Se han
encontrado sedantes en la mujer, por lo que todo apunta a
que fue drogada antes de ser estrangulada
Los resultados premiliminares de las
autopsias practicadas a los cuatro miembros de la
familia hallada muerta el lunes en La Orotava sitúan
los fallecimientos en el sábado 14 de julio y apuntan a
que la madre, de 40 años, y las hijas, de tres y cinco,
murieron por asfixia. La mujer tiene marcas en el cuello
“compatibles con estrangulación a lazo”. Las niñas, “por
sofocación”. Los investigadores no descartan que fuesen
sedadas antes por el padre, un militar de 45 años, que
murió ahorcado y con las manos atadas. Aún faltan los
informes toxicológicos.
Minuto de silencio esta mañana en el Cabildo de Tenerife. Foto:
Europa Press. Vídeo: ATLAS
Santa Cruz de Tenerife 19
JUL 2018
La macabra escena del crimen hallada el
lunes por los agentes de la Guardia Civil en un piso de La
Orotava (Santa Cruz de Tenerife) —una mujer y dos niñas
pequeñas muertas, vestidas y tendidas en la cama de
matrimonio con el cadáver de su perro a los pies; y el
padre ahorcado en la habitación contigua— está llena de
incógnitas.
Las informaciones que han trascendido
hasta el momento y el resultado preliminar de las autopsias
apuntan a que el hombre habría sido el autor de las muertes
de su mujer e hijas y que, posteriormente, se habría
ahorcado con las manos atadas. “Esa es aparentemente la
secuencia de las muertes, pero para confirmarla habrá que
esperar a los resultados de los análisis toxicológicos, que
pueden demorarse hasta un mes y medio”, señalan fuentes
próximas a la investigación.
Los forenses del Instituto de Medicina
Legal de Santa Cruz de Tenerife han determinado que la
mujer, Teresa M. L., canaria de 40 años, murió estrangulada,
ya que tenía un hematoma en el cuello. También señalaron que
aparecieron restos de espuma en su boca y en la de una de
las dos niñas, lo que apuntaría a un posible uso de algún
producto tóxico. Los resultados de esta autopsia preliminar
señalan que solo se han encontrado sedantes en la madre, que
sí habría podido estar drogada antes de morir.
El artilugio que presuntamente colocó el
padre para ahorcarse colgándose del techo es otro de los
aspectos que desconcierta a los investigadores. “Evidencia
bastante premeditación: tuvo que hacer agujeros con un
taladro en el techo”, indican. Y aseguran que en la mesa de
esa estancia se encontró el bolígrafo con el que habría
marcado los agujeros.
Mientras los informes toxicológicos
contribuyen a aclaran lo sucedido, una nota escrita por el
padre, militar condecorado con un distintivo rojo
(pensionado) por sus acciones de combate en Afganistán y que
trabajaba de técnico de mantenimiento en la base de
helicópteos de Los Rodeos en la isla, es la única pista que
tienen los agentes para desentrañar qué ocurrió y por qué.
Los investigadores se resisten a calificar
los hechos como “crimen machista”. Sin embargo, así lo ha
calificado el Gobierno canario. Fuentes próximas a la
investigación no descartan “que hubiese un pacto entre el
matrimonio”.
Los investigadores de la Policía Judicial
de la Guardia Civil ya están tomando declaración a los
familiares de ella y a los de él, que llegaron ayer a
Tenerife desde Zamora, su lugar de origen. Además, analizan
los dispositivos móviles de los fallecidos para encontrar
alguna pista. Y están realizando también un estudio
patrimonial de la familia para averiguar si las deudas y los
problemas económicos pudiesen estar detrás de lo ocurrido.
Ha trascendido poco sobre el contenido de
esa nota manuscrita hallada junto a los cuerpos. Pero se
sabe que da instrucciones precisas sobre qué hacer con los
cuerpos: “Dice lo que ella quería hacer con el suyo después
de muerta y lo que ambos habían acordado que harían con los
de las niñas”, cuentan fuentes cercanas a la investigación.
Y también evidencia desavenencias con los familiares de ella
y les reprocha “la falta de ayuda” que les habían prestado,
según las mismas fuentes. Es precisamente el contenido de
esa nota, el que hace dudar a los agentes de que sea un
crimen machista.
Sin denuncias
Según fuentes judiciales, no consta
ninguna denuncia por malos tratos, aunque son multitud los
casos de violencia de género en los que no consta denuncia
previa.
Las discrepancias sobre cómo calificar
este caso se han hecho evidentes entre el Gobierno de
Canarias y la Delegación de Gobierno. Por su parte, el
Gobierno de Canarias emitía a última hora del martes un
comunicado en el que adelantaba que la mujer fue asesinada
presuntamente por su pareja. En paralelo, fuentes oficiales
de la Delegación del Gobierno precisaban que en ningún
momento habían confirmado ningún detalle del caso a los
medios de comunicación a través de comunicado o nota de
prensa. Y ayer insistían en que el caso sigue en fase de
investigación. “Es necesario avanzar en las pruebas que
determinen las causas de los fallecimientos, esperar a
resultados finales de informes técnicos, así como en los
resultados facilitados por los agentes implicados en la
investigación”, justificaban. Y, a la vez, el Gobierno de
Canarias mostraba de nuevo su “más enérgica” condena y su
“dolor”. Y el consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad,
José Miguel Barragán, trasladaba sus condolencias a la
familia y reafirmaba su compromiso con las víctimas de la
violencia machista: “Tolerancia cero hacia los agresores
para poner fin a la violencia de género”.
“Ella era una mujer
social, a él pocos le conocían”
Muchos se sorprendieron ayer al ver la
fotografía de Israel Rodríguez Miranda, corpulento y
vestido de militar, en algunos diarios locales. Muchos
en el municipio de La Orotava, 42.000 almas a las faldas
del Teide, y donde residía desde hace casi 10 años con
su mujer y sus dos hijas pequeñas y un perrito, no le
habían visto nunca. “A ella sí, ella era social, traía a
las niñas a un colegio céntrico, próximo al casco viejo,
y a judo. La hija mayor estuvo en la entrega de medallas
hace unos días”, comentan conocidos de la familia.
Teresa, como se llamaba la madre, no trabajaba, pero
ayudaba a su padre —conocido como El Bicho— en el
negocio de la familia, “un barecillo convertido en punto
de encuentro del vecindario desde hace cerca de 40
años”, comenta un vecino. “A él pocos le conocían”.
La familia, tenía previsto incinerar los
cuerpos de la mujer y las niñas. Pero los análisis
toxicológicos retrasarán todo y la juez, suplente en el
juzgado número 1 de La Orotava ya ha mostrado
resistencias a que los cuerpos sean incinerados.