Público
https://www.publico.es/culturas/marc-dugain-monarquia-no-utilidad-creo-meritos-no-nacimiento.html
Marc Dugain "La monarquía no tiene utilidad; creo en
los méritos, no en el valor del nacimiento"
El cineasta y escritor francés se remonta al siglo
XVIII y a la monarquía en ‘Cambio de reinas’ para denunciar el maltrato
sistemático a la infancia, la injusticia del poder heredado y la cada vez
mayor ineficacia de las clases privilegiadas

Un instante en 'Cambio de reinas'.
Pasan los siglos y los
abusos sobre la infancia permanecen. La dimensión más oscura del ser humano
se manifiesta. Trata de niños, violencia, hambre, muerte, trabajo infantil,
niños soldados… En pleno auge del movimiento
antinatalista(oposición a la procreación por motivos éticos y
ecológicos), en un planeta superpoblado (más de 7.000 millones de
personas), el cineasta y escritor Marc Dugain advierte en Cambio
de reinas del delirante y tiránico tratamiento que se ha dado a la
infancia desde hace muchos siglos y de la herencia con la que cargamos a
causa de ello. Su conclusión, devastadora: “La desaparición de la especie
humana es una probabilidad muy real”.
“La mayor
responsabilidad en el mundo de hoy es tener hijos, todo lo demás es muy
fácil de gestionar. Si la gente no es capaz de dar amor y esperanza, porque
la perspectiva es muy negra, tiene una muy buena razón para no tener hijos”,
afirma este intelectual que con su película revela la forma en que las
clases privilegiadas han maltratado a sus niños.
Ambientada en el siglo
XVIII, la película presenta a Felipe de Orleans, regente de Francia, cuando
su país y España llevan ya tres años en guerra. Para devolver la paz ha
ideado un miserable plan, casará a su hija de 12 años, señorita de
Montpensier, con el heredero del trono español, y a Luis XV, próximo rey de
Francia, con Mariana Victoria, de solo 4 años, infanta de España. Niños
rehenes de juegos políticos y un sistema caduco que con aquellas prácticas
brutales comenzaba a mostrar “por fin, la decadencia de la monarquía, que
empieza a dirigirse hacia su desaparición”. En Público
entrevistamos al director galo Marc Dugain:
En muchos de sus trabajos
de Historia se ha centrado en los niños.
Siempre me ha interesado
dentro de la Historia el tratamiento de los niños. Cuando estudiaba
Política, me interesaba la suerte de los niños trabajando en las minas
francesas en el siglo XIX. Entonces eran las clases menos privilegiadas,
ahora, en la película, me ocupo de los niños dentro de las clases
privilegiadas.
¿Qué es lo que le
interesa de ello?
Pues lo interesante es que
dentro de la clase dominante la infancia está estructurada de una forma
horrorosa.
Mirando hacia el siglo
XVIII ¿no hay demasiadas cosas que no han cambiado?
Así es y eso es justo lo
que quería intentar con la película. No siempre es honesto que sea un autor
el que lleve la Historia hasta las preocupaciones contemporáneas, eso a
veces tiene que venir del espectador. Dicho esto, por supuesto que quiero
que el espectador inteligente haga ese análisis. Las mujeres y la forma en
que se las trataba en el siglo XVIII tienen muchos puntos en común con la
manera en que se las trata hoy. No hace falta que yo manipule nada.
¿Encuentra más
paralelismos con el siglo XVIII?
Es muy interesante
enseñar a la gente que la Historia ha sido falsificada. Yo tengo cuatro
hijos y les han contado historias de princesas y a mí en el colegio me
decían que el rey de Francia y su corte eran magníficos. Se les olvidó
decirnos que los hijos eran educados solo para ser usados con fines
políticos. Otro paralelismo.
¿Obligados a heredar el
poder?
Sí, exactamente. Además
está, claro, el asunto de la crueldad, cómo el poder está determinado por el
nacimiento y, por tanto, cómo la muerte tiene un papel importante. En la
corte de Luis XIV llegaron a querer la muerte de los niños, todos estaban
esperando un cambio para cambiar de bando. Los Orleans y los Borbones. Era
horrible la forma en que trataban a los niños y en el caso de las niñas era
espantoso, con las mujeres era monstruoso. Las mujeres estaban ahí para dar
herederos y después se las echaba.
Hablando de Borbones,
¿qué piensa de España que todavía vive con una monarquía impuesta?
España… Tengo que decir
que no es mi caso, pero aparentemente los pueblos europeos tienen la
necesidad de una figura sagrada. En Francia creo que es mucho peor porque
hemos confundido la función política del presidente de la República con la
del rey. Y eso explica toda la violencia de lo que pasa hoy en mi país. Los
franceses aman al rey, pero ante la más mínima decepción, le quieren matar.
Hoy hay gente que dice que hay que matar a Macron. En ese sentido, España es
menos monárquica que Francia.
Pero yo le preguntaba
por España.
Ya. Si me pregunta
¿cuál es la utilidad de una familia real si no es la nostalgia? No sé. Ni
idea. Es que no tiene, la monarquía no tiene utilidad. Supongo que podría
intentar comprenderlo, pero soy de familia republicana y yo no necesito un
rey. Creo en los méritos y no en el valor del nacimiento.
¿Y no vale el
nacimiento cada vez más y no solo en monarquía?
Sí. En Francia, las
élites se reproducen siempre en los mismos entornos. Y no solo es el sistema
de reproducción de las élites, el problema también es el poco o ningún
acceso por parte de estos privilegiados hacia los otros. Todo eso resulta en
una multiplicación de sus privilegios.
Las élites ¿los
dirigentes, los ricos…?
Todos ellos. Hoy en
Francia está el movimiento de los ‘chalecos amarillos’ contra un rey que no
comprende nada de su pueblo. Es la clase ultra liberal que coge el avión
varias veces a la semana para ir a Nueva York o a Londres, pero que no
comprende que hay mucha gente que se siente abandonada.
¿Esas familias
poderosas manipulan a sus hijos como se hacía en el siglo XVIII?
En cierto modo, sí. En
Francia, las grandes familias industriales perduran. Inmensas empresas han
sido retomadas hoy por los hijos que, por cierto, no tienen el nivel
necesario. Son los herederos, igual que ocurrió con la monarquía. Los
herederos de la clase dominante no tienen nivel suficiente. Es una
generación de jóvenes que solo son ‘hijos de’. Algunos ya han destrozado el
imperio y están vendiéndolo todo. Y dentro de esa configuración diabólica,
se las arreglan para no pagar impuestos en Francia.
Abismo entre clases y
un futuro cada vez más negro. ¿Da sentido al movimiento antinatalista?
Si hoy tuviera 30 años
no sé si tendría cuatro hijos como tengo. Yo nací después de la guerra,
cuando había un entusiasmo de renovación. Pero hoy tengo la sensación de que
todo hace que la gente dude razonablemente si tener hijos. La perspectiva es
oscura y muy negra. Somos 7.000 millones, cuando lleguemos a 15.000, será
insoportable. La mayor responsabilidad en el mundo de hoy es tener hijos,
todo lo demás es muy fácil de gestionar. Si la gente no es capaz de dar amor
y esperanza, porque la perspectiva es muy negra, es una muy buena razón para
no tener hijos.
Al final, ¿no es todo
producto del sistema?
Sí. El sistema es el que ha creado esta situación y
de ella viene esa reticencia a tener hijos. Sin duda, es culpa de un sistema
económico que nos lleva a la ruina y a la pérdida. La desaparición de la
especie es una probabilidad muy real.
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