Periódicamente, intervenciones de la jerarquía católica, del mismo Papa, o de
asociaciones como HazteOir, vuelven a presentar la 'ideología de género' como
una amenaza
a la familia y a la moral.
Como ya sucedió con motivo de Educación
para la ciudadanía, hay de nuevo protestas sobre su presunta inclusión
en los programas educativos. ¿Cuál es la causa de tanta alarma? ¿Qué es la
ideología de género? ¿Es tan destructiva como dicen?
Género
contra sexo
Los debates
de ideas suelen tener una historia larga y a veces enrevesada, y sin
conocerla resultan incomprensibles. Por eso son incompatibles con Twitter y
otras jibarizaciones del pensamiento. Desde los años cincuenta,
intelectuales feministas comenzaron
a defender la noción
de 'género' frente a la noción de 'sexo', posición que se
popularizó a partir de la IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas
sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995, en Beijing. La tesis
central es muy sencilla: biológicamente somos 'machos' y 'hembras', pero
culturalmente somos 'hombres' y 'mujeres'. Esto quiere decir que cada
cultura ha fijado los roles atribuibles a cada sexo.
Hasta 1975, el Código
Civil español equiparaba la mujer casada a los niños, a los locos y a los
dementes
Es un hecho innegable que a lo largo de la historia ha habido unaestructura
patriarcal en la
familia, que sometía a la mujer a situaciones de inferioridad, con injustas
consecuencias sociales, políticas y económicas. Todavía hace unos días, un
eurodiputado polaco afirmó la "inferioridad femenina". Lo más grave de esta
situación —y es lo que está en el centro del debate— es que esadiscriminación se
justificaba apelando a la 'naturaleza' y a sus secuelas conceptuales, la
'ley natural' y el 'derecho natural', que, a su vez, para la
teología católica, son la voz misma de Dios. Este ha creado la naturaleza
humana y ha puesto en ella su ley. Solo toca obedecer.
Daré un
ejemplo cercano de esta utilización injusta de la idea de 'naturaleza'.
Hasta 1975, el Código Civil español equiparaba la mujer casada a los niños,
a los locos o dementes y a los sordomudos que no supieran leer y escribir,
por lo que se le prohibía contratar (art.1263). Además, la mujer tenía la
obligación legalmente impuesta de obedecer
al marido. El articulo 57 del Código Civil decía textualmente: "El
marido debe proteger a la mujer, y esta obedecer al marido". Se trataba de
un mero trasunto legal de la estructura patriarcal de la sociedad española.
Lo perverso era la justificación que se daba.
La
teología católica ha fundado su moral sexual en la idea de 'naturaleza', y
no puede prescindir de ella sin que se venga abajo su teoría
El preámbulo de la ley 24 de abril de 1958 lo explica, en un párrafo que no
tiene desperdicio: “Existe una potestad de dirección, que la naturaleza, la
Religión y la Historia atribuyen al marido, dentro de un régimen en el que
se recoge fielmente la tradición católica que ha inspirado siempre y debe
inspirar en lo sucesivo las relaciones entre los cónyuges”. Esta mezcla de
las tres como fuentes normativas del Código Civil es lo que subleva a
cualquier inteligencia rigurosa y crítica. Y no es culpa de las defensoras
del concepto de 'género', sino de los defensores de un inaceptable concepto
de naturaleza. El torpe afán de justificar prejuicios culturales apelando a
ella devaluó la idea de esta como
fuente de derechos y deberes. Por
cierto, siglos después de que Hume mostrara que no se puede pasar
racionalmente de lo que hay a lo que debe ser.
Esta postura feminista hizo que otros colectivos, que habían sido atacados,
perseguidos y castigados apelando a la 'naturaleza', se unieran en el mismo
rechazo. En primer lugar, los homosexuales, acusados siempre de ir contra
natura. El asunto es
extremadamente grave para la teología católica, porque ha fundado toda su
moral sexual en la idea de 'naturaleza', y no puede prescindir de ella sin
que se venga abajo una parte importante de su construcción teórica. En la
defensa de la naturaleza
como fuente normativa se
unieron también las corrientes iusnaturalistas del
derecho. Aquí nos encontramos metidos en otro debate que solo puedo apuntar.
