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La muerte del cardenal de los abusos de 'Spotlight' recuerda a la Iglesia que
aún tiene enquistada la pederastia
Law, que encubrió los abusos de menores en EEUU y fue
refugiado por el Vaticano, tuvo un funeral ordinario para la cúpula
eclesiástica
Las exigencias para que la Iglesia afronte cambios se
suceden: Australia pide abolir el secreto de confesión en caso de abusos a
menores. Argentina publica el mapa de la pederastia clerical
"Espero que tenga lo que se merece en el infierno”,
ha declarado públicamente alguna de las víctimas a cuyos depredadores
encubrió Law en Boston
Jesús Bastante
22/12/2017

La muerte del cardenal Law reaviva el dolor de
víctimas de curas pederastas EFE
Fue el mayor encubridor de pederastas en la historia
de la Iglesia estadounidense. Y murió esta semana, a los 86 años, sin haber
respondido ante la justicia. El cardenal Bernard Law, protagonista deSpotlight en
la Iglesia de Boston, falleció en Roma, donde residía desde que, en 2002, la
Fiscalía de Massachusetts le llamó a declarar por su responsabilidad a la
hora de tapar los abusos a menores por parte de decenas de sacerdotes de su
diócesis.
Cuentan que, cuando Francisco visitó por primera vez
Santa María la Mayor (la parroquia del Obispo de Roma, donde el Papa va a
rezar la víspera de cada viaje), se encontró con el cardenal Law, que
ejercía de arcipreste de la basílica. A la salida, ordenó que se le sacara
de allí de inmediato.Fue el único castigo efectivo para un purpurado que,
durante años, negó la existencia de abusos, pese a conocerlos, y que con su
inacción, permitió que curas pederastas pudieran abusar de otros niños y
niñas en los distintos destinos adonde les enviaba después de que se
conocieran sus atrocidades. Con sus decisiones, Law perpetuó a los
depredadores de menores en EE.UU.
Las víctimas reavivan su dolor
La noticia de su muerte ha caído como un jarro de
agua fría entre las víctimas. Lejos de suponer un alivio, ha reavivado el
recuerdo y el dolor de lo padecido durante años. Y no son capaces de poner
la otra mejilla. "Espero que tenga lo
que se merece en el infierno", ha dicho en público Alexa McPherson, a quien
un sacerdote intentó violar cuando era niña. En su opinión, Law "no merecía
funerales formales".
Otra víctima que ha hablado ha sido Robert Costello,
que siendo niño sufrió abusos cuando formaba parte del coro: "Tengo 56 años
y aún lucho con eso todo el tiempo". "Espero que (Law) haya sufrido toda su
vida sabiendo lo que hizo". Una de las víctimas más conocidas, la que abrió
la puerta para que The Boston Globe pudiera
publicar su Spotlight, Phil Saviano, admitía que la noticia de su muerte "ha
reavivado la fuente de ira", lo que muestra, en su opinión, "el impacto que
tuvo en tantas personas, la rabia que queda después de tantos años".
Según un informe del Ministerio de Justicia del
estado de Massachusetts, en la diócesis de Boston, con más de dos millones
de católicos, más de 1.000 niños fueron víctimas de abusos sexuales por
parte de 237 sacerdotes durante 60 años.
Funeral en el Vaticano
Pese a todo, y como sucede siempre que muere un
cardenal residente en Roma, la basílica de San Pedro acogió este jueves un
funeral en memoria de Law, en el que participó el propio Papa, quien sin
embargo no presidió la ceremonia. Quien sí habló fue su sucesor en la
diócesis de Boston, y actual responsable de la Comisión Antipederastia del
Vaticano, el cardenal Sean O'Malley.
Para O'Malley, "el cardenal Law fracasó seriamente en
sus responsabilidades de cuidar pastoralmente a su pueblo, con resultados
trágicos". El cardenal quiso dirigirse a las víctimas, a quienes reiteró
"mis más sinceras disculpas por el daño que sufrieron, mis oraciones
permanentes y mi promersa de que la Archidiócesis les apoyará en su empeño
por salir adelante".
"Desde que llegué a la diócesis, mi objetivo
principal siempre ha sido trabajar para sanar las heridas y reconciliar a
las víctimas, a sus familias y la comunidad de los católicos para quienes
los abusos fueron una experiencia devastadora y una gran prueba de fe,
apuntaba el purpurado de Boston, llamado a ser el líder de la 'tolerancia
cero' auspiciada por el Papa.
"Limpiar la Esfinge con un cepillo de dientes"
Un trabajo que se ha visto reconocido en estos días
con la decisión del Papa Francisco de renovar tres años más el mandato de la
Comisión Antipederastia, cuyos nuevos miembros –entre los que seguirá
habiendo víctimas del clero- serán nombrados en enero. Todo ello sabiendo
que las reformas cuentan con importantes enemigos dentro de la Curia. El
propio Bergoglio indicaba este jueves, durante su discurso de Navidad, que
"hacer la reforma en Roma es como limpiar la Esfinge de Egipto con un
cepillo de dientes".
El silencio absoluto sobre la pederastia en la
Iglesia se ha roto y el Vaticano habrá de aceptar algunos cambios. El más
significativo es el que ha solicitado la Real Comisión, organismo creado por
el Gobierno de Australia para investigar los miles de casos de abusos a
menores en el continente, y que ha concluido sus trabajos exigiendo a la
Iglesia católica la abolición del celibato sacerdotal obligatorio y,
especialmente, la del secreto de confesión en aquellos casos en las que el
clérigo escuche en el confesionario a un depredador sexual.
Lejos de negarse rotundamente, Roma emitía un
comunicado en el que aseguraba que la Santa Sede "estudiará en
profundidad" los resultados del informe. En la nota, el Vaticano "muestra su
cercanía con la Iglesia católica en Australia –fieles, laicos, religiosos y
clero– mientras escucha y acompaña a las víctimas y a los supervivientes en
el esfuerzo por lograr la curación y la justicia". Al tiempo, asegura que el
trabajo de la Real Comisión "es el resultado de esfuerzos exhaustivos
realizados por la comisión en los últimos años y merece ser estudiado en
profundidad".
El mapa de la pederastia en Argentina
En el país del Papa, entretanto, una investigación
dibujaba, por primera vez, el mapa de la pederastia en Argentina. Un trabajo
que, en España, está todavía por hacer. El informe, elaborado por las
periodistas Lucía Toninello y Mariana Gracia, revela que desde 2002 hasta 62
religiosos –59 sacerdotes y tres monjas– han acusados de abusos en
Argentina, pero solo ocho han recibido una condena judicial. Únicamente tres
de los curas denunciados, además, han sido expulsados del sacerdocio.
canónico"en lo relativo a estos crímenes sexuales.
"La mayoría de los casos no son denunciados. La
Iglesia no los denuncia, son las víctimas las que se animan a contar lo que
les pasó y para ellas es un proceso muy doloroso. Estos números muestran la
arbitrariedad del juicio canónico, porque salvo en casos que son
indefendibles o han tenido mucha trascendencia pública, la expulsión no se
concreta", explicó a Télam Carlos Lombardi, abogado de la Red de
Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico.
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