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La última intriga vaticana, digna de 'El Padrino': cardenales que
compran palacios con el dinero para los pobres
Por primera vez en la
historia, la Gendarmería vaticana ha requisado documentos en la Secretaría de
Estado para investigar un fondo de inversión británico alimentado con dinero
de la Iglesia
Se trata del desvío de
millones de euros del Óbolo de San Pedro, que las iglesias dan al Vaticano
para caridad, hacia una sociedad con sede en Luxemburgo
La trama señala al poderoso
cardenal Angelo Becciu y ya ha provocado la dimisión del jefe de seguridad del
Papa
Jesús Bastante - en
religiondigital.com
16/10/2019

La trama de corrupción que se investiga implica utilizar el dinero destinado a
la caridad a la compra de inmuebles en Londres. David
Velasco
Sloan Avenue, 60. Barrio de Chelsea, Londres. El ladrillo
reluciente de este remozado palacio en uno de los barrios más caros de la ciudad
es el epicentro de una trama corrupta digna de El Padrino, que por el momento se
ha cobrado la dimisión del jefe de seguridad vaticana, Domenico Giani, después
de veinte años siendo la sombra de tres papas. El edificio londinense, propiedad
del Vaticano, costó 200 millones de euros. 200 millones que salieron del
dinero de la Iglesia católica para los pobres.
Los dineros vaticanos siempre han estado rodeados de misterio,
luchas de poder, odio e incluso muerte. También en Londres, el 18 de junio de
1982 apareció
ahorcado en el puente de Blackfriars Roberto Calvi, apodado 'el banquero de
Dios', después de haber financiado, junto al todopoderoso arzobispo Marcinkus,
fondos del IOR (Banco Vaticano) y el Banco Ambrosiano que, en muchas ocasiones,
se destinaron a la mafia o las operaciones anticomunistas que Juan Pablo II
fomentó en Polonia. Este sangriento episodio aparece retratado en la última
entrega de la trilogía de Francis Ford Coppola, en 1990.
La escena de El Padrino III en la que se ve a Roberto Calvi ahorcado en un
puente de Londres.
Bertone, Becciu y la AIF, involucrados
37 años después, la capital británica vuelve a ser protagonista
de intrigas vaticanas. Este escándalo financiero implica el dinero del Óbolo de
San Pedro, que las iglesias de todo el mundo entregan al Vaticano para obras de
caridad del Papa y que se desviaron para negocios turbios que involucran el
pontificado de Benedicto XVI –y a su secretario de Estado, Tarcisio Bertone–,
pero también al actual prefecto de Causas de los Santos, Angelo Becciu.
Resucitan además otra polémica de comienzos del papado de Francisco: el
'Vatileaks II', que llevó a juicio al español Lucio Ángel Vallejo Balda y a
su colaboradora Francesca Chaouaqui, así como a dos periodistas italianos,
Gianluiggi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, acusados de filtración de documentos.
El edificio de la Sloane Avenue, en Londres, que fue adquirido con el
dinero para la caridad.
Este último ha sido quien destapó el último escándalo desde las
páginas de L'Espresso, a través de los máximos
responsables del IOR y de la Oficina del Revisor General vaticano. Ellos
advirtieron en junio al Papa de posibles delitos financieros que podrían
implicar a varios trabajadores de la Secretaría de Estado y de la Autoridad
Internacional Financiera (AIF), órganos que supuestamente estarían detrás del
trabajo de transparencia financiera del Vaticano.
De hecho, entre los acusados está Tommaso Di Ruzza, presidente de
la Agencia de Información Financiera, encargada de controlar los blanqueos de
capitales. Los lazos entre los responsables del dinero vaticano y los poderes
económicos italianos es evidente. Ruzza es yerno del ex gobernador de la Banca
d’Italia, Antonio Fazio.
Otro investigado es monseñor Mauro Carlino, jefe del Departamento
de Información y Documentación, los 'ojos' del Vaticano para sintetizar lo que
sucede fuera y para orientar al departamento de Comunicación. Carlino fue hasta
el año pasado secretario del cardenal Becciu. Los otros tres encausados son
Vincenzo Mauriello y Fabrizio Tirabassi, dirigentes de la Secretaría de Estado;
y una empleada de la administración, Caterina Sansone.
El 'pecado' de la filtración
"Al día siguiente de la divulgación de la nota de la Oficina de
Prensa de la Santa Sede, las personas sometidas a las investigaciones han sido
objeto de un verdadero escándalo mediático con la publicación de sus fotos, a
pesar de que todavía no se han determinado las posibles responsabilidades",
lamentó oficialmente el Vaticano. "Las personas involucradas en la
investigación tenían y tienen derecho a ser respetadas por su dignidad como
hombres y mujeres, ya sean sacerdotes o padres y madres de familia", sostiene.
