12/02/2015
La policía
saca en volandas a un activista que intentaba parar el
desahucio de Elvira y su familia. / DisoPress
Bankia ha desalojado
esta mañana a Elvira y su hijo de 5 años, y su hermana y
sus sobrinos de 6 años y 3 meses de un piso vacío
propiedad de Bankia que ocuparon tras tener que dejar la
casa en la que vivían de alquiler por no poder pagarla.
Durante las semanas previas, varias organizaciones, como
Apoyo Mutuo y la PAH, acudieron al banco para tratar de
negociar una solución para esta familia sin alternativa
habitacional. Pero la entidad, aseguran los activistas, se
negó a conceder un alquiler social.
Un grupo numeroso de
activistas y vecinos han pasado la noche con Elvira. La
zona de Pueblo Nuevo, donde está situada la vivienda, ha
quedado acordonada por varios furgones de la policía desde
primera hora de la mañana. Mientras, desde las redes
sociales no cesaban los llamamientos a apoyar
in situ a la familia,
intimidada por el gran despliegue de agentes en el segundo
intento de expulsión en dos meses.
Los activistas, en
un último intento de frenar el desalojo una vez agotada la
vía de negociación con la comisión judicial, se han
parapetado detrás de una puerta de cristal que da acceso a
las viviendas del bloque. "Pensamos que, al ser peligroso
cargarse este cristal no pasarían, pero han seguido
adelante y lo han hecho añicos", explica Marcos, de la
Asamblea de Vivienda de Ciudad Lineal.
Las
pertenencias de Elvira ahora se amontonan en la calle, a
la espera de una furgoneta en la que poder cargarlas para
llevarlas a un lugar provisional. "A los activistas no nos
han dejado ayudarla a sacar sus cosas y a algunos nos han
identificado", asegura Marcos al otro lado del teléfono.
De
fondo, se oye el bullicio de activistas y vecinos que,
tras el desalojo, se han desplazado a la Junta de Distrito
de Ciudad Lineal para exigir una solución adaptada a sus
escasos recursos económicos. "De aquí no nos movemos hasta
que nos den una respuesta. No tienen adonde ir. Elvira
está tratando de mover redes, localizando a conocidos que
puedan hacerse cargo de los niños en estos primeros días",
apunta Marcos.
Los ingresos de la
familia se reducen a un subsidio de 426 euros que cobra
Elvira. Sus problemas comenzaron tras perder su empleo.
Primero fue el impago de la hipoteca, cuya deuda quedó
condonada. Después, el impago del alquiler una vez agotado
el paro. La última salida, okupar una vivienda, también ha
terminado en desalojo. Llevaban seis meses viviendo en la
casa, cerrada a cal y canto desde que Bankia expulsara de
allí a otra familia que pudo seguir asumiendo su hipoteca
con la entidad.
Los desahucios aumentan a pesar de la propaganda del
gobierno