EL MUNDO
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Rocío Hermoso, psicóloga de vigilancia penitenciaria: "Lo de Laura Luelmo es
culpa del autor y del sistema"
RAFAEL J. ÁLVAREZ Madrid
24 dic. 2018

SERGIO GONZÁLEZ VALERO
Rocío G. Hermoso es psicóloga de vigilancia
penitenciaria y experta en Derecho Penal. Lleva 32 años tratando agresores
sexuales y asesinos en calabozos y cárceles. Miembro del Tribunal Penal
Internacional, vicedecana del Colegio de Psicólogos y número 2 del colectivo
de Psicólogos Forenses, entiende la mano dura como ciudadana, pero tiene un
mantra como profesional: reinserción.
¿Los delincuentes sexuales son enfermos?
Algunos tienen trastornos, pero no son la mayoría.
Sus investigaciones indican que sólo reincide el
10%. Aun así, eso son centenares de agresores en potencia por la calle. ¿Qué
pesa más, el garantismo democrático o la seguridad de las potenciales
víctimas?
[Piensa mucho] El garantismo democrático, porque ese
10% se podría reducir si hubiera recursos adecuados. Pero no los tenemos. Y
no tenemos una política de reinserción adecuada con tratamiento tras la
condena. Y del 10% que reincide, no todos lo hacen en el mismo delito.
¿Debe haber libertad vigilada para un agresor
potencialmente peligroso que ha cumplido condena?
Sí, pero ligada a un tratamiento. No deben ser
medidas postpenales de control, sino terapéuticas. Un centro clínico, como
en Nueva York. Las medidas postpenales deben ser centros con un margen de
libertad. Si trabajáramos más con la voluntariedad, algunos sujetos
aceptarían esas condiciones. Y los que no, tendrían derecho a su libertad,
claro.
¿La castración química es una solución?
Bajo ningún concepto. Cuando la persona es castrada
químicamente, si el impulso sexual va en el uso de la violencia, no va a
utilizar el pene, sino otro instrumento. Esa castración no impide la
violencia sexual.
Porque su motivación es el poder más que el placer
sexual...
Es la dominancia. El gozo sexual lo obtiene a través
del dominio.
¿La violación y crimen de Laura
Luelmo es culpa de Bernardo Montoya o del sistema?
Hay varias causas. El sistema tiene culpa, porque
sigue sin poner medidas. La pena no convence a nadie para no volver a
agredir. Montoya estuvo condenado mucho tiempo, salió y piensa lo mismo. Una
de dos: u optamos por la cadena perpetua o por medidas para que esa persona
pueda no pensar lo mismo cuando salga, rehabilitar en serio. Y también, aun
poniendo todas las medidas, habrá parte de culpa única en el autor.
Se dice que con la prisión permanente revisable,
Montoya no habría matado a Luelmo porque estaría en la cárcel. Pero por su
crimen anterior no habría sido condenado a esa pena. ¿Qué remedio es la
prisión permanente revisable?
Está dirigida sin sentido a multitud de delitos. Es
subir la pena a cambio de nada. Como es peligroso, hacemos evaluaciones a
ver si una indica que ya no lo es y sale. Revisable significa que hago algo
para que cambie, no dejar que lo haga el paso del tiempo eternamente.
Tendría sentido si se centrara en la terapia.
Cuando usted oye que con la prisión permanente
revisable Laura Luelmo estaría viva, ¿qué piensa?
Que no es verdad.
¿Por qué?
Porque las medidas penales de por sí no logran los
efectos. La gente piensa que por condenar más se protege más a la sociedad
porque se mantiene dentro al delincuente para siempre. Bien, pero digámoslo
con su nombre, no lo disfracemos. Hay muchas personas que están en el saco
de la prisión permanente revisable que pueden recuperarse y con ella van a
estar en una situación muy lamentable. Lo que realmente protege no es
endurecer la pena, sino un sistema que prevenga la agresión.
¿Usted entiende la mano dura que exige parte de la
sociedad?
Como ciudadana, sí. Pero soy profesional y debo
contar lo que sé. Conocemos los casos que reinciden. Todos. Pero no los que
no reinciden. Y cada día sale gente que ha cumplido condena por delito
sexual. Hoy, la población de agresores sexuales en la calle sin reincidencia
es del 90%.
¿En qué se basa para valorar la peligrosidad de un
agresor?
En la existencia de trastorno. En la asunción de la
autoría. Y en el análisis de su conducta delictiva, su capacidad de
introspección, los sentimientos hacia las víctimas y si ha elaborado
estrategias que le eviten reincidir. Se evalúa todo. Nunca tienes la
certeza, pero puedes porcentualizar si es peligroso en nivel bajo, medio
bajo, medio, medio alto o alto. Sólo sale quien tiene un nivel bajo.
O sea, la mayoría de los delincuentes sexuales que
están libres tiene valoración de peligrosidad baja...
Eso donde hay esa evaluación, porque sólo se hace en
Madrid y en Asturias. Sólo hay psicólogos de vigilancia penitenciaria que
evalúen esto en Madrid y en Asturias. Los jueces de vigilancia deciden sólo
con informes de quienes los ven en prisión, y muchas veces esas personas ni
han efectuado tratamiento. Van a la junta con una votación sobre expediente.
Nosotros determinamos la peligrosidad con una sensibilidad del 98%. Debería
tenerlo toda España.
En 2017 se denunciaron 11.692 ataques sexuales, 32
al día. El 84% de las víctimas, mujeres, y el 96% de los agresores, hombres.
¿Qué piensa como jurista, psicóloga y mujer?
Es apabullante. Como jurista, que debemos regular el
sistema penal incluyendo la prevención. Como psicóloga, que hay un
componente de dominio, frustración y cultura machista contra la mujer como
objetivo más fácil de agredir que al hombre. Y como mujer, que ese daño
diario nos genera una sensación de vulnerabilidad bestial. Ya no es la ropa,
ni la hora; es que estás expuesta ante alguien que ha decidido que eres más
fácil de agredir o que le gustas. Tú notas cuando un hombre te produce
miedo; lo que Laura le dijo a su novio es una realidad. Hay hombres que te
colocan en alerta. Hay que hacer algo, no podemos vivir así.
¿Qué?
Tomarse las cosas en serio, no venderlas. No nos
pueden decir 'estamos con vosotras' si nadie se sienta a pensar. Los parches
no valen. Valen las soluciones meditadas con personas que conocen la
materia, no la respuesta a una alarma social. La Ley contra la Violencia de
Género planteó una asignatura sobre igualdad y no se ha hecho nada en 18
años. Nunca hacen prevención porque es caro y no se dan cuenta de que el
coste de lo penitenciario es muy grande. Prevenir es más barato.
¿Qué es lo más esperanzador y lo más duro que ha
oído en su vida?
Tras evaluar durante siete años a un abusador sexual
de sus hijas que negaba los hechos, un día se derrumbó y dijo que era un
animal que no merecía vivir. Nadie fue tan duro con él como él mismo.
Hizo crack, cambió, inició un tratamiento, tiene familia y no ha reincidido.
Fue esperanzador. Y lo más duro... Un violador me dijo: 'La próxima vez no
se queda viva, la próxima vez no me reconoce. Se lo aseguro'.
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