Eliusnaturalismo
jurídico (es decir, la
afirmación de que hay un 'derecho natural' previo a la acción del
legislador) se opone al positivismo
jurídico, que sostiene que solo es ley lo que el legislador determina.
Recomendaría a los teólogos que leyeran a Tomás de Aquino, para quien la ley
natural no era algo contenido en la biología, sino la obra de la razón
Los 'derechos naturales' han servido, precisamente, para poner límites a la arbitrariedad
del legislador. Un precepto puede ser 'legal', pero injusto. Por
eso, las primeras constituciones democráticas apelaban a los derechos
naturales. La de Estados Unidos, de 1776, se funda en “las leyes de la
naturaleza y del Dios de esa naturaleza”, y la francesa de 1789 en “los
derechos naturales, inalienables y sagrados del Hombre”. Da la impresión de
que si se niegan, perdemos todo punto de referencia. El miedo a la
imposibilidad de fundar la moral o
el derecho es lo que anima a mucha gente a aferrarse a la idea de
'naturaleza'. No debemos, por ello, minimizar el problema.
Los
peligros del derecho natural
Es verdad
que necesitamos un fundamento para la ética, pero, por desgracia, el
concepto de 'naturaleza' no nos sirve de mucho, porque en él encontramos lo
que previamente hemos puesto en él. Eshacerse
trampas al solitario. Por ejemplo, Aristóteles encontró en ella la
justificación de la esclavitud. Los juristas nazis eran acérrimos defensores
de los derechos naturales, que fijaban la superioridad de la raza aria.
Basándonos también en la idea de naturaleza, podríamos admitir la
superioridad del macho alfa, y su derecho a tener la exclusiva de acceso a
las hembras del rebaño. O el derecho del fuerte a comerse al débil.
Tratémonos como si todos estuviéramos dotados de un valor intrínseco. De esa
dignidad derivaremos nuestros derechos y nuestros deberes
Como habrá visto el lector, la 'ideología de género' muestra las debilidades
de un sistema moral y jurídico basado en la idea de 'naturaleza' como fuente
normativa. Por eso es considerada tan peligrosa. Pero ¿es verdad que negar
la naturaleza como fuente de moralidad nos deja en una anomia moral y nos
devuelve a la selva? Recomendaría a los teólogos que
leyeran con atención a Tomás
de Aquino, para quien la 'ley natural' no era algo contenido y
cifrado en la biología, sino el 'opus rationis', la obra de la razón. Esa es
la verdadera naturaleza humana.
Confiemos,
pues, en la razón para
organizar nuestra convivencia. Es verdad que necesitamos admitir unas
instancias normativas que nos sirvan para legitimar las legislaciones, para
distinguir lo justo de lo injusto, pero no hay que buscarlas en la
'naturaleza', sino en la inteligencia humana. En el 'Tratado
de filosofía zoom', he mostrado que el descrédito de los derechos
naturales y, al mismo tiempo, su necesidad como fundamento de la
arquitectura jurídica y ética, han dado lugar a una visión nueva de ellos,
menos ambiciosa, pero más autocrítica y comprometida, que los considera una
salvadora creación humana. No se centra en la idea de naturaleza, sino en la afirmación
de la 'dignidad' del ser humano. 'Dignidad' no es un concepto
científico, no es un concepto natural. Somos, sin duda, más inteligentes que
los chimpancés, pero ¿somos por ello más dignos?
HazteOir pone en marcha
su tercer vehículo con un mensaje.
La dignidad es una afirmación ética constituyente. No depende de nada, sino que
funda todo. Su formulación más simple es: vamos
a tratarnos como si todos fuéramos seres dignos, es decir, dotados de
un valor intrínseco y protegible, con independencia de nuestras condiciones e
incluso de nuestros comportamientos. De esa dignidad derivaremos nuestros
derechos y nuestros deberes, como lo hacen casi todas las constituciones
políticas promulgadas después de la II Guerra Mundial, y la Declaración de los
Derechos Humanos. Desde ahí tenemos que pensar
la moral sexual, y los problemas identitarios. Como invención humana,
solo se mantiene mientras la mantenemos. Por eso vivimos siempre en precario, en
permanente riesgo de colapso moral. Pero es lo mejor que se nos ha ocurrido para
ponernos a salvo de la violencia, la crueldad y el horror. Sin duda, el tema es
demasiado denso para un artículo, pero podemos seguir hablando en el foro de
debate. |