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La Policía busca en Málaga a los padres del niño hallado muerto en Oviedo

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

El cadáver del menor de dos años de origen magrebí fue encontrado en las inmediaciones de un apeadero ferroviario envuelto en mantas junto a una maleta. El entorno familiar de la madre reside en Estepona

07/11/2014

Imagen de la pareja buscada por la Policía.

 Imagen de la pareja buscada por la Policía. EFE


GONZALO DÍAZ-RUBÍN

La Policía ha dictado una orden de busca nacional e internacional contra la madre del menor de dos años hallado muerto este lunes junto a las vías del tren en las inmediaciones del apeadero de La Argañosa y contra su pareja como presuntos autores de los hechos. Se trata de una mujer joven de origen marroquí, F. C., según informó ayer la Jefatura del Cuerpo Superior de Policía, y de un ciudadano español, D. F. -gallego-, ambos en los treinta y pocos, que residían en un piso de alquiler en La Argañosa desde hacía poco tiempo. Los tres habrían llegado recientemente a la ciudad desde la provincia de Málaga (donde ahora se les busca), razón por la que no eran conocidos ni entre la comunidad musulmana que se reúne en la mezquita de la ciudad, casi enfrente de donde se encontró el cuerpo del pequeño, ni en el barrio. Al parecer, el entorno familiar de la madre reside en Estepona y la policía ya ha hablado con ellos.

Según informó la Policía Nacional, a las 24 horas del macabro hallazgo, los agentes habían logrado ya establecer la identidad tanto del fallecido como la de los presuntos autores de los hechos. Pero estos, informaron fuentes policiales, habrían dejado la vivienda en algún momento entre la muerte del menor, en la madrugada del sábado, y el descubrimiento del cuerpo el lunes. Los agentes montaron un dispositivo de vigilancia sobre el piso y su entorno habitual que no rindió resultados.

La investigación fue muy rápida casi desde el principio, de ahí el optimismo que mostraban diversas fuentes acerca de la resolución del caso, aunque no fue sencilla. La jefatura destacó ayer como claves la «eficaz y ágil cooperación» entre las brigadas de Policía Científica y Judicial con el Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, y «con su titular en particular». Pero también «la colaboración ciudadana» fue determinante para cerrar el círculo sobre los sospechosos.

Difícil investigación

El cuerpo del menor fue encontrado envuelto en mantas junto a una maleta, en la que se trasladó el cuerpo, por operarios de Adif que realizaban tareas de desbroce en el tramo de vía entre el túnel de Vallobín y el apeadero de La Argañosa. El macabro hallazgo dejó algunas pistas a los agentes de la Policía que se personaron en el lugar de los hechos. El pequeño vestía una chilaba, la típica túnica marroquí con capucha, y parecía haber sufrido una muerte violenta, pero su identidad seguía siendo un misterio. El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, mientras que los agentes iniciaban un meticuloso trabajo de campo interrogando a los vecinos de la zona que pudiesen haber visto algo o echar en falta un pequeño de esa edad.

Cuando la pericial forense confirmó que el niño había sufrido una muerte violenta, unas 48 horas antes del hallazgo, y que su cuerpo presentaba «numerosas lesiones», los agentes redoblaron esfuerzos. Solicitaron a las «autoridades sanitarias la relación de todos los nacimientos de niños que por edad pudieran coincidir con la víctima» para cotejar huellas y avanzar en la identificación del pequeño. Lo que facilitó, sin embargo, concluir la tarea fueron las prendas que envolvían el cuerpo, que permitieron trazar una hipótesis sobre su identidad que pudo ser confirmada gracias a la colaboración ciudadana. Una llamada de teléfono que permitió concretar la identificación, localizar la vivienda y la identidad de los sospechosos. Una ayuda que la Jefatura atribuye al alto grado de confianza de la población asturiana en la Policía.

