Un
cambio de actitud radical, disminución de su desempeño
académico con falta de concentración, conductas agresivas
con sus amigos y compañeros de curso, momentos depresivos y
actitudes sexuales inadecuadas para la edad, son cinco de
las señales de un menor cuando sufre violencia ejercida por
adultos o por sus progenitores.
“Hemos
podido apreciar que después de haber pasado el momento
traumático, el menor cambia de comportamiento: si era
callado, va a estar con hiperactividad o lo contrario;
además hay un cambio rotundo en cuanto a sus estudios”,
señaló a La Razón el teniente Ramiro Mollinedo, jefe de la
División Menores de la Fuerza Especial de Lucha Contra el
Crimen (FELCC).
“El
niño también es capaz de maltratar a otro compañero o a
algún conocido porque se vuelve agresivo por el daño
sufrido; la violencia marca”, opinó el psicoterapeuta Carlos
Velásquez.
El 28
de junio, un pequeño de tres años fue brutalmente golpeado
por su padrastro Daniel M. V., de 37 años, en su domicilio
de Puente Chuquiaguillo. El infante fue hospitalizado y
quedó en coma. De acuerdo con su examen forense, el menor
tenía traumatismo encéfalo craneano, múltiples golpes en
todo el cuerpo, la mitad del cuerpo paralizado y 55 días de
impedimento.
Denuncias. En otro caso, en los últimos meses un padre
agredió a su hijo por no asistir a sus clases y jugar por
internet. El juez que conoció la causa le dio medidas
sustitutivas, informó el coronel Franklin Llanos, director
de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV)
de La Paz. “Esta denuncia que llegó a la Policía provino de
los vecinos que escucharon los gritos del menor de edad”,
manifestó.
En el
primer semestre, la Fuerza Especial de lucha Contra el
Crimen (FELCC) atendió 38 casos de abandono a un menor de
edad. “Como ya no tienen el contacto de sus padres, integran
pandillas desde pequeños o realizan actos delicuenciales;
también atendimos fuga de menor inducida para que trabajen”,
dijo Mollinedo.
Hallaron 5 óbitos fetales
El
teniente Ramiro Mollinedo indicó que en la ciudad de La Paz
fueron encontrados cinco óbitos fetales en los primeros seis
meses del año. “Los encontramos generalmente en basureros y
en vía pública. Tuvimos un caso en el que un hombre que
manejaba su camioneta se estacionó y vio una bolsa negra en
la que había un feto muerto”.
Carlos Velásquez Olguín;: Agresores no aprendieron a educar
Los
agresores creen inadecuadamente que su violencia representa
la manera más correcta de resolver un mal comportamiento, de
darles buena educación a los menores y formarlos
apropiadamente; sin embargo esos padres no han aprehendido a
manejar la educación de un niño y utilizan formas de castigo
hasta inaceptables.
El maltrato infantil
es toda acción que va en desmedro y genera daños en el ser.
Y, ¿por qué lo hacen? En primer lugar puede ser que los
adultos hayan sufrido violencia cuando eran pequeños, ello
genera esta creencia. En segundo lugar puede darse la
posibilidad de que una persona desplace su enojo sobre el
menor. Cada caso responde a una forma diferente de maltrato.
Otra manera de abuso
se da cuando los chicos son utilizados como medio de
chantaje para lograr de la otra persona algún interés o
hacerles mal. Por ejemplo algunos progenitores no permiten
que tengan acceso con su madre o padre, o el padre no le
pasa pensiones porque está enojado con la mamá. Este
maltrato no es directo, pero lo usan.
¿Los agresores pueden
cambiar de actitud? Lo hacen cuando el daño que han
realizado ha sido extremo, cuando se les va la mano, pero
generalmente no hay un cambio tan directo; también cuando se
produce un castigo por alguna medida judicial.
Para
evitar estos tipos de daños, el adulto debe razonar respecto
a su agresión, porque generalmente no se da cuenta de lo que
hace. Solo generando una adecuada educación hacia los
progenitores o hacia los chicos que en algún momento serán
padres, se evitan estos males.
Carlos Velásquez es
psicólogo, psicoterapeuta y psicólogo forense.