Robert Finn, el obispo de Kansas City,
fue declarado culpable el pasado jueves de encubrir los actos de pedofilia
de uno de los curas de su diócesis, el padre Shawn Ratigan, en cuyo
ordenador se encontraron fotografías de menores desnudas. Finn se convierte
en el primer prelado de la Iglesia católica en ser condenado por su relación
con un caso relacionado con abusos de menores en Estados Unidos.
Finn, de 59, que se enfrentaba a una
pena máxima de un año de cárcel y una multa de 1.000 dólares dólares,
finalmente fue sentenciado a dos años de libertad condicional. “Estos
agradecido de que la acusación y los tribunales hayan permitido que este
asunto llegue a su fin. La protección de los menores es lo prioritario”,
dijo el obispo minutos antes de conocer el veredicto. Además deberá crear
un fondo de 10.000 dólares destinado a ayudar económicamente a los menores
víctimas de abusos sexuales y a iniciar un programa para asesorar a los
miembros de su comunidad a detectar signos de abusos a menores. Nadie en la
diócesis ha confirmado si Finn ha recibido presiones por parte del Vaticano
para que abandone su cargo tras su condena, asegura The New York Times.
En diciembre de 2010, Ratigan, que
impartía clases en una escuela católica de primaria de Kansas, llevó su
ordenador a reparar. Cuando el técnico descubrió que el disco duro estaba
repleto de fotos de genitales de menores y de niñas desnudas, informó
inmediatamente a los oficiales de la diócesis. El obispo, a quien, según
la fiscalía, Ratigan había confesado sus problemas con la pornografía
infantil y que en mayo de ese año había recibido una carta del director
del colegio alertando de que en una ocasión aquél había llevado sobre su
regazo a una de las alumnas en un viaje en autobús y que solía animar a
los niños a que rebuscaran caramelos directamente de sus bolsillos, decidió
únicamente trasladar al sacerdote a un convento y ordenarle verbalmente que
se mantuviera alejado de los menores.
Ratigan, sin embrago, continuó
durante cinco meses más tomando fotografías de menores desnudas, hasta que
los oficiales de la diócesis alertaron a las autoridades sin contar con la
autorización de Finn. El eclesiástico se confesó culpable este mes de
agosto y está a la espera de conocer su sentencia. El obispo, por su parte,
únicamente ha sido encontrado culpable por haber encubierto la conducta
delictiva del sacerdote en esos cinco meses. Finn es la primera dignidad de
la Iglesia en ser condenada en EE UU por uno de los muchos casos de abusos a
menores que atenazan a la comunidad católica en ese país desde 1980, si
bien a lo largo de este tiempo varios obispos han llegado a acuerdos con las
justicia para evitar ser procesados.
La resolución contra Finn llega dos
meses después de que un jurado popular sentenciara por los mismos cargos a
una pena de cárcel de entre tres y seis años a exsecretario de la archidiócesis
de Filadelfia, William Lynn, quien se convirtió en el primer alto cargo de
la Iglesia católica en ser condenado en EE UU. El proceso contra Lynn fue
largo y público y sacó a la luz detalles duros y escabrosos sobre los
menores implicados en ese caso. Estaba previsto que el juicio contra Finn
también se resolviera ante un jurado popular a finales de septiembre, pero
este martes, para evitar la publicidad que provocó el juicio contra Lynn,
se decidió que fuera un juez quien viera el caso, adelantando el proceso a
este miércoles. El magistrado tardó solo dos horas en tener listo su
veredicto. La diócesis que todavía dirige Finn tiene pendientes otras 27
demandas por casos de abusos a menores, cuatro de ellas relacionadas con el
padre Ratigan.
EE
UU juzga a un obispo por proteger a un cura pederasta