Anuncio del espectáculo de Títeres desde Abajo en la web municipal del
Carnaval de Madrid.
La
relevancia que ha adquirido la representación La Bruja y Don Cristóbal
en los carnavales de Tetuán, y que ha acabado con dos integrantes de
la compañía Títeres desde Abajo en prisión provisional, ha sorprendido
a algunos de los padres y madres presentes en la obra. El tratamiento
que han hecho algunos medios y partidos políticos sobre el asunto les
ha indignado. Aitana es una de esas madres que el pasado
viernes acudió con sus dos hijos menores de tres años a ver la
función. Cree que su contenido “no era nada exagerado” y que se ha
instrumentalizado a los niños.
En
conversación el eldiario.es, Aitana cuenta que se enteró por las redes
sociales de que iba a tener lugar la representación de títeres, y que
ni se fijó si estaba indicada o no para niños. “Era una función de
títeres a las cinco de la tarde, entendí que era para niños”, afirma.
El Ayuntamiento reflejó en la programación que era para todos los
públicos, aunque
en Facebook advirtió sobre su contenido.
Aitana confirma que los artistas advirtieron
antes del comienzo de la obra de que no era una representación de
títeres al uso. “Ellos avisaron de que la obra era antipedagógica” y
de que contenía “actos atroces, inmorales e irreverentes”.
Reconoce
que había "golpes, cachiporrazos y gritos", pero no le pareció nada
fuera de lo normal. Admite que era una obra distinta y algo
“psicodélica”, pero nada exagerado. “Desde el principio me imaginé que
habría cachiporras y el típico muñeco muerto”.
Su contenido no le llamó la atención. De hecho,
explica que, en su opinión, la obra era menos violenta que algunas
series de dibujos animados que se emiten en televisión por la tarde y
que ven todos los niños, como “Bob Esponja o Tom y Jerry”.
En cuanto
a la pancarta de “Gora Alka-ETA”, afirma que entendió en todo momento
que formaba parte de la sátira. “No se entendía bien la broma, pero no
pensé que era ninguna provocación ni enaltecimiento del terrorismo.
Estaba dentro de la trama”. Insiste en que los niños presentes no
entendieron nada de la obra y “no podían empatizar con lo que estaba
pasando”. “Los niños no se enteraron de nada, la obra de los títeres
era ininteligible”, añade.
En un
momento de la representación, relata, un grupo reducido de personas
-de las entre 30 y 40 que la estaban presenciando- empezaron a
proferir gritos de “¡fuera, fuera!” y a increpar a los titiriteros. En
concreto, un hombre que se “puso como loco” e intentó ir hacia los
titiriteros. El policía local que estaba allí presente se lo impidió.
“A mí me resultó eso más violento que la obra en sí”.
Fue entonces cuando apareció la policía. Dos
furgones de antidisturbios se personaron e identificaron a los
titiriteros y acabaron deteniéndolos. Aitana cuenta que fue todo muy
rápido y que no hablaron con los padres: “Nadie me preguntó nada, a
nadie de los que estábamos allí. Cuando nos quisimos dar cuenta se los
habían llevado”.
Aitana
cree que se ha exagerado lo que ocurrió el viernes y que se ha
"instrumentalizado" a los niños por parte de los partidos políticos,
del Ayuntamiento y de los medios de comunicación. Insiste en que no
fueron conscientes del contenido de una obra que ni siquiera los
adultos entendían. Ha hablado con otros padres y madres y asegura que
todos piensan igual.
Añade que la “fue una minoría” quienes
increparon a los titiriteros y que, por supuesto, “los niños no se han
traumatizado ni nada por el estilo”. Además, cuenta que entre los
padres que asistieron a la representación hay cierta molestia por cómo
han tratado los medios el asunto. Si el contenido de la obra hubiese
sido violento se hubiesen ido, explica. “Yo si veo algo violento en la
televisión la apago, lo mismo con una obra de teatro, no me quedo
hasta el final”.
Así,
considera completamente desproporcionado que se haya tratado a los dos
titiriteros como “terroristas”. “Todo el mundo está escandalizado con
que estén en prisión. Una cosa es que hayan metido la pata y otra
esto, es un castigo desproporcionado y sin pies ni cabeza”. En su
opinión, basta con pedir perdón por el error en la programación de la
obra.