18 de junio de 2014
http://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/salud/investigacion/201406/17/maltrato-infantil-afecta-materia-20140617153810-rc.html
El maltrato
infantil afecta la materia gris del cerebro
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NEUROLOGÍA
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Mediante técnicas de neuroimagen se descubre
que un déficit significativo en varias regiones cerebrales después del abuso
REDACCIÓN
/ SINC
BARCELONA@saludrevista
Los individuos
expuestos a maltrato infantil presentan un volumen significativamente menor de
sustancia gris en varias zonas del cerebro, según expertos del King’s College
de Londres y la Fundación para la Investigación y la Docencia (FIDMAG) de las
Hermanas Hospitalarias. El estudio, publicado en el American Journal of
Psychiatry, se basó en estudios de neuroimagen estructural.
“El maltrato
durante la infancia actúa como un estresor grave y produce una cascada de
cambios fisiológicos y neurobiológicos que podrían provocar alteraciones
permanentes de la estructura cerebral”, explica Joaquim Radua, uno de los
autores de la investigación, en declaraciones a la agencia a Sinc. Con una
muestra de 331 individuos (56 niños o adolescentes y 275 adultos) con historia
de maltrato infantil y 362 sujetos no maltratados (56 niños o adolescentes y
306 adultos), se examinaron las regiones cerebrales con menor o con mayor
volumen de sustancia gris en los individuos maltratados.
Mediante el método
metaanalítico de neuroimagen tridimensional llamado ‘signed differential
mapping’ (SDM), desarrollado expresamente por el investigador Radua, se
concluyó que, comparados con los otros, los individuos expuestos a maltrato
infantil tenían un volumen significativamente menor de sustancia gris en
varias zonas del cerebro. Estas zonas eran: el giro orbitofrontal y temporal
superior derecho que se extendía a la amígdala, la ínsula y los giros
parahipocampal y temporal medio, así como en los giros frontal inferior y
poscentral izquierdos.
“Estos datos muestran las graves consecuencias de las
adversidades ambientales infantiles en el desarrollo cerebral”, mantiene
Radua. “Los déficits en las regiones orbitofrontal-temporal-límbica derecha y
frontal inferior izquierda también se observaron cuando solo se incluyeron
participantes no medicados, indicando que estas anomalías no estaban
relacionadas con la medicación sino con el maltrato”.
Las anomalías de
sustancia gris más consistentes estaban en las regiones prefrontal
ventrolateral y límbica-temporal, que tienen un desarrollo relativamente
tardío. Es decir, se desarrollan después del maltrato, y su disfunción podría
explicar el déficit afectivo y cognitivo que pueden sufrir las personas con
historia de maltrato infantil. “Estos datos muestran las graves consecuencias
de las adversidades ambientales infantiles en el desarrollo cerebral”, añade
Radua. “Esperamos que los resultados de este estudio ayuden a minimizar el
riesgo ambiental en la infancia y a desarrollar tratamientos para normalizar
estas alteraciones morfológicas”.