
https://elpais.com/sociedad/2019/06/09/actualidad/1560099889_294100.html
Una ola de denuncias de abusos que ya suma 18
víctimas sacude la Iglesia de Navarra
Los afectados, de seis colegios, forman una
asociación local, la primera de este tipo que surge en España

Peio, Mikel y
Jesús, junto a otros cuatro miembros, de espaldas, de la Asociación de
Victimas de Abusos en Centros Religiosos de Navarra. En vídeo, testimonio de
las víctimas pablo
lasaosa / atlas
La carta que dejó Javier a su hermano Guillermo cuando se
suicidó, en 2013, fue el primer movimiento que seis años después empezaría a
sacudir la sociedad de Navarra con la realidad de los abusos de menores en la
Iglesia. “Guillermo, tengo algo muy importante que contarte: es un secreto que
solo sabe mi mujer, y espero no causarte mucho dolor, hermano querido”. En la
carta le confesaba que un fraile abusó de él en el internado de los Reparadores
de Puente La Reina, donde estuvieron juntos en 1977. Una historia terrible: era
el médico del colegio y le drogaba para dormirle y abusar de él. Cuando leyó la
carta, Guillermo se quedó helado: él también había sufrido abusos del mismo
religioso. Pero logró escapar, porque llamó a su madre para que le sacara de
allí. Buscó un teléfono a escondidas en los despachos: “Mamá, si no me vienes a
buscar ya no me vas a ver nunca más”. Su madre apareció esa tarde y se lo llevó.
Su hermano se quedó. Guillermo se quedó con una frase: “Tú sabrás qué hacer con
esta carta algún día”. En febrero de este año, supo qué hacer con ella. Lo hizo
público y desencadenó una ola de denuncias de otros casos en cinco colegios de
Navarra que ya suma 13 víctimas. Pero además EL PAÍS ha confirmado cinco más
desconocidas hasta ahora, una de ellas en una sexta escuela, y en total ya suman
18. Este periódico ha reunido a siete de estas personas en Pamplona para
escuchar sus historias, algunas escalofriantes
Al menos siete han presentado denuncias en comisaría,
aunque son casos prescritos y los acusados han fallecido. Los casos
publicados estos meses en la prensa local afectan a cinco colegios: el de
los reparadores en Puente La Reina (cinco víctimas), el centro diocesano de
Nuestra Señora del Puy en Estella (tres), y en Pamplona los de maristas
(tres), salesianos (una) y jesuitas (una). Pero además los maristas han
confirmado a este periódico que les ha llegado un caso más de forma privada.
Y, según han revelado también los jesuitas, hay que sumar dos víctimas más
en Pamplona y otra en su colegio de Tudela. Por último, el arzobispado ha
informado de que en las últimas décadas tuvo conocimiento de un caso y
aunque la víctima no quiso presentar denuncia canónica, la diócesis informó
al Vaticano, pues fue después de 2001 y las nuevas normas de la Santa Sede
de aquel año le obligaban a ello.
Estas víctimas luego se han buscado, se han conocido
y al final la mayoría se han unido en una asociación, donde ya son nueve.
Muchos han optado por presentar denuncias, aunque estén abocadas al archivo,
para que quede constancia y reforzar su credibilidad. Algunos de ellos se
plantean reclamar indemnizaciones por la vía civil, un paso que nadie ha
dado en España de momento. Su objetivo es apoyarse mutuamente, luchar juntos
por la verdad y animar a otras víctimas a salir a la luz, porque todos
aseguran que hay muchas más, pero no se atreven a hablar. Han abierto un
correo electrónico:denunciaabusosiglesia@gmail.com.
Hace dos semanas, entregaron una carta en el arzobispado para exigir
información sobre las medidas que está tomando la diócesis para investigar
los abusos, pero no han obtenido respuesta.

Testimonio en vídeo de Guillermo, víctima de abusos
al igual que su hermano.
Es un paso inédito en España de movilización de
víctimas de distintas épocas y centros en una ciudad o provincia, a nivel
local, similar
al de Lyon, en Francia, que acabó con un cardenal condenado en los
tribunales y que relata la película Gracias a Dios. Hasta ahora
solo en el
caso de los salesianos de Deusto, en Bilbao, destapado por EL PAÍS, o
Astorga, se han producido acciones conjuntas, pero no como asociación. La
única que ha salido a la luz hasta ahora es nacional, Infancia
Robada, impulsada por Miguel Hurtado, víctima en Montserrat, junto a
otras de distintos lugares. Como en otras provincias donde están surgiendo
casos desde hace meses, lo que marca la diferencia es si hay o no una prensa
local dispuesta a publicarlos o investigarlos. En Navarra ha sido decisivo
el trabajo de dos medios, la cadena SER y el Diario de Noticias.
Hace poco que se conocen, pero parecen un grupo de
viejos amigos. Es muy variado, hay de todo. De los 49 a los 70 años de edad.
Un ingeniero, dos cocineros, un agente de seguridad, dos profesores, un
costurero. Creyentes y ateos. Distintas ideas políticas. Les une haber
sufrido la misma desgracia, y que todas sus familias se han enterado ahora.