Cerco y huida

Con los flecos atados, la Policía halló, como esperaba, la vivienda vacía. Si los presuntos autores no huyeron inmediatamente tras esconder el cuerpo entre la maleza, a buen seguro lo hicieron en cuanto trascendió su hallazgo. La Policía cree que ambos, tanto la madre del pequeño como su pareja, han dejado la región y que lo hicieron directamente tras cometer el crimen por el que se les busca. Al menos, así lo confirmó ayer, la Jefatura del Cuerpo que señaló que la joven magrebí y su pareja española habían desaparecido de su «círculo habitual» desde el fin de semana.

Otras fuentes policiales confirmaron que la búsqueda se ha trasladado ya más allá de los límites de la región. Las mismas creen que la pareja se ha separado en la huida. La joven se habría dirigido hacia su país de origen para evadir la acción de la justicia, mientras que él, «debe estar aún por aquí o en las comunidades limítrofes». Entre otros puntos, se le busca en Málaga, y las fuentes mantienen como probable que pueda haber detenciones en las próximas horas o días.

 

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Una familia desconocida que había llegado hace poco tiempo a Oviedo

  • La comunidad musulmana, «sorprendida» por los hechos, tampoco conocía a los sospechosos de la muerte del menor

7 noviembre 201409


Una imagen subida por la madre a su Facebook.

Una imagen subida por la madre a su Facebook.
 

En La Argañosa nadie sabía a ciencia cierta nada, pero las suposiciones tras el hallazgo del cuerpo del menor junto a las vías del tren, volaban. Muchos vecinos, tras conocerse, que el pequeño podría tener familia magrebí, como confirmó la Policía ayer, apuntaban hacia las viviendas que se alinean en La Argañosa o hacia la cercana mezquita. Sin embargo, para casi cualquier vecino y para la comunidad musulmana, que se reúne en la mezquita de Los Reyes, la familia era una desconocida. Llevaban poco tiempo en la ciudad, a la que habían llegado desde Málaga. «Sorprendidos» ante lo ocurrido, el secretario de la comunidad, Abu Hassan, no podía entender lo horrible del suceso. Desconocía quién podía ser la familia del menor hallado muerto tan cerca de su centro religioso. Tras conocer que se trataba de un niño cuya madre es de origen magrebí, habló con algunos compañeros que tampoco supieron de quién podía tratarse. Suelen conocerse, «aunque solo sea de cara», pero «la comunidad es muy grande», excusó.

Señaló, sin embargo, que podría tratarse de una familia de procedencia marroquí porque «la chilaba con capucha (con la que se amortajó el cadáver) es típica de Marruecos», aventuró. Subrayó Hassan la urgencia en dar con el o los autores de «una muerte tan brutal». Calificó el suceso de «horrible, sin palabras para definirlo». Aun así, rechazó que este «hecho aislado» pueda afectar a la imagen de la comunidad musulmana, que estos días, al menos los chiítas, celebran la Ashura, en la ciudad. «¿Si fuera español perjudicaría a la iglesia más cercana?», se preguntó. «Da igual que sea árabe, musulmán o lo que sea, lo grave es lo que ha sucedido y hay que encontrar y condenar a los culpables», zanjó.

Barrio conmocionado

Y los sospechosos aún no han aparecido. Una vecina, que prefiere permanecer en el anonimato, aseguró que, «el domingo», le llamó la atención, por inusual, «una reunión de las mujeres» de origen magrebí que residen en su portal, porque «no suelen hacerlo nunca». La Policía, que investigó e interrogó a los vecinos de la zona durante los dos primeros días, descartó cualquier vínculo con los hechos.

El suceso conmocionó al barrio, tanto por las circunstancias -un menor muerto de forma violenta, presumiblemente por sus progenitores o tutores- como por la cercanía del lugar al piso donde hace menos de cinco años fue muerta y descuartizada María Luisa Blanco. Un crimen por el que cumplen penas que suman 140 años de cárcel su propio hermano y otros dos jóvenes, que eran inquilinos de la vivienda.

Un secuestro violento de un empresario, una red de tráfico de sus tancias ilegales o un tiroteo (con arma de fogueo, eso sí) son algunos de los últimos sucesos que han llevado al barrio de Vallobín o sus calles aledañas a las páginas de los periódicos.