El Papa se mostró furioso por la publicación de la noticia sobre
la investigación, que llegó a ser calificada de 'pecado mortal'. El Vaticano
mantiene una difícil relación con Fittipaldi, el periodista que la publicó,
desde que fue exonerado de ser juzgado en el caso Vatileaks II.
La filtración de la investigación acabó con la dimisión del jefe de
Seguridad del Vaticano EFE
De hecho, la filtración de los nombres de los investigados
provocó la renuncia de Domenico Giani como Comandante de la Gendarmería
Vaticana. Fuentes cercanas al Papa ven su cese como una estrategia para eliminar
a algunos colaboradores del Pontífice, entre los que se encontraba Giani, y
miran al cardenal Becciu y al 'clan de los italianos' como artífices de una
trama para evitar perder el control de la Curia, y de sus fondos.
En todo caso, Francisco ha querido dejar clara su confianza en
Domenico Giani, a quien visitó en su casa, y que podría ayudarle a continuar con
su política de transparencia en la Santa Sede, bien desde fuera, bien desde
algún puesto pontificio creado específicamente para él.
Fondos de inversión en Italia, Rusia, Malta o Jersey
¿Pero qué ha sucedido en Roma para que, por primera vez en la
Historia la Gendarmería vaticana entrara en la Secretaría de Estado y se
incautara de cientos de folios de documentación, ordenadores, tablets y
teléfonos móviles? La investigación apunta a un fondo británico, gestionado por
oscuros monseñores vaticanos, que tras el referéndum del Brexit sufrió pérdidas
millonarias.
El cardenal Giovanni Angelo Becciu. Wikipedia
No sólo eso: está detrás de transacciones financieras entre Roma,
Londres y Luxemburgo en los últimos ocho años, que llevaron el dinero vaticano a
fondos de inversIón controlados en Italia, Rusia, Malta y Jersey. Según apunta
Fittipaldi, entre unos y otros llegaron a invertirse hasta 800 millones de euros
provenientes del Óbolo de San Pedro y el Fondo Pablo VI, para la sociedad WRM y
la inversora Athena Capital Found, ambas con sede el Luxemburgo. Es ésta última
la que logra el contrato para invertir los 200 millones de euros en distintos
inmuebles, entre ellos el palacio del barrio de Chelsea. Becciu y el anterior
responsable de los fondos de la Secretaría de Estado, monseñor Alberto Perlasca,
podrían haber ejercido como intermediarios con Athena.
La economía, uno de los puntos negros de Bergoglio
Todos las miradas apuntan al cardenal Becciu, quien hasta hace
poco fue Sustituto de la Secretaría de Estado. De hecho, es su sucesor, el
venezolano Edgar Peña Parra, quien habría impulsado la investigación, tras
comprobar algunas irregularidades en los archivos de su antecesor. En el
trasfondo, una lucha de poder entre los afines a los cambios propugnados por
Francisco que, en el ámbito económico, supondrán que los fondos de todas las
congregaciones habrán de pasar por el control de la Secretaría de Estado,
acabando así con el descontrol financiero de la Curia vaticana.
Según se desprende de la investigación, Becciu era la firma que
autorizaba las inversiones investigadas por la Gendarmería vaticana, y que
podrían superar los 200 millones de euros. Tal y como explica Financial
Times, pudo haber jugado un papel fundamental en las reformas financieras
del Vaticano, protagonizando enfrentamientos con el entonces 'superministro de
Economía' vaticano, George Pell, hoy condenado por pederastia en Australia.
El cardenal Pell, que fue durante un tiempo ministro de Economía vaticana,
fue condenado por pederastia. EFE
En todo caso, la operación de la Gendarmería deja en punto muerto
el trabajo que la AIF estaba llevando a cabo para fomentar la transparencia
financiera del Vaticano, y se une a las caídas de otros personajes que en su día
trataron de hacerse cargo del poder económico romano. Desde el español Vallejo
Balda al cardenal Pell, condenado por pederastia en Australia y que durante años
ejerció como 'superministro de Economía' vaticana, pasando por el anterior
revisor general, Libero Milone, despedido tras haber sido sorprendido en
operaciones cuando menos sospechosas. Todos ellos fueron nombrados por
Francisco: algo que sus enemigos están utilizando para atacar al pontífice
argentino y su supuesta ineficacia para gestionar la todopoderosa maquinaria
financiera de la Iglesia católica.
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