Cuando Guillermo rompió el silencio, el 25 de febrero, sacó a la luz tres
casos más en Puente La Reina, pero una década más tarde y con otro
religioso, el médico que sustituyó a su abusador: hacía lo mismo. “Si caías
enfermo, ya sabías que no podías escapar de sus garras, lo sabíamos todos”,
cuenta Mikel. Él, con 11 años, se armó de valor para denunciarlo al director
del centro en el curso 1982-1983. Al año siguiente el fraile desapareció. La
técnica de drogar a los menores también ha surgido en el
caso denunciado en los salesianos hace dos semanas por Iñaki. Ocurrió en
1967 y la víctima tenía 17 años: “El Topi me daba clases
particulares los sábados, para ayudarme. Y lo que pasaba es que me dormía,
no sé cómo lo hacía, me quedaba inconsciente y luego me decía que me había
desmayado, que me extrañaba. Hasta que un día me desperté y estaba con los
pantalones bajados y me estaba tocando los genitales”. Iñaki huyó y acabó
dejando los estudios.
Ocultar pruebas
Es curioso lo que impulsó a Guillermo a dar el paso
de sacar su caso a la luz: fue la cumbre contra la pederastia convocada en
el Vaticano el pasado mes de febrero. “Me parecía un paripé, pensé que tenía
que hacer algo, protestar”. Lo segundo fue la actitud del arzobispado.
Porque su primer impulso fue hablar con la Iglesia. Pero llamó al
arzobispado de Pamplona, contó su caso y pasó más de un mes sin que le
llamaran. Solo después de insistir logró que le recibiera el arzobispo,
Francisco Pérez. Salió muy decepcionado: “Fue frío, distante, en un lugar
oscuro, tenebroso, yo estaba muy nervioso, rompí a llorar. Lo más increíble
es que me dijo que la carta de mi hermano tenía mucho dolor y que en el
obispado había una caja donde podía meterla para que nadie la viera nunca
más. Me quedé alucinado. Solo querían ocultar pruebas”. Después de eso
concluyó que la única vía para hacer justicia era acudir a la prensa. Cuenta
que le dio miedo, se sintió muy solo, pero cuando surgieron otras víctimas
enseguida se arroparon unos a otros.
Habla Andoni, víctima en los maristas: “A mí estos
tíos me han salvado. Yo llevaba 50 años con esto, no se lo había contado a
nadie, ni a mi mujer. Abusaron de mí tres, tres curas”, cuenta, y se
derrumba mientras habla. Varios en la mesa lloran con él, todos gente de 60
y pico años, por cosas que pasaron hace 40 o más. Andoni vivía al lado del
colegio y le llamaban a casa hasta en vacaciones para que fuera con
cualquier excusa, a ayudarles en algo. “No quería, pero mi madre me mandaba,
y yo ya sabía a lo que iba”. Estanislao cuenta su experiencia en el mismo
colegio en el curso 1957-1958, con un cuarto religioso llamado Julián: “Iba
por los sitios metiéndonos mano, solo deseabas que no te tocara a ti ese
día”.
En Estella, según consta en las denuncias, el
director del centro, José San Julián Luna, abusaba de los niños en clase, a
la vista de todos. “Éramos 45 y pasaba por las filas metiéndonos mano, por
delante y por detrás, hasta meterte en dedo en el ano. Pasé así cuatro años.
Hasta que me negué. Entonces empezó con las palizas”, cuenta Jesús. A Peio
le obligó a desnudarse en su despacho y le estuvo contemplando 15 minutos,
sentado en su mesa.
La respuesta de las distintas instituciones
religiosas, del arzobispado a las órdenes implicadas, ha sido
“decepcionante” para estas víctimas: "La primera reacción siempre es de
desconfianza, dicen que son hechos difícilmente comprobables, te preguntan
qué es lo que quieres. Luego, cuando surgen más víctimas, se ponen más
suaves, pero casi siempre hay una prepotencia de fondo", explica Andoni. Los
maristas y los reparadores al menos se han puesto en contacto con las
víctimas, les han buscado. En cambio, no han recibido ninguna llamada del
arzobispado, después de tres meses en los que ha ido surgiendo casi una
víctima a la semana. Guillermo ha tenido dos reuniones, la segunda
acompañada de Jesús, pero por iniciativa propia. “Nosotros no tenemos
constancia de ningún caso, sin una denuncia canónica no podemos investigar”,
argumenta un portavoz de la diócesis. Por otro lado, la mayoría de los casos
han surgido en órdenes religiosas, que los investigan por su cuenta. Asegura
que las víctimas tienen las puertas abiertas, pero la diócesis no tiene por
qué ir a buscarlas: “Salir en prensa no da la condición de víctima”. Tampoco
las denuncias en comisaría cuentan. En todo caso, afirman que "siempre que
hay una información verosímil el arzobispado se interesa por si fuera
procedente abrir procedimiento canónico".
