Unicef manifestó este miércoles su
"preocupación" por las excepciones al nuevo Código de Niñez y
Adolescencia de Bolivia que permiten en determinados
casos que los menores trabajen desde los 10 años por cuenta
propia y desde los 12 por cuenta ajena.
El
trabajo infantil es a la vez causa y consecuencia de la pobreza
y la pérdida de capital humano de un país, en muchas ocasiones
obstaculizando la educación o provocando la deserción escolar de
los niños y las niñas, señala un comunicado de Unicef.
El
organismo de Naciones Unidas especializado en la infancia se
pronunció así sobre el nuevo Código boliviano, promulgado el
pasado jueves por el Gobierno que preside Evo Morales.
Unicef señaló que, pese a estas
excepciones que considera preocupantes aunque incluyan
"criterios legales específicos y estrictos" para su aplicación,
hay elementos positivos en el código.
Menciona entre ellos el hecho de que
reconoce que "las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a
estar protegidos por el Estado en todos sus niveles, sus
familias y la sociedad".
Especialmente, agrega, "contra la
explotación económica y el desempeño de cualquier actividad
laboral o trabajo que puede entorpecer su educación, que
implique peligro, que sea insalubre o atentatorio a su dignidad
y desarrollo integral".
También menciona el hecho de que se la
ley se refiera, entre otros temas, a "la eliminación de las
determinantes de las actividades laborales, mantenga los 14 años
como la edad mínima para trabajar y prohíba explícitamente las
21 peores formas de trabajo y explotación infantil".
Unicef dice en su comunicado que el 58 %
de los niños trabajadores en Bolivia son menores de 14 años y
que el 90 % del trabajo infantil es informal y recuerda lo que
la Convención sobre los Derechos del Niño, que este año cumple
un cuarto de siglo y fue ratificada por Bolivia en 1990, dice
sobre este asunto.
En su Artículo 32 la convención destaca
el "derecho del niño a estar protegido contra la explotación
económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda
ser peligroso, pueda entorpecer su educación o que sea nociva
para su salud física, mental, espiritual, moral o desarrollo
social".
Según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo infantil y sus
peores formas dañan la salud de los niños, ponen en peligro su
educación y conducen a una mayor explotación y abuso.
La erradicación del trabajo infantil es
sumamente relevante para alcanzar la eliminación de la pobreza
extrema y el hambre y asegurar que todos los niños y niñas
puedan terminar la escuela primaria. También ayuda a combatir la
violencia contra la niñez, el analfabetismo, el VIH/SIDA y otras
enfermedades, agrega Unicef.
La organización señaló que seguirá
cooperando con el gobierno de Bolivia para "asegurar que los
niños y niñas estén protegidos contra el trabajo infantil y éste
sea erradicado prontamente".
El
día de la promulgación,
el vicepresidente
Álvaro García Linera, en ejercicio de la presidencia, dijo que
fue "arduo" elaborar el nuevo código porque había que compaginar
los convenios internacionales firmados por Bolivia con la
"realidad" del país.
Durante el trámite parlamentario de la ley, organizaciones de
niños y adolescentes trabajadores exigieron a los legisladores
que se respetase su "derecho al trabajo" como forma de
subsistencia de ellos y de sus familias, porque viven en la
pobreza.