Patricia Fernández es una joven de 19 años víctima de
maltrato por parte de su “progenitor biológico”, ya que se niega a llamarle
padre. Su libro 'Ya no tengo miedo' está hecho "por y para los niños" que
sufren a diario el maltrato.
candela salvador
"Yo de pequeña vivía con una sensación de miedo constante, siempre le decía a mi
madre que tuviese cuidado que iba a entrar un ladrón en casa a robarnos, cuando
realmente el
ladrón vivía en casa", de esta forma explica Patricia Fernández como vivió
una infancia marcada por el maltrato.
Esta joven de 18 años conoce lo que es vivir con una situación de
violencia machista en casa. Desde que tenía la temprana edad de 6 años
tuvo que ver como su progenitor imponía el miedo y el terror en su casa.
Patricia habla de progenitor y nunca
de padre porque considera
que "el que maltrata a su hijo jamás es un padre, es un maltratador".
"Vivir con
una persona así es horrible, se pasa mucho miedo. El problema es que
cuando eres pequeño no conoces otra realidad y tiendes a normalizar lo que
estás viviendo", relata esta joven.
Patricia y
su hermano tuvieron que convivir desde que nacieron y hasta los 8 y 6
años, respectivamente, con una sensación
de peligro constante. Cuando su madre, Sonia, decidió separarse empezó
el verdadero calvario. Una sentencia le otorgó una custodia compartida con
el padre de sus hijos y los pequeños estaban obligados a visitar a su
progenitor.
"Las
visitas en el punto de encuentro son un punto mediador de unos niños con
un maltratador, es
indignante que se obligue a unos niños a ver a un hombre que está
condenado por maltrato. En
ocasiones cuando mi abuelo venía a recogernos nos encontraba escondidos
debajo de las mesas del miedo que teníamos", relata Patricia.
Pasados
unos meses a Sonia le aplican el SAP (síndrome de alienación parental) y
le retiran la custodia de sus pequeños. "Separarme de mi madre fue matarme
en vida, nos prohibieron el contacto directo con mi madre y toda mi
familia materna, nos habían dejado en manos de una persona que ponía el
coche a 200 km/h y amenazaba con estrellarlo", explica esta joven.
Tras tres
meses de lucha Patricia y su hermano volvieron con su madre, en ese
momento supieron que no querían volver a ver a su progenitor. En cambio,
no se sintieron escuchados. "No se da oído a los niños,
están completamente silenciados, a
mi nunca se me oyó, si se nos escuchase no se otorgarían custodias
compartidas. Un niño por pequeño que sea se da cuenta de que vive en un
entorno violento y eso no es beneficioso para el crecimiento de ninguna
criatura", denuncia Patricia.
Patricia
tiene la sensación de que mientras fue niña nadie la escuchó y por eso se
lanzó a escribir sus vivencias: "Los niños reciben muy poco apoyo, no hay
medios ni un sitio donde recibir ayuda. Si en 10 años a mi nadie me
escuchó me di cuenta que no sería la única y decidí escribir mis vivencias
para visibilizar la situación que viven los niños víctimas de maltrato".
Portada del libro 'Ya no tengo miedo'
En 2015 publicó su primer
libro, Ya
no tengo miedo, "un tributo al coraje" porque ella ya no tiene miedo.
"Quiero visibilizar
la situación de maltrato que sufren los niños, no solo físico o psicológico,
sino institucional, este problema está silenciado y es necesario dar voz a los
niños", explica Patricia.
Esta
estudiante de periodismo explica que ella pudo hablar el día que escribió
su historia, un relato con el que quiere mandar un mensaje de apoyo a las
víctimas.
"Se que
un niño que está pasando por una situación así no lo cuenta por vergüenza,
pero también sé que si ve que otra persona lo está haciendo es más fácil
que se abra y explique lo que está sintiendo. De esa forma se le escuchará
y se le podrá proteger".
Con Ya
no tengo miedo trata de
mandar un mensaje de esperanza: "A pesar de que hay secuelas que no se
curan nunca, no hay que condenar a un niño a que no va a ser feliz.
Trabajando en uno mismo se puede superar esta situación. Mi
libro es por y para los niños".