“Los maristas pedimos perdón a las víctimas y a la
sociedad. Esto también es muy duro para nosotros”, explica el director del
colegio, Alberto Burguete. Han abierto una investigación que esperan
concluir en junio y comunicarán el resultado a las víctimas. El superior de
los reparadores en España, José Luis Munilla, también pide perdón a las
víctimas y se pone a su disposición. “Naturalmente estamos muy tristes,
nunca habíamos tenido noticia de nada, de ningún abuso, me alegro de que se
haya hecho público porque si no, nunca nos habríamos enterado”, explica. Han
realizado una investigación pero en sus archivos no consta nada. Tampoco que
ningún alumno lo denunciara y que los traslados de los acusados se debieran
a eso. Munilla estudió en Puente La Reina tres años antes que Guillermo y
conoció al religioso acusado, y asegura que nunca se lo habría imaginado.
Si conoce algún caso de abusos sexuales que no haya
visto la luz, escríbanos con su denuncia aabusos@elpais.es.
Doce religiosos acusados
El total de sacerdotes y religiosos acusados en los
casos hechos públicos recientemente en la prensa navarra, junto a los
descubiertos ahora por EL PAÍS, ascienden a 12.
Los dos religiosos denunciados en Puente La Reina son
Juan Manuel Senosiáin y Basilio García, ambos fallecidos. La orden de los
reparadores, a quienes no consta ninguna denuncia más contra ellos, ha
facilitado los siguientes datos sobre su trayectoria. Senosiáin fue
destinado en primer lugar a Salamanca en 1962, luego fue a Puente La Reina
en 1969, a Valencia en 1978 y regresó a Puente La Reina en 1981, donde murió
dos años después. García empezó su vida religiosa en Salamanca en 1960 y
siguió en Madrid en 1962, Valencia en 1978 y Puente La Reina en 1981, donde
fue denunciado por varios alumnos. Al año siguiente fue trasladado a Málaga,
donde falleció en 2000.
En maristas de Pamplona, tres de los cinco acusados
responden a los nombres de Braulio, Pedro el Tapón y Julián. Los
otros dos religiosos no han sido identificados. La orden asegura que no
tenía denuncias contra ellos, aunque una de las víctimas y un testigo han
declarado que acusaron a Braulio ante el director del colegio en 1967.
Alberto Burguete, actual director, ha optado por no detallar la trayectoria
de estos docentes pero asegura que cuando termine la investigación, este
mismo mes, dará todas las explicaciones a las víctimas en primer lugar. Solo
aclara que el religioso llamado Braulio “se desvinculó” de la orden en 1968,
justo después de la denuncia, aunque no aclara si fue expulsado o la
abandonó por deseo propio. Afirman ignorar que fue de él. El hermano llamado
Julián ha fallecido. Respecto a Pedro, este responsable explica que no han
logrado identificarlo porque había varios con ese nombre.
Los jesuitas explican que conocieron las acusaciones
contra el religioso Ignacio Ruiz de Gauna Barrueta en 2015, por el
testimonio de una víctima en un programa de televisión. Ya entonces abrieron
una investigación y ahora revelan a EL PAÍS que han encontrado cinco
víctimas más en distintos centros por los que pasó: otra en Pamplona, otra
en el colegio de San Francisco Javier, en Tudela, y tres más en el de
Indautxu, en Bilbao. La orden confirma que Ruiz de Gauna es el acusado de
abusos en la capital vizcaína en los ochenta que ya reconoció el pasado mes
de marzo y fue publicado en la prensa. En aquel momento no reveló su
identidad por deseo de algunos de los afectados. La trayectoria de este
religioso comienza en Tudela, colegio de San Francisco Javier (1972-1975);
Pamplona, colegio de San Ignacio (1975-1983); Bilbao, en el centro de
Indautxu (1983-1987), Tudela (1987-1991), Bilbao, parroquia de Nuestra
Señora de Belén (1991-2003); capellán de religiosas en Durango (2003-2004);
la misma parroquia de Bilbao (2004-2006) e iglesia de Durango desde 2006
hasta su muerte, en 2013. Los jesuitas aseguran que no les consta ninguna
denuncia contra él antes de la primera de 2015. Por último, han confirmado a
este periódico otra denuncia "por conducta impropia" contra un segundo
religioso en el colegio de Pamplona, aunque no han determinado la fecha.
Tras una investigación, fue apartado de todo contacto con menores.
Los salesianos explican que el religioso acusado,
apodado el Topi, permaneció siempre en Pamplona y que hasta ahora no
constaba ninguna acusación contra él.
Por último, el arzobispado de Pamplona no investiga
ninguno de los casos publicados porque, según argumenta, no ha recibido
denuncias eclesiásticas. Sobre el caso del colegio diocesano de Estella,
donde ha sido denunciado el primer director, José San Julián Luna, hizo
pública una nota de prensa hace dos meses en la que explicaba que el acusado
"falleció hace 25 años, por lo que ha resultado imposible conocer el
contexto ni el alcance de los hechos denunciados, ni comprobar su
veracidad". Respecto al único caso que admite haber conocido en las últimas
décadas, solo ha precisado que fue después de 2001.
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