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No todo son peligros para los menores en Internet: la
red también sirve para combatir desigualdades
Salir del aislamiento, encontrar otros referentes,
sufrir menos soledad o desarrollar el potencial propio son algunos de los
beneficios del acceso a Internet
"Del tema trans yo no conocía nada y me daba miedo ir
en persona a las asociaciones porque era aún menor de edad", dice Gabriel
Díaz, que fundó un canal de Youtube hace cuatro años
Unicef cree que es necesario reconocer el impacto
positivo de la tecnología sobre los derechos de la infancia, pero también
trabajar en un nuevo marco normativo y en la prevención de sus riesgos
![Niños gitanos, LGTB y migrantes, foco del ciberacoso y del odio en Internet](https://images.eldiario.es/sociedad/Ninos-LGTB-migrantes-ciberacoso-Internet_EDIIMA20180206_0536_19.jpg)
Varias personas acceden a Internet. EFE
Clara Valmorisco
06/02/2018
Que Internet ha llegado para quedarse parece
incuestionable en un país en el que el 95% de menores de entre 10 y 15 años
es usuario habitual. A pesar de ello, según datos del Instituto Nacional de
Estadística, hay todavía 300.000 niños y adolescentes que en los últimos
tres meses no han usado un ordenador. Y 140.000 que no han tenido ningún
contacto con la red, unas cifras que muestran que la brecha digital en
España existe y que describen una realidad en cuyo centro se sitúan "los
mismos que sufren injusticias offline, los mismos que en su vida sufren
discriminación" por motivos económicos, de origen, orientación sexual o
discapacidad, entre otros.
Así lo explica Maite Pacheco, directora de
Sensibilización y Políticas de Infancia del Comité Español de Unicef, que ha
publicado el informe Los niños y niñas de la brecha digital en España, según
el cual, los niños de la comunidad gitana, los de origen migrante y lo que
pertenecen al colectivo LGTBI son los más vulnerables a los peligros de la
red pero también, en la otra cara de la moneda, son para los que Internet
puede suponer una mayor oportunidad en cuanto a integración y ejercicio de
sus derechos.
Gabriel Díaz tiene 19 años y es activista trans. Como
él mismo explica, Internet le ayudó a informarse en su camino personal: "Del
tema trans yo no conocía nada y me daba miedo ir en persona a las
asociaciones porque era aún menor de edad". Fue la red la que le permitió
acercarse a más gente que compartía sus procesos "de tránsito" así como a
los colectivos LGTBI, y la que le llevó hace cuatro años a fundar un canal
de Youtube donde compartir su experiencia y ayudar a más gente a través de
su testimonio.
No todo fue positivo y, de hecho, el acoso y las
amenazas de algunos usuarios en Instagram le llevaron a tener que abrir un
perfil privado e incluso a denunciar. En su opinión, el anonimato hace de
"escudo" en la red: "Yo no he sufrido acoso cara a cara, pero por las redes
sí". A pesar de todo, se queda con los comentarios positivos de muchísimas
personas que, como cuenta, le han transmitido que gracias a él y a su
ejemplo han avanzado en sus propios procesos. "Por esa parte es por la que
sigo siendo visible", asegura.
El caso de Gabriel evidencia otro de los puntos en
los que el informe hace hincapié, el poder de la red como potente
herramienta contra la desigualdad y como impulsora de los derechos de la
infancia y la adolescencia. Salir del aislamiento, encontrar otros
referentes, sufrir menos soledad o desarrollar el potencial propio son
algunos de los beneficios del acceso a Internet y que han contribuido a
cambiar las vidas de los colectivos más vulnerables.
Nora, estudiante marroquí de 18 años, afirma que
siempre estará agradecida "a la existencia de Internet" que, en su opinión,
tiene "un papel muy importante en la vida de los inmigrantes", especialmente
en lo que se refiere a la conexión con la familia o con el aprendizaje de un
nuevo idioma.
Pero incidir en lo positivo no implica obviar otras
realidades. Por ejemplo, que el 52% de los niños y niñas de entre 9 y 16
años ha visto imágenes sexuales online y offline y que el 32% de los niños y
niñas de entre 11 y 16 años ha recibido algún mensaje de tipo sexual en el
último año. Además, según datos recogidos en el estudio, al menos uno de
cada cinco niños y una de cada siete niñas está implicada en casos de ciberbulling.
Una oportunidad de socialización
En el caso de la comunidad gitana, hay una cifra que
llama la atención: el 22% de los jóvenes gitanos no tienen Internet en casa
por motivos económicos, lo que, entre otros factores, convierte a esta
comunidad a la que más dificultades tiene en el acceso y uso de las
tecnologías. Ana María Segovia tiene 27 años y es activista miembro de la
Fundación Secretariado Gitano. Como explica, para muchos niños y niñas,
Internet es muchas veces un "lujo", y, aunque es frecuente que muchos tengan
móviles, la mayoría no dispone siempre de tarifa de datos para conectarse,
lo que les lleva a veces a quedarse fuera del proceso formativo o a perder
oportunidades de socializar. Algo a lo que además no contribuye el frecuente
discurso de odio y "antigitanismo" al que esta comunidad tiene que hacer
frente demasiadas veces en Internet.
Como explica Ana María, el reto está en hacer que los
niños y niñas de la comunidad gitana, pero también las familias, vean
Internet y las redes sociales como "un derecho y una oportunidad de
aprendizaje y de socialización".
En este sentido, Unicef cree que es necesario
reconocer el impacto positivo de la tecnología sobre los derechos de la
infancia, pero también trabajar en un nuevo marco normativo que regule
Internet así como en un mayor impulso de los protocolos y estrategias de
prevención y actuación sobre peligros como el ciberacoso, el sexting, el
acceso a los contenidos no adecuados o la falta de privacidad.
¿Qué más hacer para potenciar ese impacto positivo de
Internet? Educar y sensibilizar sobre los riesgos o promover la formación de
competencias digitales tanto de los niños como del profesorado así como de
las familias. Para Unicef es básica la cooperación de padres, madres,
educadores, empresas, administraciones y, por supuesto, la propia infancia,
especialmente la más vulnerable. Solo así se podrá, como dice Ana María,
"dar la vuelta" a la visión negativa frecuentemente asociada a la red e ir
cambiando poco a poco las cifras y, con ellas, las realidades.
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