El obispo Álvaro Corrada del Río dejó claro que no puede, ni
debe comentar sobre la acción judicial, debido a que está
pendiente de resolución en los tribunales. (GFR Media)
El obispo católico
de Mayagüez, Álvaro Corrada del Río, calificó de “falsa”
la insinuación de que el caso contra el sacerdote Floyd L.
McCoy Jordán, imputado por actos lascivos contra un
monaguillo menor de edad, se consiguió violando el secreto
de confesión.
“La información que
la Diócesis de Mayagüez ha llevado a la Fiscalía en este
caso nada tiene que ver con el sigilo sacramental, ni
tampoco está protegida por el Privilegio Religioso
Creyente, que se contempla en la Regla 511 de Evidencia de
Puerto Rico”, aseguró Corrada del Río en declaraciones
escritas.
A la vez, el prelado
dejó claro que no puede, ni debe comentar sobre la acción
judicial, debido a que está pendiente de resolución en los
tribunales.
“No obstante esto,
el Padre Floyd L. McCoy, por medio de su abogado (Víctor
Manuel Suffront), ha realizado afirmaciones falsas
conducentes a crear la impresión de que se ha violentado
el sigilo sacramental de la confesión”, puntualizó Corrada
del Río.
El líder religioso
reiteró la política de “cero tolerancia” al maltrato de
menores y se expresó solidario con el adolescente que
presentó la denuncia.
“Sentimos mucho el
dolor que esta persona está viviendo y es nuestro deber
acompañarle, ayudarle y, como menor, protegerle a él y su
familia”, manifestó el líder católico.
Por otro lado,
subrayó que al sacerdote McCoy, suspendido desde
septiembre de 2014, le asiste la presunción de inocencia
“tanto en lo canónico como en el foro penal del estado”.
“Le concedemos al
padre McCoy su espacio para que pueda hacer valer la
inocencia que, con derecho, reclama”, señaló el obispo.
En la vista para
mostrar causa para arresto, celebrada este viernes, en el
Tribunal de Mayagüez, la fiscal del distrito Blanca
Portela indicó que los hechos imputados fueron cometidos
entre el 2013 a 2014.
“Imputamos también
el inciso G del artículo, que dice que el acusado obtuvo
un aprovechamiento de la víctima, por razón de que él era
un sacerdote y la víctima era un feligrés. En ese rango,
eso sería un agravante del artículo por actos lascivos
impúdicos. La prueba que pasamos iba dirigida a establecer
que ese sacerdote había ganado esa confianza extrema del
menor con el fin último de obtener el acceso al menor por
medio de actos lascivos”, señaló la fiscal Portela a su
salida de la vista.
Por su parte, la
defensa planteó que supuestamente el caso fue abierto por
otro sacerdote, luego de que el menor mencionara los actos
lascivos durante la confesión.
"Es el monseñor
Gonzalo (Díaz Hernández) quien solicita que se presenten
cargos. No es que haya una víctima que se esté quejando de
una situación, sino que hay un sacerdote de mayor
jerarquía que está requiriendo que se presente la
querella", argumentó el licenciado Suffront.
El
abogado también alegó que entre Díaz Hernández y su
cliente había un historial de diferencias personales. Sin
embargo, sus alegaciones no tuvieron éxito, ya que el
Tribunal halló causa para arresto contra su cliente, quien
quedó libre bajo fianza.