Víctimas de pederastia denuncian "una legislatura perdida" que
deja "depredadores que se van de rositas"
La asociación Infancia Perdida reclama frente
al Congreso que la prescripción de la pederastia comience a
contarse cuando las víctimas cumplan 50 años
Miguel Ángel Hurtado, víctima del caso
Montserrat: "A los políticos españoles les falta valentía.
Mandan el mensaje de que la Iglesia está por encima de la ley"
"Entregamos 300.000 firmas en 2016 y todos
los partidos se comprometieron a estudiar el tema. La
legislatura acaba y no han hecho nada", lamenta
La asociación Infancia Perdida, en su comparecencia ante los
medios en la puerta del Congreso de los Diputados. Fernando
Sánchez
Víctimas de
pederastia se han reunido este jueves frente al Congreso de
los Diputados para reclamar al Ejecutivo que amplíe los plazos
de prescripción de estos delitos de manera urgente.
En concreto,
quieren que el plazo comience a contar a partir de los 50 años
de la víctima, y no a partir de los 30, como pretende el
Gobierno con el anteproyecto de Ley de Protección Integral de
la Infancia y la Adolescencia. Así, los afectados tendrían
hasta los 55 años para denunciar los casos leves y hasta los
65 para los más graves. Actualmente, el plazo comienza a
contar con la mayoría de edad de la víctima, lo que en muchas
ocasiones dificulta la denuncia o hace que cuando los casos
salen a la luz ya sea tarde.
Durante el acto,
convocado por Infancia Robada, el portavoz de la asociación,
Miguel Ángel Hurtado, una de las víctimas
del ‘caso Monstserrat’, ha denunciado que "en 2016
entregamos 300.000 firmas en el Congreso. Todos los partidos
políticos se comprometieron a estudiar el tema durante la
próxima legislatura. Ha acabado y no han hecho nada". Esto ha
supuesto, a su juicio, "una legislatura perdida en protección
a la infancia" mientras "día a día siguen saliendo nuevos
casos de pederastia gravísimos, depredadores sexuales que se
van de rositas, abusando de decenas de menores durante décadas
y no les pasa nada".
Hurtado ha exigido
que los partidos políticos incluyan en su programa electoral
su postura respecto al plazo de prescripción. "Nos gustaría la
imprescriptibilidad, pero estamos dispuestos a ceder porque
nos han dicho que hay dudas sobre la constitucionalidad. Sin
embargo, queremos una reforma ambiciosa, apostamos por los 50
años", ha explicado antes de calificar como "parche" la
reforma del gobierno. Con esa reforma, ha dicho, "si sucede un
nuevo caso como el de Montserrat, las diez víctimas nos
quedaríamos fuera. Yo tengo 36 años y mi delito prescribiría,
según esa reforma, a los 35".
"Una medida de salud pública"
"Esto no es
sentarse en una mesa y contar todo de golpe", ha explicado el
presidente de la asociación Infancia Robada y padre de la
víctima del ‘caso Gaztelueta’, Juan Cuatrecasas. "Necesitan
asistencia de un terapeuta, de un psiquiatra que siga el
camino de la víctima, sin forzarla a contar, cuando ella
quiera y pueda. Se tarda mucho tiempo", ha explicado.
"Cincuenta años creemos que es un plazo equitativo y justo y
que englobaría a la mayoría. No estamos valorando que a un
cura se le termine juzgando cuando tiene 80 o 90 años que,
obviamente, a esa edad no entraría ni en prisión, pero la
víctima si necesita un reconocimiento", ha justificado para
solicitar el aumento del plazo de prescripción.
Un aumento que es
también "una medida de salud pública", según ha explicado
Hurtado: "Si no hay sentencia judicial, los depredadores
sexuales no entran en el registro de delincuentes sexuales.
Cuando quieren trabajar con niños, pueden presentar un
certificado de antecedentes penales sin mayores problemas".
Además, "si se
amplia la ley, se incentiva a las instituciones, como la
Iglesia, a denunciar inmediatamente los casos a la fiscalía,
porque no es lo mismo pagar una indemnización por tres casos,
que por 30. Hasta el momento, las instituciones no han
colaborado con la justicia, no han denunciado, porque como el
delito ha prescrito, no tienen que indemnizar a las víctimas",
ha defendido Hurtado. En esa línea, ha lamentado que, a su
juicio, "se le está dando un trato de favor" a la Iglesia, con
"una ministra de Justicia que le pide permiso para saber
cuántos casos hay". "A los políticos españoles les falta
valentía. Están mandando el mensaje de que la Iglesia está por
encima de la ley", ha afirmado.
"Falta voluntad política"
Preguntado sobre si
la Iglesia se ha reunido con víctimas, Hurtado ha indicado que
"ellos dicen que sí" pero "con nosotros no se han puesto en
contacto". "Sin nos recibieran, estaríamos encantados. El
mensaje que les daríamos es que ya hay unas recomendaciones
muy claras de la comisión de la infancia de Naciones Unidas",
ha explicado.
Estas son:
"denunciar todos los casos a la fiscalía; entregar todos los
archivos de la perversión a las autoridades civiles; cesar
obispos encubridores, ¿cómo puede ser que el abad de
Montserrat siga siendo obispo después de todo lo que ha salido
a la luz?; asumir la responsabilidad civil subsidiaria; darle
una indemnización económica a las víctimas para que puedan
acceder a terapia y rehacer su vida". "La hoja de ruta está
bien clara", ha explicado Hurtado, pero "falta voluntad
política, tanto del Gobierno como de la Iglesia. Mientras
tanto, las víctimas siguen sin poder acceder a la justicia y
los niños españoles siguen en peligro".
Frente al Congreso
estaba también Peter Saunders, ex miembro de la comisión
antipederastia vaticana, creada por el Papa Francisco en 2014.
"Pensé que las cosas iban a cambiar en la Iglesia, pero en
cinco años nada ha cambiado realmente", ha lamentado justo
antes de recordar que en Reino Unido este tipo de crímenes no
prescriben. Ocurre lo mismo en otros países, como Canadá,
Irlanda, Sudáfrica, Australia, Nueza Zelanda, Argentina,
Chile, El Salvador, Ecuador, México, Holanda o Suiza. "Lo que
proponemos va en línea con las tendencias globales", ha
defendido Hurtado, para quien "España tiene que ir a la
cabeza, por el bien de nuestros niños".
Precisamente, en la
misma línea, y en contra de lo que finalmente se ha plasmado
en el anteproyecto de ley de protección a la infancia aprobado
por el consejo de ministros, se manifestó la vicepresidenta
del Gobierno, Carmen Calvo, durante su visita al Vaticano en
octubre. De hecho, en el comunicado posterior a la reunión con
el secretario de estado del Vaticano, Pietro Parolin, el
Ejecutivo anunciaba que realizaría "modificaciones en el
Código Penal para conseguir que estos delitos sean
imprescriptibles".