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'El Rafita', en la calle y sin antecedentes… ¿Dónde está el error?

diario elconfidencial.com Daniel Forcada/Carlos Camino   26/06/2010

Desde ayer, Rafael García Fernández es un hombre libre, sin cuentas con la Justicia, pero no reinsertado. De su historial delictivo desapareció, cumplida la mayoría de edad, su participación en el que se considera el crimen “más vil de la reciente historia penal”. Tenía entonces solo 14 años y, aplicada la Ley del Menor, ha sido el primero de los autores de aquella atrocidad en salir a la calle. Pero su caso ha traído de cabeza a las administraciones responsables de su tutela porque siempre ha hecho lo que ha querido. Pasó cuatro años, hasta que cumplió los 18, recluido en un centro de menores y otros tres, hasta ayer, en libertad vigilada por Instituciones Penitenciarias. Saldadas sus deudas, es un hombre nuevo ante la ley y sin rastro alguno de aquel homicidio en su historial. Ha vuelto a Alcorcón, al barrio donde vive su familia, y allí pasa días enteros cerca de la mujer con la que se casó hace tres meses y de la que se acaba de divorciar y de la que espera un hijo. 

Borrón y cuenta nueva. El Rafita ha sido devuelto a la sociedad casi igual que como fue recogido, allá por el año 2003, después del asesinato de la joven Sandra Palo. Una falsa reinserción que saca los colores a un sistema que ha fallado por completo y que abochorna a casi toda la sociedad. Ya lo avisaban los crudos y demoledores informes realizados por los técnicos del centro donde fue internado. “No muestra arrepentimiento, es agresivo, hostil, inadaptado… valora la violencia y los hechos delictivos como atributos de poder y masculinidad”. “No hay posibilidades de que pueda vivir en una sociedad real… debe estar seriamente vigilado… no conviene darle ningún beneficio penitenciario”.

…Y el guión se ha cumplido según lo previsto. En los últimos meses ha protagonizado varios incidentes y se le ha sorprendido en sucesivas ocasiones cuando intentaba robar varios coches. Como reconoce dolida la madre de Sandra Palo, María del Mar Bermúdez: "Esta persona no está bien, no estaba reinsertado cuando salió en 2007 y sigue sin estarlo, y aún así le dejaron salir".

“Genera una alarma social considerable”

“Sale del sistema", explica José Luis Calvo, portavoz de la Asociación Pro Derechos del Niño (PRODENI), “casi como ha entrado y genera una alarma social considerable. Lo más horroroso y lo que más duele es que no se haya rehabilitado. Ahí estaría el mérito de este sistema, no en más o menos años de condena, sino en el hecho de que un chaval que ha entrado en un centro de menores con casos de delincuencia grave sea devuelto trasformado”.

Pero nada más lejos de la realidad. Según presumió recientemente el consejero de Presidencia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, la reinserción de los menores infractores en la Comunidad alcanza el 89%. Unos datos que, sin embargo, según señalan los expertos consultados por este diario, no recogen la realidad de estos menores como El Rafita. “En los centros de reforma –explican desde PRODENI-, cuando se trata de casos de delincuencia menor, la rehabilitación es más bien fácil y los éxitos acompañan en estos casos a la casuística. Pero si seguimos el número de los que entran con casos graves y vemos qué porcentaje se ha rehabilitado, ahí los números cambian por completo”.

Las administraciones, en sus diferentes peldaños, no hallan respuestas correctas ni son capaces de actuar a tiempo. De hecho, el historial delictivo de El Rafita se remonta a su infancia. Comenzó a delinquir con solo 7 años. A los 11 ya pertenecía a la 'banda del chupete' y con 13 no se le ocurre otra cosa que disparar desde su casa con una escopeta de perdigones sobre un hombre y una mujer a los que deja heridos. Antes de ser detenido por la muerte de Sandra Palo, él y sus tres cómplices acumulaban alrededor de unas 700 denuncias. 

Se trata de un menor que estaba tutelado por la Comunidad desde que tenía muy pocos años y los servicios sociales conocían su problemática”, explica el psicólogo Santiago Agustín, quien ha trabajado en varios centros de menores. “Cabe preguntarse qué contacto tenía la Administración con este caso y cuánto dinero se ha gastado en él. Yo no creo en los niños psicópatas, todos los menores que he conocido arrastran problemas desde la infancia por su entorno. Mi visión es que estos casos se originan en problemas sociales que padecen desde que son muy pequeños y ante los que no se actúan hasta que se desborda el problema. ¿Por qué hasta los 14 años no se ha intervenido con El Rafita? Había que haber intervenido en su entorno, saber cómo era su familia, qué estaba pasando... A lo mejor eso es, a la larga, más barato para la sociedad. Cada plaza en un centro de menores cuesta 5.200 euros mensuales. Pero un niño que lleva 10 años en la calle ya es muy difícil de reconducir en estos centros”.

¿Falla la ley o su aplicación?

“Han fallado los ayuntamientos, las administraciones, el control sobre los niños en situaciones de riesgo… Queda demostrada la ineficiencia, la impericia y el fracaso de este sistema con los casos excepcionales”, añade José Luis Calvo. “No se están resolviendo y atendiendo los objetivos planteados por la ley. Su caso demuestra el fracaso total del sistema. Viene de una familia desestructurada, de una infancia perdida y con muchos problemas de escolarización, de malos tratos… Tiene una infancia cruel y no pasa nada, sigue creciendo en ese ambiente como un niño abandonado por su entorno social y familiar y por la Administración. Un día su caso sale a la luz por una circunstancia horrible y se le aplica la Ley Penal para menores de 18 años”. 

Para el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, “en la mayoría de los casos, la ley funciona, pero hay que cambiarla para cuando suceden casos de este tipo, porque el tiempo que establece la ley para su rehabilitación es muy corto". Una demanda que, sin embargo, ha caído en saco roto ante la negativa del Gobierno a "legislar en caliente". Solo las apariciones frecuentes de la madre de Sandra Palo en televisión nos recuerdan que aún quedan vergonzosos flecos por abordar para hacer verdadera justicia. Por lo pronto, la Comunidad de Madrid pedía ayer que no se borren los antecedentes penales de personas como El Rafita. Él, mientras tanto, permanece impasible a las críticas en su barrio de Alcorcón, donde los vecinos se han acostumbrado a su presencia habitual. Desde ayer es un hombre libre y sin cargos.¿Hasta que vuelva a reincidir?