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David Galvan Viña (Foto publicada en el Pais) |
Instigado por sus antiguos jefes de alguna
agencia de espionaje o motu propio, Daniel Galván Viña, de 64
años, el antiguo oficial del Ejército iraquí, se instaló en
Kenitra, al norte de Rabat, hace unos ocho años. Compró dos pisos,
hoy en día embargados, según su abogado Mohamed Benjedou,
pendientes de ser vendidos para poder así indemnizar a sus
víctimas.
Ante sus vecinos se presentó como un
profesor español jubilado y se ganó su confianza. Trató de
cautivar a la chiquillería del barrio organizando fiestas
infantiles en su propio piso.
Al menos 11 de aquellos pequeños, de entre 3
y 15 años, que pasaron por su vivienda acabaron sufriendo abusos
sexuales por parte de Galván Viña. Varios de ellos fueron incluso
fotografiados y grabados en vídeo en posturas obscenas. Se
sospecha que intentó comercializar las imágenes que rodó.
“Se aprovechó de la precariedad de las
familias”, resalta la sentencia del tribunal de apelación de
Kenitra que le condenó, en septiembre de 2011, a 30 años, la mayor
sanción por pedofilia jamás impuesta en Marruecos. El tribunal
también le impuso que indemnizase a seis de sus víctimas con 4.800
euros a cada una.
El juicio tuvo tal repercusión mediática que
la televisión pública Medi 1 le dedicó un reportaje al año
siguiente.
“No necesitaba intérprete durante el
juicio”, recuerda Hamid Krayri, uno de los abogados de las
víctimas. “Hablaba árabe clásico, dariya [árabe dialectal
marroquí] y también francés, inglés... Primero reconoció los
hechos, pero después intentó demostrar que era un enfermo
irresponsable que requería tratamiento”, prosigue Krayri.
Cuando, el 30 de julio, supo que había sido
indultado, Galván Viña “se sorprendió”, afirma su letrado Mohamed
Benjedou. Tras franquear la puerta de la cárcel, acudió al
tribunal, que le había incautado su pasaporte español, para
recuperarlo.
El título de viaje estaba caducado, precisa
Benjedou, por lo que, el jueves por la mañana, se desplazó hasta
el Consulado de España en Rabat para solicitar un salvoconducto
con el que pudo cruzar horas después la frontera de Ceuta.
Catorce de los 48 presos españoles
indultados por el rey Mohamed VI aún no han podido ser
excarcelados porque no han abonado la multa que fueron condenados
a pagar. Galván Viña pudo, en cambio, salir de Marruecos sin
acabar de indemnizar a sus pequeñas víctimas.
Bronca en las
calles de Marruecos por el indulto real al pederasta español
diario elmundo.es 3/8/2013
Efe | Rabat
sábado 03/08/2013
La protesta anoche en Marruecos por
la liberación de un pederasta español acabó en incidentes
y porrazos. Y es que en los últimos días la ola indignación
por el perdón a este condenado a 30 años de cárcel por abusar
de 11 niños entre cuatro y 15 años ha ido creciendo en el
país.
"Qué vergüenza, los hijos del pueblo
están en peligro", gritaban los manifestantes, que tras ser
dispersados a porrazos y patadas se volvían a reagrupar de
inmediato en distintos puntos de la Avenida Mohamed V de
Rabat.
Daniel Galván Viña, de
65 años y condenado en 2011, forma parte de un grupo de
48 reos españoles indultados el pasado martes por el rey
Mohamed VI, una medida que según el Gabinete Real marroquí fue
tomada durante la reciente visita del Rey a Marruecos. España,
a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, aseguró que la
elaboración de la lista de personas indultadas había
correspondido a Rabat.
A pesar de los intentos por parte de la
Policía y las fuerzas auxiliares de impedir la protesta, los
manifestantes mantuvieron durante más de dos horas un
verdadero pulso con las fuerzas del orden frente al Parlamento
de Rabat. Al menos una decena de personas fueron
trasladadas en ambulancias al hospital, mientras que
algunos de los manifestantes sacaban de la multitud a varios
heridos y los intentaban cobijar cerca de los árboles de la
avenida.
Varios militantes de la Asociación
marroquí de Derechos Humanos (AMDH) que consiguieron sentarse
pacíficamente frente al Parlamento fueron arrastrados por el
suelo por las fuerzas del orden.
