https://www.diariosur.es/malaga-capital/detenida-corazones-quiteis-20190219222406-nt.html
La detenida en Los Corazones: «Antes de que me
quitéis a mi niña, la tiro»
Dos policías nacionales que habían sido alertados por
una vecina impidieron hasta en dos ocasiones que, al parecer, la mujer
asfixiara a la pequeña
El oficial Francisco Martín (izquierda, junto a su compañero Álvaro
López, en comisaría. /Fernando Torres
FERNANDO TORRES y JUAN
CANO Málaga Martes, 19
febrero 2019
La llamada de una vecina al 091 hablaba de gritos y
llantos de una niña de corta edad. Dos policías nacionales acudieron
rápidamente al aviso y tocaron a la puerta. «Yo estoy bien, estoy bien»,
escucharon al otro lado. Ante su insistencia, les abrió la puerta una joven
–20 años– de aspecto desaliñado con una cría en brazos.
–«¿Cómo se llama usted?», preguntó Álvaro
López, uno de los agentes.
–«Me llamo dios», respondió ella.
Los policías se miraron. «Ahí vimos que la niña (3
años) estaba en peligro», explica el oficial Francisco Martín, quien, por
experiencia, colocó con disimulo un pie en el quicio de la puerta del piso,
un décimo de un bloque de la barriada malagueña de Los Corazones. «Mi
compañero le dijo: '¿Qué tal si te tranquilizas y nos entregas a la
pequeña?'. La joven se puso más nerviosa, más agresiva, intentó
cerrar la puerta de golpe y respondió: 'Antes de que me quitéis a la
niña, la tiro por la ventana'».
El pie de Francisco, al que sus compañeros llaman
Paco, impidió que ella cerrara de golpe y que, supuestamente, cumpliera sus
amenazas.«Nuestra sorpresa fue que, nada más decir eso, salió
corriendo efectivamente hacia la ventana», relata el oficial, que
tiene cada escena, cada segundo, grabado en la retina. Álvaro interceptó a
ambas a un metro escaso de la ventana.«Sabíamos que había que
quitársela como fuese sin hacer daño a la pequeña y haciéndole el mínimo
posible a su madre», cuenta Francisco, al que le llamó la atención
que todas las ventanas del piso estaban abiertas de par en par, pese a que
eran las dos de la madrugada del sábado, en pleno mes de febrero.
Forcejeo
Pese a su poca corpulencia, la joven ofreció una
«extraordinaria» resistencia. «Tenía mucha fuerza»,
recuerda Álvaro. «Empezamos a forcejear –sigue su compañero– y la intentamos
tirar al suelo para reducirla y quitarle a la niña, que no paraba de llorar.
Ahí, ella comenzó a dar manotazos, se agarraba a los muebles de la
cocina para hacer fuerza, y lanzó varias patadas». Una de ellas
alcanzó al oficial en un ojo, que le dejó amoratado.
Cuando trataban de inmovilizarla en el suelo,
observaron cómo ella «rodeaba el cuello de la menor con el brazo y
empezaba a apretar», describen los policías, que se lo impidieron.
Pero, al parecer, volvió a intentarlo. «Cuando le teníamos sujetos los
brazos, nos dimos cuenta de que ponía la rodilla a la altura del
cuello e intentaba asfixiarla con la pierna. En la cara de la niña
se veía que empezaba a faltarle el aire», apostilla Francisco.
Con mucha dificultad, lograron reducirla y colocarle
los grilletes. «Nos quedamos en shock. ¿Cómo es posible que suceda
algo así?», expresa el oficial. Su compañero Álvaro añade: «Llevo
12 años en el Cuerpo y nunca había vivido una situación de tanto riesgo para
un menor». Ambos prefieren quedarse con la colaboración ciudadana –«ahora
nos preguntamos qué hubiese pasado si esa vecina no oye los gritos, o no da
la voz de alarma», dice Álvaro– y con la rápida actuación policial
y sanitaria.
La mujer, de origen marroquí, ha
sido detenida por presuntos delitos de asesinato en grado de tentativa y
atentado a agente de la autoridad, y ayer seguía ingresada en el Hospital
Civil para una valoración psiquiátrica. La pequeña ha quedado
temporalmente a cargo de la abuela paterna, ya que los padres están
separados.
|