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PUNTO Y SEGUIDO
Nazanín Armaniam
Turquía hacia la legalización de la “violación continuada” de
niñas
13 enero 2018
Ha sido uno de las tácticas
más viejas del mundo de la política: lanzar un globo sonda, y de paso
preparar la opinión pública para que acepte poco a poco una decisión tomada
contraria a sus intereses. Es lo que ha hecho Dyanat, una especie del
“Ministerio de Religión” de Turquía al proponer bajar la edad del matrimonio
de niñas a los nueve años. Sus dos “avales” son el hecho de que en esta edad
ellas «ya pueden quedarse embarazadas», y que el mismo profeta Mahoma a los
54 años tomó como esposa a Aisha de 8-9 años. La cuestión o es “¿Cómo la
casaron con un hombre mayor?” sino “¿Cómo pudieron casar a una niña de esta
edad?”.
Los “matrimonios infantiles” tiene dos rasgos principales:
son uniones sexuales entre una niña de entre 5 y 16 años con un varón
siempre mucho mayor que ella, y que en la mayoría absoluta de los casos, los
hombres que intervienen en el acto, ponen un precio a la venta (que no al
alquiler) del cuerpo y el “alma” de la muchacha. Cuanto más joven sea ella y
más mayor el pretendiente, más dinero exigirá el familiar vendedor. El
terror que sufre la esclava sexual, además de nocturno, también será diurno:
se convertirá en la criada de lanueva familia.

Las masivas protestas de las
mujeres turcas y kurdas obligaron a Dyanat a recurrir a “Donde
dije digo, digo Diego”, reírse de
la inteligencia de los ciudadanos acusándoles de haberle interpretado mal.
Las feministas piden el cierre de este organismo.
Al igual que en muchas
iglesias cristianas, el abuso sexual a los niños y niñas es frecuente en las
madrazas, escuelas teológicas. En Turquía, varias congregaciones islámicas
son acusadas por las feministas de practicar tocamientos y violación a
cientos de menores. También en Pakistán, organizaciones como Sahil que
trabajan contra el abuso sexual de menores, hablan de miles de menores
agredidos sexualmente por el clérigo-profesor de dichas escuelas.
La propuesta de Dyanat forma
parte de las sigilosas maniobras del Partido para la Justicia y el
Desarrollo en desmantelar el estado laico turco. Antes, intentaron
despenalizar la violación recurriendo a la ley judeo-cristiana-islámica que
perdona al delincuente sexual si se casa con la víctima. Ankara también han
cerrado los ojos a la poliginia recuperada gracias a las ‘novias de guerra’
sirias.
El régimen de Erdogan ha
autorizado a los responsables islámicos (quienes consideran un pecado para
los padres si su hija alcance la pubertad en la casa paternal y no en la del
marido) oficiar matrimonios, a pesar de que esta unión en el Islam no tiene
carácter religioso. Su único objetivo es legalizar lo que prohíbe el aun
estado laico que es casar a las niñas pequeñas. Si en vez de estar
obsesionados por el sexo, los hombres de dios se hubieran dedicado a
eliminar la pobreza, el hambre ya se habría erradicado en el mundo.
En Irán, la República Islámica
bajó en 1980 la edad nupcial para las niñas de los 16 años a 8. Aunque e
parlamento, ante la fuerte presión social, aprobó una ley en 2000 que volvía
a elevarla a los 18 años, el Concejo de Vigilantes (un órgano no electo de
expertos en el Islam) la drogó por ser contraria a la Sharia, fijando esta
edad en los 13 años. ¡Para conducir coche las mujeres deben tener cumplidos
los 18 años mientras para formar la familia es suficiente haber soplado 7 o
9 velas! De hecho, el principal significado del velo que colocan sobre la
cabeza de las niñas a de los 6-7 años es que ya son adultas y pueden entrar
en el mercado de matrimonio.
En Afganistán, país convertido
en República Islámica gracias a que EEUU-Yihadistas derrocaran su gobierno
socialista, millones de niñas son violadas bajo dicha fórmula. Muchas mueren
la misma noche de boda, o en un embarazo precoz, y otras, se autoinmolan de
forma “preventiva” para no ser casadas. Un hombre de 60 años (la esperanza
de vida en este país) puede llegar a pagar 3000 dólares y unas ovejas por
una niña de 13. Afganistán es de los pocos países del mundo donde la
expectativa de vida de las mujeres es menor que la de los varones: 49 frente
al 51 años. Aesha Mohammadzai de 14 años es una de cientos de “esposas”
afganas mutiladas por sus maridos: le cortó la nariz y las orejas, en la
aplicación del eficaz método de “Pedagogía del terror”, advirtiendo a las
chicas del clan de sus tentativas de rebeldía.
En Méjico, donde la mayoría de
la ciudadanía está excluida de los beneficios de sus enormes recursos
naturales, 7 millones de mujeres empobrecidas fueron casadas cuando tenían
entre 12 y 17 años, por quienes utilizan las trampas de una ley que prohíbe
este tipo de uniones sexuales.
En Libia, antes de que la OTAN
desmantelara el estado y lo entregara a los “yihadistas”, la edad media para
casarse era de 32 años (2010). Pues, ellas estudiaban y trabajaban. Hoy,
miles de niñas son violadas y vendidas a los pedófilos que llenas sus
harenes y burdeles de menores.
En Argentina, Unicef denunció
en 2015 que unas 90 niñas de entre 11 y 12 años habían sido madre.
En EEUU, decenas de miles de
niñas judías “Hassidic”, algunas de tan sólo 11 años, han sido casadas.
Y en España, las autoridades
miran para otro lado al enterarse del casamiento de decenas de niñas de
entre 13-14 años.
Motivos de la compra-venta de niñas
En primer lugar, esta
violencia integral contra millones de niñas acorada por los hombres, se debe
a su creencia acerca del papel de la mujer en el mundo: ella existe “Para
que Adán no esté solo” (Biblia) o para
que “le sirva de quietud “al hombre (Corán).
Pero hay otros factores:
- Restar una boca de la
mesa vacía en una sociedad que tras excluir a la mujer del mercado de
trabajo, le considera un ser improductivo.
- Liberarse del agotador trabajo de vigilar la virginidad
de la niña, ya que en un mercado de sexo donde la mujer es cosificada,
ella tendrá más precio si es de primera mano.
- Regalarlas en compensación por un perjuicio o saldar
una deuda

Ellas, que en vez de jugar se
convierten en un juguete, pierden la oportunidad de ir a la escuela,
aprender, ser independiente y soñar. A causa del “desequilibrio de poder”
entre la pareja, ellas no podrán opinar sobre su relación sexual que siempre
será coercitiva, o cundo tener hijos y cuántos. Las consecuencias de esta
violencia también son de índole social y económico: excluye a millones de
ciudadanas a contribuir al progreso social.
En imprescindible concienciar
y educar a la sociedad al respecto, vigilar los grupos religioso y sus
prácticas, empoderar a las niñas, y apartar la religión del poder.
La mirada hacia la mujer es
uno de los principales barómetros de medir el grado del desarrollo de una
sociedad y sobre todo de sus hombres.
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