
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2019/02/26/cargo-catolico-alto-condenado-pederastia-cardenal-georgepell/00031551170338373237313.htm
George Pell, la caída por pederastia del
antiguo tesorero del Vaticano y número 3 de la Iglesia
El cardenal
australiano es el más alto cargo de la jerarquía católica
condenado por abuso de menores; un jurado lo ha declarado
culpable por unanimidad de cinco cargos; los delitos se
perpetraron contra dos monaguillos cuando Pell era arzobispo

DAVID
CROSLING | EFE
Daniel de Carteret AFP Sídney 26/02/2019
Nunca habían caído torres más altas en la
Iglesia por casos de pederastia. Fue el gran tesorero
del Vaticano, pero
la trayectoria ascendente de George Pell, el
representante con más galones de la Iglesia
Católica en Australia, quedó hecha trizas después
de su condena por pederastia. Pero
en diciembre fue declarado culpable de agresión sexual a dos
monaguillos en la Catedral de San Patricio de Melbourne en la
década de 1990. La decisión se conoció este martes, cuando se
retiró una obligación de silencio informativo respecto a su
proceso judicial. Fue declarado culpable de un cargo de agresión
sexual y de otros cuatro cargos de atentado al pudor contra dos
monaguillos que entonces tenían 12 y 13 años, por unos hechos
ocurridos en la sacristía de la Catedral de San Patricio de
Melbourne en los años 1990. El jurado consideró probable que
hubo penetración a un menor y que se cometieron otros cuatro de
actos indecentes contra menores. Pell deberá comparecer de nuevo
el miércoles ante el Tribunal de Victoria, donde «podría ser
detenido». Una firma legal anuncia que está preparando otra
demanda: un padre considera a Pell responsable de la muerte por
sobredosis de su hijo porque cree que «sufrió estrés
postraumático» debido a los abusos que sufrió de pequeño.
Para quienes lo admiraban, el cardenal Pell,
de 77 años, encarnaba, con su imponente figura y su elocuencia,
la ortodoxia del catolicismo en Australia. El prelado
había rechazado inicialmente estas acusaciones y el
jurado no había alcanzado una decisión durante un primer juicio
en septiembre, pero fue declarado culpable durante un nuevo
juicio el 11 de diciembre. El tribunal de Melbourne adoptó
entonces una «orden de supresión», que prohibía a los medios
cualquier mención a este caso, so pena de actuaciones
judiciales. Este silencio obligado se impuso con el objetivo de
proteger al jurado de un segundo juicio en el que el cardenal
Pell debía ser juzgado por otros presuntos delitos. Pero la
acusación decidió renunciar a este segundo proceso, lo que
condujo al levantamiento, este martes, del silencio mediático
sobre el primer caso y a autorizar a los medios a anunciar el
veredicto de culpabilidad.
Pell, nacido en 1941, creció en la ciudad de
Ballarat, donde fue un entusiasta miembro del equipo de debate
de su universidad. Tenía los papeles principales en las obras de
teatro escolares y destacaba en fútbol australiano. Su madre,
una ferviente católica, estaba entusiasmada con que su hijo
tomara el camino de la Iglesia, según la prensa australiana. Su
padre, un anglicano, no comprendía que hubiera rechazado un
suculento contrato con uno de los equipos de fútbol más pujantes
del país.Siguió parte de sus estudios en Roma antes de ser
ordenado cura de la diócesis de Ballarat, en 1966.
Ascenso y acusaciones
Vivió un rápido ascenso hasta ser nombrado
arzobispo de Melbourne, posteriormente de Sídney y, en 2003, fue
incluido en el poderoso Colegio de Cardenales, lo que le dio la
posibilidad de votar en los cónclaves en los que se
eligió a los papas
Benedicto XVI y
Francisco.
En el 2014, el papa argentino lo eligió para
lograr una mayor transparencia en las finanzas del Vaticano,
convirtiéndose en número tres de la Santa Sede. «El cardenal
Pell es uno de los hombres eclesiásticos más grandes que
Australia haya tenido», dijo de él el ex primer ministro
conservador Tony Abott. Ante sus fieles y la opinión pública, el
cardenal Pell defiende los valores tradicionales del
catolicismo.
Pero su reputación se vio perjudicada en los
últimos años por las acusaciones de graves delitos. Él negó
firmemente que hubiera encubierto abusos cometidos por curas en
el estado de Victoria, en el que trabajaba.
Una investigación nacional sobre la respuesta
institucional que se dio a los abusos
sexuales contra menores en Australia entre 1950 y el 2010
concluyó que un 7 % de los curas habían sido acusados de actos
de pederastia,
pero esas acusaciones no dieron lugar a ninguna pesquisa.
La comisión de investigación real que llevó a
cabo durante cuatro años esas investigaciones halló que a la
Iglesia australiana se le señalaron 4.444 presuntos casos de pederastia.
En algunas diócesis, más del 15% de los sacerdotes eran
sospechosos de abusos, añadió.
Apartado de los altos cargos
El cardenal Pell declaró varias veces ante
esta comisión de investigación sobre el caso de los curas
pederastas de la diócesis de Ballarat en los años 1970 y 1980.
Pell pidió disculpas en nombre de la Iglesia, pero insistió en
que no tenía recuerdo de acusaciones de abusos.
No obstante, admitió haber «metido la pata» al
lidiar con los curas pederastas en el estado de Victoria en la
década de 1970. Pero afirmó que fue engañado por la jerarquía
católica sobre lo que realmente ocurría en una época de
«crímenes y de disimulación». Después, las acusaciones de
agresión recayeron directamente sobre él.
El
padre de un niño abusado que acabó muriendo por sobredosis: «Pell
tiene sangre en sus manos»
El padre de un niño de 13 años que
presuntamente fue víctima de abusos en la catedral de San
Patricio (Melbourne) en la década de los noventa planea demandar
a la Iglesia católica después de que su hijo muriera por
sobredosis de heroína a los 31 años. Este australiano, que
prefiere mantenerse en el anonimato, considera a Pell y a la
jerarquía católica responsables del estrés postraumático que
sufrió su hijo debido al maltrato. Responsables del grupo Shine,
la firma legal que representa al denunciante dice que este cree
firmemente que «Pell tiene sangre en sus manos».
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