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Investigan al obispo más anciano del mundo y tío del
presidente de Chile por presunto abuso sexual a menores
El Vaticano indaga al sacerdote de 103 años Bernadino
Piñera por la denuncia de unos hechos que habrían ocurrido hace 50 años.

Bernardino Piñera, arzobispo emérito de La Serena y tío
del presidente chileno, en una imagen de archivo. EL MERCURIO
Santiago de Chile
23/08/2019
Meritxell Freixas
A sus 103 años la denuncia lo agarró por sorpresa.Bernardino
Piñera, arzobispo emérito de La Serena, una ciudad al norte de Santiago, y
una figura muy influyente en Chile, ha sido acusado esta semana de abusos
sexuales contra un menor de edad por unos hechos que habrían ocurrido 50 años
atrás. El obispo, el más anciano de la Iglesia Católica, es –además– tío del
presidente chileno,Sebastián Piñera, hermano de su padre.
La Nunciatura Apostólica en Chile informó que “la Santa
Sede ha dispuesto la realización de una investigación previa para averiguar si
es verosímil la denuncia de un presunto abuso sexual a un menor de edad,
que habría sido cometido hace más de 50 años”. La publicación difundida
por la Conferencia Episcopal añadía que “se está en contacto con la persona que
ha presentado la denuncia y, al mismo tiempo, se está actuando en el respeto del
principio de la presunción de inocencia”.
Ante el anuncio de El Vaticano, Bernardino Piñera
respondió a través de un comunicado que “desconoce” la acusación y “ofrece su
plena disposición a colaborar” para esclarecerla. “Doy fe de que, durante mi
larga vida sacerdotal que comenzó en 1945, siempre he tenido una conducta
intachable”, argumentó.
“Me cuesta creerlo”
A las pocas horas de conocerse la noticia, el presidente
Piñera, que mantiene una relación cercana con su tío, salió a hablar
públicamente del tema: “Toda denuncia debe investigarse con rigor, para
verificar su verosimilitud y para esclarecer la verdad, y este caso no
constituye una excepción”, aseveró. Sin embargo, luego añadió unas palabras,
éstas como familiar: “Conociendo por casi 70 años a Bernardino Piñera, como
sobrino, me cuesta creer en una denuncia que se hace 50 años después de
ocurridos los eventuales hechos a un hombre que tiene 103 años de vida”. El
mandatario cuestionaba así las acusaciones en una rueda de prensa en la que no
admitió preguntas de los periodistas.
“Como sobrino, me cuesta
creer en una denuncia que se hace 50 años después de ocurridos los eventuales
hechos a un hombre que tiene 103 años de vida”
Las declaraciones del jefe de Estado levantaron una fuerte
polémica. Desde los políticos de oposición hasta las redes sociales
recordaron al presidente las palbras que pronunció, casi a modo de eslogan,
cuando el pasado mes de julio el país aprobó la Ley de Imprescriptibilidad de
los Delitos Sexuales contra menores: “El tiempo no será nunca más un
cómplice de los abusadores de nuestros niños”, dijo entonces. El mandatario ha
mantenido una postura muy dura en contra de estos delitos, pero su comparecencia
se interpretó como si tomara ese caso con ligereza o ánimo de desacreditarlo por
tratarse de episodio que implica a su familiar.
El ministro de Interior, Andrés Chadwick, quien
también es sobrino y ahijado de Bernardino Piñera, se refirió luego al tema:
“Las palabras del presidente me interpelan por completo”, afirmó. Y reiteró que
la noticia “no cambia en nada” el principio de la Ley de Imprescriptibilidad
impulsada por el gobierno y el propio presidente. “No vemos ninguna
contradicción”, concluyó. Otras autoridades también dudaron públicamente de los
hechos que se investigan e incluso llegaron a burlarse de la denuncia.
Molestia de las víctimas
La reacción de las autoridades molestó a las víctimas que
están levantando las denuncias de los abusos clericales en el país. Varios
colectivos exigieron al presidente que pida disculpas por subestimar las
acusaciones. El portavoz de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico
Chile, Jaime Concha, apeló al “derecho al tiempo que tiene toda víctima
de abuso sexual infantil para hablar cuando pueda y no cuando deba”. Y añadió:
“Sus palabras son revictimizantes para los sobrevivientes”.
Otro denunciante, Jaime Pulgar, lamentó que “se
esté denostando” a la víctima, aún cuando no se ha hecho público su nombre.
“Esto es lo que hemos vivido por muchos años los denunciantes”, añadió.
Por su parte, la representante del colectivo Madres de
Chile,Ximena Astorga, puso énfasis en los factores que influyen en el
retraso de las denuncias: “Esos bloqueos son a nivel psicológico y pueden durar
muchos años y recién recuerdan. Hay otros que –por opción– deciden callar. Puede
ser en cualquier momento”, subrayó.
90 días para investigar
Bernardino Piñera ejerció entre 1983 y 1990 como
arzobispo de La Serena y entre 1983 y 1988 fue presidente de la Conferencia
Episcopal de Chile. Se desempeñaba como tal cuando el papa Juan Pablo II visitó
el país sudamericano en 1987, en plena dictadura. En la última visita papal, en
enero de 2018, Francisco dijo sobre su persona: “Monseñor Piñera ha vivido
cuatro sesiones del Concilio Vaticano II. Es una hermosa historia viviente”.
Médico de profesión, algunos analistas destacan su desempeño como consultor de
otros religiosos a nivel latinoamericano.
Desde ahora, el Vaticano dispone de 90 días paradeterminar
si es o no verosímil la denuncia, para luego dar paso a un proceso
administrativo: “El objetivo de la investigación es verificar si se trata de
acusaciones fundadas antes de dar inicio a un proceso canónico a cargo del
arzobispo”, dijo el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo
Bruni.
“Esos bloqueos son a nivel
psicológico y pueden durar muchos años y recién recuerdan”
En los últimos años Chile ha levantando la alfombra que esconde
abusos y encubrimientos por parte de la Iglesia Católica. Los últimos se
conocieron en julio, cuando los jesuitas reconocieron que el fallecido sacerdote
Renato Poblete, que lideró durante años el Hogar de Cristo, la institución
caritativa más importante del país, abusó durante casi medio siglo, entre
1968 y 2008, de 22 mujeres, entre las que se encontraban cuatro menores de edad.
En abril, la Fiscalía dio a conocer un balance
actualizado de los casos que se investigan. Se trata de más de 200 sacerdotes
y casi 250 víctimas involucrados en más de 160 causas. El megaproceso se
abrió tras la visita del Papa Francisco al país sudamericano. El Pontífice optó
por arremangarse y hacerse cargo de este asunto en una histórica decisión.
Designó al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, como responsable de las
investigaciones; invitó a algunos de los abusados a Roma para escuchar sus
testimonios; y convocó a la Conferencia Episcopal chilena al Vaticano, donde
recibió la dimisión de los 34 obispos en una renuncia sin precedentes.
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