"La Justicia es la base del poder",
rezaba uno de los cárteles de uno de los presentes,
mientras se escuchaban frases como "Viva el pueblo", uno
de los eslóganes clásicos del Movimiento 20 de Febrero,
que nació en 2011, al calor de las revueltas que se
produjeron en varios países árabes, en demanda de
"libertad, dignidad y justicia social".
"Se trata de una decisión del
Estado que es irresponsable y que
crea un problema de seguridad para la población
(...). Es un error grave que muestra los fallos de
nuestro sistema", comentaba el activista pro derechos
humanos y economista Fuad Abdelmumni.
Galván salió en libertad el martes
de la cárcel de Kenitra (40 kilómetros al norte de
Rabat) despertando la indignación de la sociedad
marroquí que se ha movilizado desde entonces a través de
las redes sociales para denunciar este
indulto. En estos cuatro días la página de Facebook
creada para convocar la protesta ya cuenta con más de
22.500 personas.
El ministerio de Justicia marroquí
indicó ayer que el indulto es potestad del rey Mohamed
VI y negó haber elaborado la lista de los 48
españoles indultados. El ministerio, sin citar
expresamente al pedófilo, subrayó que si del indulto "se
ha beneficiado una persona habituada a ciertos delitos"
y teniendo en cuenta "los sentimientos de las víctimas"
se ha decidido "deportarle del país y prohibirle
definitivamente la entrada" a Marruecos.
'Un depredador sexual'
Su excarcelación también ha sido
recibida con indignación y estupor por las asociaciones
que protegen los derechos de los menores. José Luis
Calvo, vicepresidente y portavoz de la Asociación Pro
Derechos del Niño y la Niña (Prodeni), denunció la
"inoperancia institucional" de España al permitirlo,
algo que, en conjunto, calificó de "auténtica burla de
Estados".
A su juicio, el Ejecutivo de Rajoy
ha "mirado para otro lado" al aceptar la llegada a
España de un pederasta que es "una auténtica bomba
sexual". Galván, de 65 años y condenado a 30 de prisión
en 2011, es "un pederasta convicto y confeso, con una
larga pena por cumplir", y, además, con una buena
capacidad para manejarse en España "como le dé la gana".
Galván responde, a juicio de
Calvo, al perfil de "pederasta de riesgo
gravísimo", pues se ha demostrado que es "un
depredador sexual de niños que empezará a ser operativo
muy pronto" y que se maneja muy bien entre grupos de
personas en riesgo de exclusión social, como puede ser
el de los inmigrantes.
Prodeni considera
"una auténtica burla de Estados" el indulto a un pederasta español
en Marruecos
Servimedia, 03/08/2013
Advierte de que "ha entrado
en España una bomba sexual"
José Luis Calvo, vicepresidente y portavoz
de la Asociación Pro Derechos del Niño y la Niña (Prodeni),
manifestó este sábado su "indignación" por el indulto real a un
pederasta español en Marruecos y por la "inoperancia
institucional" de España al permitirlo, algo que, en conjunto,
calificó de "auténtica burla de Estados".
Calvo hizo estas consideraciones a
Servimedia tras conocerse que Daniel Galván, condenado a 30 años
de cárcel por abusar de 11 niños en Marruecos, forma parte del
grupo de 48 reos indultados el martes pasado por el rey Mohamed
VI.
La decisión del indulto de los prisioneros
se tomó, según el Gabinete Real de Marruecos, durante la reciente
visita del rey de España, Juan Carlos I, al país africano.
A este respecto, el Ministerio de Exteriores
español ha aclarado que su Gobierno no ha propuesto ningún nombre
de la lista de los indultados. Sin embargo, esta inactividad, en
caso de ser cierta, no supone para Prodeni falta de culpa, ya que
implica "mirar para otro lado" y aceptar la llegada a España de un
pederasta que es "una auténtica bomba sexual".
Y es que, aseguró el portavoz de Prodeni,
Galván, de 65 años y condenado a 30 de prisión en 2011, es "un
pederasta convicto y confeso, con una larga pena por cumplir", y,
además, con una buena capacidad para manejarse en España "como le
dé la gana".
Galván responde, a juicio de Calvo, al
perfil de "pederasta de riesgo gravísimo", pues se ha demostrado
que es "un depredador sexual de niños que empezará a ser operativo
muy pronto" y que se maneja muy bien entre grupos de personas en
riesgo de exclusión social, como puede ser el de los inmigrantes.