia
Además de Benítez, este martes han comparecido ante
el tribual como testimonios una psicóloga y cuatro peritos forenses. Estos
últimos han valorado los actos y el comportamiento del acusado. "No es una
persona con trastorno cognitivo ni trastorno mental que le impida conocer la
realidad", han manifestado, contradiciendo así la versión del propio
pederasta, que en medios de comunicación aseguró que él no era del todo
consciente de lo que hacía.
"No había afectación en su capacidad de conocer la
realidad y de actuar conforme a ese entendimiento", han expresado los
peritos. Han relatado además que él les explicó algunas de las prácticas
sexuales con los alumnos, no las negó, pero sí les alegó que esos actos
habían contado con el consentimiento de las víctimas.
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