Foto: Tomada de Internet.
‘No podemos
permitir que menores crean que sufrimiento es diversión’
[Toros]
29/10/2015
Saltillo, Coah.-
Ayer
durante la Décima Sexta Sesión del Segundo Período Ordinario de
Sesiones, del Primer Año de Ejercicio Constitucional de la Sexagésima
Legislatura del Congreso del Estado, el diputado Javier de Jesús
Rodríguez Mendoza, de la fracción parlamentaria "José Mario Molina
Pasquel y Henríquez", del Partido Verde Ecologista de México, presentó
un pronunciamiento con relación a las corridas de toros.
En éste menciona que el Comité de los Derechos del Niño de la
Organización de las Naciones Unidas señaló que el Estado debe adoptar
medidas para hacer cumplir la prohibición en lo relacionado a la
participación de niñas y niños en el entrenamiento y actuaciones de
corridas de toros como una de las peores formas de trabajo infantil, y
tomar medidas para protegerlos en su capacidad de espectadores,
creando conciencia sobre la violencia física y mental asociada con las
corridas de toros y el impacto de esto sobre niñas y niños.
Lo anterior a la luz de las observaciones generales de este mismo
Comité sobre el derecho del niño a la protección contra los castigos
corporales y otras formas de castigo crueles o degradantes, y sobre el
derecho del niño a no ser objeto de ninguna forma de violencia.
"Es nuestra obligación como ciudadanos y como padres, alejar todo tipo
de violencia no sólo de los niños y niñas sino también de los
adolescentes que están formándose un criterio y no podemos permitir
que crean que el sufrimiento de otro ser vivo es diversión", expuso el
diputado Javier de Jesús Rodríguez Mendoza.
Agregó que no se debe olvidar que nuestro medio ambiente también lo
conforman los animales, "después de años de lucha hemos logrado que se
reconozcan los derechos de éstos y además se ha logrado establecer,
mediante muy diversos estudios realizados por universidades con
prestigios a nivel mundial, que la violencia en contra de los animales
va generando en los seres humanos la perdida de empatía hacia el
sufrimiento de otros seres vivos", aseguró Rodríguez Mendoza.
Recordó que pese a todo lo anterior, el 23 de octubre de 2015, el
Juzgado 2º de Distrito del Estado de Coahuila de Zaragoza, concedió la
suspensión respecto al expediente 1500/2015, propuesto por Promociones
y Espectáculos Zapaliname S.A. de C. V. en cuanto a los efectos de la
reciente reforma a la Ley de Protección y Trato Digno a los Animales
para el Estado De Coahuila De Zaragoza.
El diputado consideró que si bien el ejercicio de esta ley podría
afectar los intereses de la mencionada persona moral, se dejaron de
lado las preocupaciones emitidas el 8 de junio de 2015, por el Comité
de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas,
donde manifiestan su preocupación de manera particular por el
bienestar mental y físico de niñas y niños involucrados en
entrenamiento para corridas de toros y en actuaciones asociadas a
esto, así como el bienestar mental y emocional de los espectadores
infantiles que son expuestos a la violencia de las corridas de toros.
Mencionó que el juzgador en su determinación ignoró los artículos 4°,
párrafo octavo de la Constitución Política de los Estado Unidos
Mexicanos, tercero de la Convención sobre los Derechos del Niño, así
como los preceptos tercero, cuarto y sexto de la Ley para la
Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que prevén
el interés superior de la niñez, como el principio rector de la
normatividad relativa a la protección de los derechos de los menores,
la cual deberá sustentarse en las específicas características de
aquéllos, en la necesidad de propiciar su desarrollo con pleno
aprovechamiento de sus potencialidades.
Javier de Jesús Rodríguez Mendoza enfatizó que no permitirán que la
sociedad sea mal informada respecto a esta suspensión, pues solamente
se otorgó para que se puedan llevar a cabo las corridas de toros,
siempre y cuando cuenten con los permisos expedidos por las
autoridades competentes, hasta en tanto se resuelva en definitiva el
citado expediente, en donde debe tomarse en cuenta el daño que puede
provocar en las nuevas generaciones la costumbre de dañar a otro ser
vivo para su entretenimiento y diversión.